14- No me dijiste

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Había pasado ya una semana desde que Jorge y Silvia se habían encontrado con Jane y Damian en el bar. La habían pasado realmente bien. Ese día, se declararon a si mismos que se gustaban; se habían besado por segunda vez, de una manera muy apasionada y romántica.

Los días que transcurrieron se habían portado más cariñosos, incluso una que otra vez se despedían con un pequeño beso en la boca, Jorge era el que daba la iniciativa. Se gustaban, sí. Pero aún no eran nada más que compañeros de trabajo.

Ya era Lunes. El día de la boda del señor Pedro Salinas, el padre de Jorge.

Silvia había aceptado la invitación de ir a la boda y también sería la acompañante de Jorge.

La boda era en la tarde, la familia más cercana se encontraba reunida en un hotel de reserva, algunos ayudando a terminar de cambiar al novio.

Jorge se encontraba en una habitación del extravagante hotel, luchando para poder ponerse bien el moño de su traje, cuando tocaron su puerta.

Se dirigió a ella y la abrió lentamente, para su sorpresa, una hermosa castaña que portaba un largo y hermoso vestido azul cielo que se ajustaba perfectamente a su cintura, estaba parada detrás de la puerta.

No dudo ni un segundo en darle el pase de entrada, está entro feliz luciendo su hermoso vestido de gala.

-¿Necesitas ayuda con ese moño?
-pregunto Silvia.

-Por favor. -pidió el pelinegro.

-Te ves realmente bien -confeso la chica, ajustando el moño azul marino.

-¿Enserio? -preguntó dudoso-, me siento realmente ridículo con esté moñito, algo que nunca había usado.

-No, te ves muy guapo, señor Don formal. -bromeo la ojiverde.

-Gracias. Pero la que se ve hermosa aquí eres tú -la examinó de pies a cabeza y sonrió-. ¿Ya te lo dije? Ese vestido se te ve jodidamente precioso, tu lindo pelo castaño ondulado cubriendo tus hombros desnudos, y tú increíble mirada verde resalta con ese atuendo que portas.

-Muchas gracias por el cumplido -mostro una gran sonrisa, contenta por las lindas palabras que salían de la boca de Jorge-. Ya estás listo. -se alejo un poco de el para que se pudiera observar en el espejo.

-Vaya, gracias por ayudarme. Te parece si salimos para continuar con esa aburrida boda. -dijo Jorge, rodeando los ojos por las últimas palabras que mencionó.

-No es aburrida Jorge, es la boda de tu papá. -declaro Silvia.

-Sí, pero también es el día en que van a convertir en mi hermanastra a la fastidiosa de Jessie.

-Bueno, en eso tienes razón. Y lo raro es que es una de tus ex's. -lo miro a los ojos.

-Y pensar que lo peor de todo es que mañana tendré que viajar con ella, es el colmo, realmente insoportable.

-¿Vas a viajar? -pregunto confundida.

-Mierda, olvide decírtelo. -admitió Jorge con una sonrisa nerviosa.

-No me dijiste. -dijo con un poco de recelo.

-Lo olvidé, perdón. -paso su mano por su pelo, impaciente- Y sí, mi padre pidió que por favor viajará 2 días con el y su nueva familia, para "supuestamente" conocernos bien, pero regreso el jueves en la tarde...

-Oh, ya -incomoda, volteo su mirada hacía la puerta-. Solo no te vayas a olvidar Jorge que el Viernes a primera hora también tenemos la cita con los comerciantes de Ojai, y tenemos que asistir.

-Claro no lo olvidaré, le dije a mi asistente, Sara, que tenga todo preparado para cuando regrese.

-Esta bien, confío en que no habrá ningún problema. -medio sonrió.

El deseo en tu miradaWhere stories live. Discover now