05 | 𝗛𝗲𝗹𝗲𝗻𝗮 𝗱𝘂𝗰𝗸 𝗕𝗲𝗻𝗻𝗲𝘁𝘁

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𝐇𝐄𝐋𝐄𝐍𝐀 𝐏𝐀𝐓𝐎𝐒𝐀 𝐁𝐄𝐍𝐍𝐄𝐓𝐓

❛𝑩𝒖𝒕 𝒇𝒐𝒓 𝒏𝒐𝒘 𝒊𝒕'𝒔 𝒕𝒊𝒎𝒆 𝒕𝒐 𝒓𝒖𝒏, 𝒊𝒕'𝒔 𝒕𝒊𝒎𝒆 𝒕𝒐 𝒓𝒖𝒏!❜

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❛𝑩𝒖𝒕 𝒇𝒐𝒓 𝒏𝒐𝒘 𝒊𝒕'𝒔 𝒕𝒊𝒎𝒆 𝒕𝒐 𝒓𝒖𝒏, 𝒊𝒕'𝒔 𝒕𝒊𝒎𝒆 𝒕𝒐 𝒓𝒖𝒏!❜






















EMPIEZO A PREOCUPARME porque no he encontrado planta alguna de la especie que reclama la herida de Jasper. Me doy por vencida. Por hoy. Mañana puedo buscar por otra zona. Para cuando voy a girar sobre mis talones, tropiezo con mi propio pie y ruedo por la pequeña colina que escalé minutos antes. Llevo los brazos a mi cara y mis manos a mi cabeza como escudo en un acto reflejo.

No muevo un dedo al aterrizar, incluso, cuando se me dificulta respirar. Con la mitad de la cara pegada a la masa pastosa de tierra, al igual que mis las extremidades apretujadas contra ella, hago el intento de incorporarme mientras me avergüenzo y maldigo internamente por como he acabado así. La cabeza me da mil vueltas.

Sorprendentemente, los cortes en mis brazos son casi inexistentes, todo lo contrario que mis piernas. Donde hay una cantidad medianamente preocupante de cortes en ellas, y eso que la tela del pantalón las cubre por completo. Las heridas del río en mi hombro y muslo arden como el infierno. Afortunadamente los cortes no son tan profundos como para sangrar más que unas gotas.

Al menos.

Un dolor agudo se instala en mi nuca y llevo la mano a él. Estoy sangrando.

Esto parece una broma de mal gusto.

Localizo un pequeño estanque no tan lejos de mi actual localización y me acerco a él con torpes movimientos que me devuelven al suelo. No estoy segura si el extraño color se debe a la suciedad que contiene el agua o algo que contenga el fondo. De igual manera atiendo las cortadura con ella y limpio la tierra de mi cara. Dudo que el estado de mis piernas por las piedras, ramas y a saber que más que se clavó en ellas me permita caminar más lejos que el campamento. Trago saliva por el veloz pensamiento de no aguantar hasta la nave y tenga que pasar la noche fuera.

Entonces caigo en cuenta: los terrestres.

¿Y si me encuentran? No estoy en condición de correr, mucho menos de pelear.

Inicio el camino de vuelta, sosteniendo gran parte de mi peso en los troncos de los árboles. No me detengo. Me conozco, si me ofrezco un descanso no continuaré, como mínimo no pronto. 

De repente, paro en seco. Un enjambre de insectos pasan por mi lado deprisa, es como si... Huyeran.

Giro la cabeza y observo con los ojos bien abiertos la neblina amarillenta cada vez más cerca. Salgo corriendo torpemente, todavía ayudándome de la naturaleza, aunque en este instante se haya puesto en el lado de mi torpeza. Ruego que mis piernas resistan el ritmo y que dicha torpeza desaparezca el rato suficiente para escapar.

𝐓𝐑𝐔𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora