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Jadeó con cansancio cuando sacó otra pila de papeles de su escritorio, pensando en que no se le había caído el cabello por pura suerte, ya que el tirarse de sus mechones era algo que se había vuelto costumbre en los últimos días.

El papeleo no era cosa nueva en su vida, claro que no. Pero eso no quería decir que fuera algo a lo que se haya acostumbrado por completo, en definitiva. Antes solía tener un asistente que lo ayudara a complementar el papeleo, sin embargo, la chica había fallecido meses atrás y aún no había logrado encontrar a alguien igual de eficiente de lo que ella era para que le ayudara.

El omega cubrió su rostro con ambas manos cuando uno de los administradores del castillo entró por la puerta, teniéndole los papeles sobre su escritorio, el cual no podía estar más lleno.

―Mi rey, tenemos las peticiones declaradas de algunos pueblerinos, hemos separado los que son de necesidades básicas y otros de arreglos estructurales en el pueblo.

Si era verdad que podía tener asistentes que lo ayudaran a organizar y redactar las peticiones de los pueblerinos, eso ya era una gran ayuda. Pero nadie más que el rey podía tomar las decisiones sobre las acciones que se tomarían, eso solamente podían hacerlo los reyes de cada reino.

Normalmente entre ambos de la realeza se dividían las decisiones, el omega era quien se encargaba de las peticiones del pueblo ante sus necesidades básicas, ya que la compasión y empatía era algo que los caracterizaba. En cambio, el alfa tomaba los casos de la infraestructura del reino o similares.

Pero como Jimin participaba como uno solo, todo se le acumulaba a él

―Sé que no soy la persona a la cual quiere ver, mi rey―dijo con gracia el administrador, viéndolo con una sonrisa. ―Las peticiones no son muy complicadas, cosas pequeñas que el pueblo ve necesarias. En cuanto a infraestructura son los daños que causaron el último ataque, los cuales están casi restaurados por completo.

La complejidad de las peticiones no era lo que le preocupaba, porque realmente no solían ser demasiado estructuradas. Pero claramente debía leer con detenimiento cada una de las peticiones y examinar si realmente era posible cumplirlas, además de firmarlas y separar las que serían aceptadas y las que serían rechazadas.

―Es un gusto verlo siempre, lo que no es un gusto ver estas montañas de papeles, eso sí que no es un gusto para nada―dijo con una pequeña sonrisa, tomando los papeles que el mayor le entregaba para revisarlos de reojo, viendo que eran las peticiones de infraestructura.

―Intenté ayudar en lo que estuviera en mis capacidades, pero no pude hacer más―dijo apenado, viendo una negación rápida en al rostro del rey.

―No te disculpes por nada, hace más que bien su trabajo. Yo me encargaré de esto, usted tome el resto del día libre, vaya.

El hombre sonrió notablemente emocionado, dando una reverencia al rey en agradecimiento.

―Muchas gracias, le deseo mucha suerte.

Cuando el mayor se fue, Jimin retomó la vista sobre todo el papeleo, respirando hondo para poder llenar su cuerpo de paciencia y energía, tomando el primer bloque de páginas para comenzar a leer.

Las peticiones aceptadas eran firmadas por él y las que eran rechazadas se iban sin firma, amontonadas en un bloque diferente. Era raro que denegara una petición, ya que la mayoría de ellas tenían coherencia para él o eran importantes, además, que los administradores eran quienes le ayudaban a desechar aquellas que fueran más bien ridículas o fantasiosas.

Aprobada, rechazada, aprobada, aprobada, aprobada, rechazadísima.

Se encontraba tan concentrado en la lectura de otra petición, que no se dio cuenta cuando alguien tocó a la puerta de su oficina, levantando la vista hasta que unos dedos se colocaron frente a su rostro, viendo a Yoongi frente a él.

Our Destiny *:・゚✧ YMWhere stories live. Discover now