LA MELENA OSCURA Y embarrullada de Octavia es lo que veo al despertarme. Cuando Clarke regresó a limpiarme la herida de la espalda, nuestra charla se volvió más extensa de lo que creímos hasta el punto de quedarnos dormidas.
Me bajo por la zona baja del catre, impulsándome con las piernas y manos para no tener que pasarle por encima a Octavia.
Agradezco que ambas heridas solo me duelan únicamente al hacer movimientos bruscos, solo los evito y listo.
El Sol me ciega unos segundos; después de la tormenta no quedó de otra que montar el campamento de nuevo por lo que todo está un poco patas arriba. La mayoría va de un lado a otro empaquetando las reservas para el invierno que está a la vuelta de la esquina. Alcanzo a ver dos personas lanzándose frutos al otro, sacudo la cabeza y camino hacia ellos.
—Pero mira quién tenemos aquí —sonríe Jasper.
Esbozo una sonrisa igual.
—A la bella durmiente —continúa Monty con el mismo arco en los labios.
—Pues diría que he dormido más profundamente que ella —bromeo, agarrando una nuez y lanzándola unos centímetros sobre mi mano—. ¿Todo bien, Jazz?
—Sí, solo... —se detiene unos segundos antes de seguir—. ¿Qué creéis que van a hacer con el terrestre?
Las palabras de Bellamy en el bosque retumban en mi cabeza.
Quería matarlo.
—Prefiero no imaginármelo.
—Secundo la emoción —digo, alzando la mano. Una burla clara del consejo que provoca exactamente lo que pretendía: liberar tensión—. Por cierto, ¿Finn está en su tienda, no?
Asienten.
Chasqueo la lengua para llamar la atención de Monty y le lanzo la nuez, que entra en su boca en un tiro limpio. Se ríen y me chocan los cinco antes de alejarme.
Se escuchan voces desde fuera; aparto un poco la cortina y asomo ligeramente la cabeza.
