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Noah caminaba junto a su hermano sin hablar. Parecía abatido, resignado.
Dio unos pasos más y, por fin aflojó un poco su expresión, como si la llegada de Emanuel le brindara un lugar para bajar su coraza.
Se alejaron lo suficiente como para no ser oídos y Ema se sentó sobre una gran roca, mientras tomaba un trozo de caña con sus manos.
-¿Qué está pasando, Nonu?- le preguntó, apagando su tono de enfado. Ver a su hermano tan golpeado no era algo que le agradara.
Noah lo miró y volvió a mirar el suelo, mientras comenzaba a jugar con una fina liana que caía del árbol que estaba frente a él.
-No sé, te juro que no sé dónde estoy parado. - comenzó a explicarle.
-¿Carla? ¿Cuándo regresó?- le preguntó intentando comenzar a armar aquel rompecabezas.
- Hace un par de semanas. Se presentó en el peor momento, vino a decirme que se había marchado embarazada.- le contó Noah.
-¿Y vos le creiste?- le preguntó su hermano incrédulo.
-Ya viste al niño, es igual a mí.- le respondió, cortando un trozo de vegetación para arrojarlo al piso.
-Le creíste. Así nomás. Hermano hace tiempo que debí decirte esto, pero creí que como se había ido no hacía falta. Lo que te hizo esa mujer estuvo mal, muy mal. Eramos chicos entonces y creímos que eras afortunado por haber tenido tu primera vez con alguien mayor, pero estuvo mal. Esa mujer se metió en tu cabeza y te fue enredando para que hicieras todo lo que ella quería. - Ema hablaba con dolor y arrepentimiento.
-Nunca me obligó a nada.- le respondió Noah negando con su cabeza.
-Eso es lo que vos crees. Nonu, ahora tengo una hija y te aseguro que si un tipo mayor que ella la llevara por el camino que Carla te llevó a vos, lo mataría. Pensalo mejor, hermano. Eras demasiado joven, te usó y te desechó, no una, sino dos veces. ¿Y ahora vuelve a decirte que tenes un hijo? ¡6 años más tarde! Disculpame pero me cuesta creerlo. - le dijo abriendo sus manos mientras cerraba los ojos con fuerza.
-El nene no tiene la culpa. Él es tan…- comenzó a decir mientras se llevaba ambas manos a la cabeza y gritaba con los labios apretados.
Emanuel se levantó y lo abrazó.
-Tranquilo, Nonu. Tranquilo. - le dijo mientras lo abrazaba.
-Vamos a encontrar una solución. Creo que es importante que te saques la duda. Pedile un ADN, el nene no tiene por qué enterarse. - le propuso volviendo a la roca para sentarse.
-No se. No quiero lastimarlo. Zoe logró que comenzara a abrirse conmigo, es realmente un gran chico.- le respondió Noah luego de un nuevo suspiro.
-¿Zoe? ¿Qué onda esa Zoe?- le preguntó Ema y al ver el brillo en los ojos de su hermano no tuvo dudas.
-¿Qué onda de qué?- le preguntó Noah con una actitud defensiva que Ema conocía demasiado bien.
-Sabes de qué. Es una linda chica.- le dijo su hermano con una pícara sonrisa.
-Sí, tu cuñadito se encargó de señalarlo.- respondió Noah con un bufido de fastidio, al recordar el modo en que Sebastián la había mirado.
Emanuel sonrió.
-¿Le contaste algo de Carla?- le preguntó alzando sus cejas.
-Es complicado, ella no quiere, no sé… ¿Qué puedo ofrecerle? Acabo de enterarme que tengo un hijo de seis años. Carla es tan inestable que cada mañana me levanto con el temor de que se lo haya llevado. No estoy en condiciones de darle lo que se merece.- le confesó Noah algo aturdido.
-Te entiendo. - le respondió bajando su mirada. Su hermano estaba confundido, triste. No quería verlo así. Agradecía el hecho de haber llegado, tenía que encontrar la mejor forma de ayudarlo.
Se puso de pie y pasó su mano sobre sus hombros.
-Acá estoy Nonu, vamos a encontrar la solución, te lo prometo.- le dijo mientras comenzaban a caminar para regresar.
-Gracias Ema, no se si hay muchas alternativas.- respondió Noah algo resignado.
-Por lo pronto vamos a volver para alejarla de mi cuñadito ¿no te parece?- le dijo con una sonrisa.
Noah lo imitó y alzó sus cejas con elocuencia. Volvió a mirar a su hermano y de repente sintió que no todo estaba perdido.

Un sendero hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora