Karmaland Next Gen: Little adventure.

Sueño

Roier estaba emputado.
Demasiado.
Más que cuando fueron a comer tacos al pastor sin él.
Y es que no entendía como Spreen podía ser tan grosero.
Bueno, más de lo normal.

No solo llegaba tarde a sus citas, hubo varias en las que ni siquiera llegó.
Se quedaba dormido en mitad de las videollamadas, olvidaba sus reuniones para jugar videojuegos.

Y sumando que mantenía una expresión aburrida cada que lograban estar juntos.

¿Acaso ya le aburría ser su novio?

Intentó de mil maneras cambiar la rutina, hacer distintos planes y el resultado siempre fue el mismo.

Le había suplicado tanto a sus padres que le dejarán quedarse en casa de los Rubegetta para no sentirse tan solo cuando ellos se fueran a aquel viaje a otro pueblo por el tema de la reunión entre alcaldes, que ahora se sentía un idiota.
Hubiera ido con ellos y se habría evitado el mal rato.
Pero no, él quería pasar tiempo con su novio, estar juntos todo el día sin tener a su madre respirandole en la nuca y amenazando al osito de que si lo dejaba embarazado lo iba a volver un Ken.

O sea le iba a cortar el-

Ahora estaban en la habitación del moreno, mientras este parecía luchar por mantenerse despierto.

- Si me invitaste para tomar una siesta, te recuerdo que no tengo 3 años.- Roier ya tenía planeado ir a un bar con Robleis y Carre apenas su novio le volviese a hacer la grosería de ignorarlo. Aunque esto significase tener que ser el más responsable y evitar que el par de pendejos terminarán en una celda.
Ya fuera por pelear con alguien o por coger en lugares públicos.

Otra vez.

Roier quiso levantarse pero rápidamente Spreen le tomó por sorpresa y se colocó encima suyo.

Okay.

Gay panic.

PÁNICO JOTO.

Está encima.
Muy cerca.
Puede sentir su respiración.
¿Cómo puede mantener esa expresión tan calmada?
Él está muriendo por dentro, pensando en cosas que le ayuden a mantenerse calmado antes que las hormonas hagan de las suyas.
Puede ver las lindas pequitas que el mayor tenía, las largas pestañas, y...

- No mames.

Se había quedado dormido encima suyo.
Apenas se fijó y tenía los ojos cerrados.

Gruñó mirando el techo por unos segundos pensando en que hacer.
Podía solo tirarle al suelo e irse.
O quedarse ahí.

Aunque...
¿Para qué quedarse?

Mejor cada quien en su casa.
O en dado caso, que Spreen duerma mientras él se toma unos cuantos shots de tequila.

Apenas estaba intentando quitarse al oso de encima cuando escucho la puerta del cuarto abrirse.
Esto se iba a malinterpretar
DEMASIADO.

La posición en la que estaban era de las peores;
Estaba semi recostado en la cama del moreno, con este teniendo el rostro un poco más abajo de su pecho.
Los brazos sobre las piernas ajenas.

Que desde esa perspectiva podía parecer que Spreen estaba a punto de darle una mamad-...

"Ahí te voy San Pedro."

Sus suegros le iban a tachar de pervertido.
De pinche caliente.
Que estaba sobrepasandose con el pobrecito de Spreen.

Pero en vez de eso vio a Vegetta con un muy dormido Rubius entre sus brazos.

Debió escribir su testamento cuando pudo.
Sabía que mayormente el problemático era el rubio, pero no quitaba que Veg era bastante celoso con su familia.

- ¿Ya ha cedido?- preguntó con un poco de cansancio.

-¿Eh?- estaba confundido, ¿Ceder a qué?

Veg suspiro entrando a la habitación, se sentó a un lado de Roier admirando por unos segundos a su hijo en el mundo de los sueños.
Acomodo a su esposo sobre sus piernas, sosteniendole con cuidado y dejando que se acurrucara sobre su pecho.
Donde claro, aún dormido, Rubius aprovecho para rozar su cara entre las "tetas" de su marido.
Tremendo six pack que solo él podía sabrosear.

- Estuvieron negandose a hibernar.- dijo calmadamente- Spreen no lo hacia porque estarías aqui de visita por una semana completa sin tus padres cerca y mi chiqui quería estar en el lanzamiento de un nuevo videojuego.
Aunque no dudo que Spreen también quería eso.
Estuvo tomando café, bebidas energizantes.
Que hasta se lanzaba a las torretas para que un golpe le hiciera reaccionar.
No quería perder ni un minuto contigo, pero por lo que veo, no puede soportar tanto.

Ahí Roier se sintió mal.
Él pensando cosas tan feas de Spreen y este solo buscaba luchar contra su lado animal solamente para pasar tiempo juntos.

- Yo también estuve así cuando recién salía con Rubén.
Varias veces me dejó plantado, se quedaba dormido en las citas y me hacía pensar que le aburría estar conmigo.
Incluso una vez fui a su casa para terminar y su madre me explicó todo cuando al apenas abrir la puerta un oso de más de 100 kilos casi me cae encima.- se mordió la lengua. Estuvo a muy poco de cometer un gran error y eso solo fue por la falta de comunicación.- Son tontitos, parece que les da vergüenza ser así y creo yo que es lo que más nos gusta de ellos, ¿No?

Despeinó un poco el cabello del castaño y les dejo solos, él tenía que hacerse cargo de su propio osito, además que también necesitaba dormir.
Se había acostumbrado tanto a abrazar a su "peluche" gigante de osito cada que iba a la cama, que él sufría por igual el no poder dormir.

Roier ya más calmado le dió un pequeño beso en la frente al moreno, a la próxima iría primero con su suegro para despejarse de dudas antes sacar conclusiones apresuradas.

Se quedó quieto, tomando la mano de Spreen y le permitió descansar.
Podían seguir pasando tiempo juntos aún cuando uno de ellos se encontraba dormido.

Igual quería admirar muy bien la carita tan linda que solía estar oculta tras unos lentes oscuros.

Wenas, estaba en mi momento esquizo(?
Donde buscaba diseños de tatuajes y parece que Pinterest me conoce tan bien que lo primero que me sale son fan arts de nuestros chiquitos ~
Y tenía que escribir algo chiquito de esto si o si.
Espero les guste.
Y lamento andarme desapareciendo tanto :(
Esto de ir y venir del hospital (desde otro estado x.x) es demasiado cansado.
Espero ya después poder poner orden.