Way back home › Yoontae

O2

Taehyung esperó un momento, luego de que el profesor diera la clase por terminada, para ponerse de pie.

Tuvo la tentación de hacerlo de forma inmediata, sin embargo, se controló lo suficiente porque no quería llamar la atención, y sabía que los chismosos de sus compañeros querían ver lo que fuera a hacer. Taehyung no les daría ese placer.

Así que se forzó a esperar con calma, respirando profundamente, y cuando vio que la mayoría se retiró a los minutos, mientras el señor Min seguía en la mesa, sosteniendo a su bebé, se puso de pie. Agarró todas sus cosas, bajando por las escaleras hacia donde estaba el adulto, que borraba el pizarrón. Con cada nuevo paso que daba, sentía el pavor haciendo estragos en su estómago.

Pero cuando estuvo más cerca, escuchó al hombre hablar, su voz tranquila:

―¿Te gustó la clase, cachorrito? ―decía, y oyó la afirmación de Kook al hacer sonar el chupete―. Te portaste muy bien hoy, eres un buen cachorro.

Taehyung sintió más vergüenza por toda esa situación, siendo sincero. Jungkook era muy mimado y llorón, siempre se ponía a reclamar cuando un desconocido o alguien que no le caía bien le tomaba en brazos. Además, no solía relacionarse mucho con alfas, el único que conocía bien era a Seokjin, amigo de Taehyung, con quién había una extraña relación de amor-odio. Le sorprendía por completo que Kook estuviera tan cómodo en los brazos del profesor Min.

Aclaró su garganta, haciendo que el profesor se volteara.

―Pro-profesor Min ―dijo Taehyung, bajando la vista al sentir su rostro colorado―, um, el... Mu-muchas gracias por... uh...

―¿Quiere que le devuelva a su bebé? ―preguntó el señor Min, sobresaltándolo.

―¡Sí, por favor! ―tartamudeó.

Pensó que el hombre pondría una expresión de desagrado ante sus palabras, dichas sin un poco de respeto, pero sólo esbozó una sonrisa suave. Jungkook lo miró, sonriendo también, el chupete todavía entre sus labios, y Taehyung lo recibió con rapidez, acurrucándolo en sus brazos. Su bebé olía ahora a cítricos y café, pero no era desagradable.

―¿Cómo se llama? ―preguntó el adulto, guardando sus marcadores de pizarra en el bolso, junto a sus papeles.

―Jungkook ―dijo Taehyung, y el bebé hizo sonar su chupete―, pero le gusta mucho que le diga Kookoo ―el omega volvió a poner su voz tímida―. La-lamento mucho interrumpir su clase, no pensé...

―Está bien, Taehyung―le interrumpió el profesor, agarrando su bolso y comenzando a caminar. El menor le siguió―. Es normal que un bebé lloré, aunque me sorprendió ver uno de repente en la clase ―Taehyung soltó una risa baja―. No sabía que tenías un bebé.

―No, es que... Tiene una niñera, pero ella me canceló hoy de repente, así que no tenía con quién dejarlo, por eso traje a mi Kookoo.

―¿Y su papá no podía hacerse cargo? ―preguntó el adulto, mirando al niño, que le estaba observando con sus ojos bien abiertos.

Los dos caminaban por el pasillo, en dirección hacia las oficinas. Taehyung no tenía su siguiente clase hasta en una hora más, así que, ignorando las miradas que varias personas le estaban dirigiendo, seguía al hombre. Si bien seguía algo tímido y avergonzado por la situación, sentía algo extraño en ese instante: el profesor Min tenía una voz demasiado... ¿atrayente? Sí, eso, y quería hablar con él. Era tan joven, según lo que sabía, no pasaba los treinta años y ya tenía un doctorado, sabía de tantas cosas, que Taehyung deseaba conversar demasiado con el alfa.

―Sólo somos Kook y yo ―le explicó Taehyung, sin un poco de vergüenza, pero como no quería hablar ese tema con el señor Min, se apresuró en continuar―. Me sorprendió que Jungkook fuera dócil con usted, ¿tiene hijos también?