1- El origen

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Silvia

Tenía tan solo 9 años, cuando nos habíamos mudado de Miami, Florida a Houston, Texas. Me sentía realmente triste, abandonar el lugar donde creciste, tus amigos que tanto te costó hacer, todo lo que tenías, no es cosa fácil.

Pero que se podía hacer...
Ser hija de Luis Navarro, un empresario millonario dueño de la gran "Global Radio" tampoco es cosa fácil. Papá tenía que éstar un tiempo en la horrible ciudad de Houston y no nos quedaba de otra a mi y a mí madre.

Para mí edad de 9 años casi 10, tenía mi conciencia muy madura.

Pasaron varios días después, ya nos habíamos instalado. Pensaba que, incluso mi habitación en mi casa de Miami era más linda y colorida que la de está casa...

—Vamos Silvia, come tu desayuno. No irás a tu primer día de clases con el estómago vacío, cariño. —Mi madre me estaba apresurando mientras me alistaba mi mochila para mí primer día de clases.

—No quiero ir a esa fea escuela, mamá.
—Me levanté de la mesa para dirigirme hacía el baño a ponerme un poco de agua en mi rostro. Los nervios de no encajar siempre me agobiaban.

—Tienes que ir Silv —se acercó a mi para darme un cálido abrazo—. No hay de otra hija, todo estará bien. Deberías dejar de ser un poco menos tímida y miedosa cariño, tienes que enfrentar tus miedos.

—Lo voy a intentar mamá...—tomo mi mochila con optimismo y me pongo mis lentes.

—Eso es lo que queria oír, ven aquí princesa —me acerco y me da un gran beso en mi mejilla—, ahora ve y sube al auto que papá te va llevar a la escuela mientras contratamos a los empleados.

—Esta bien, te quiero mami. —suspiro tranquilamente y me doy la vuelta para salir y subirme al auto.

Durante el trayecto a esa misteriosa escuela estuve mirando como era Houston, no estaba tan mal después de todo. Tal vez si le daba una oportunidad me terminaría gustando.

—Llegamos hija, espero tengas un gran día y hagas muchos nuevos amiguitos —Mi padre me miró con una gran sonrisa—. Te vendré a recojer cuando acaben tus clases, me se tu nuevo horario, te veo más tarde.

—Esta bien papá. —Salgo del auto y camino directo a la gran entrada de la escuela.

—Vale, te veo en la tarde. —Dicho esto, mi padre se marcho.

—Bueno —suspiro—. Le daré una oportunidad a éste lugar, tal vez me guste.
—Pongo mi mejor sonrisa y entro a la escuela.

En cuanto entré por esa puerta la gente se me quedaba viendo extrañada, tal vez les sorprendía ver a una chica nueva, o yo qué se. Mi salón era el último del segundo piso, está escuela era realmente grande, tenía 3 pisos y muchos salones. Los últimos de arriba estaban ocupados por los más grandes de la escuela, los de secundaria.

Después de haber tomado mis primeras 4 clases llegó la hora del almuerzo, no conocía a nadie, así que me fui a la cafetería a tomar una bandeja de comida.

Mientras, me puse a pensar.

Era una escuela para niños hijos de "gente importante" y para gente que tenía dinero, no me gustaba la idea. Antes ya había convivido con gente así, como con los hijos del amigo de mi papá, Ryan Rose, esos chicos son demasiados presumidos, no me caen nada bien!

Aveces solo quisiera ser una niña normal, como las demás en mi antigua escuela. Sin tener que asistir a lugares raros con gente que se viste muy gracioso y come comidas con una pinta muy extravagante.

El deseo en tu miradaWhere stories live. Discover now