O13

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Lo único bueno que trajo el regreso a clases era saber que pronto acabaría ese semestre y, con ello, podría dejar de esconder su relación con Yoongi.

Taehyung se rió cuando sintió la boca del alfa en su cuello, haciéndole un chupón encima de su glándula de feromonas. El omega gimoteó, dándole un golpe suave a Yoongi en la espalda para que lo soltara, pero poco logró.

—¡Yoooooooooongi! —dijo entre carcajadas—. ¡Oye, no seas aprovechado!

—Pero es que hueles muy bien —murmuró Yoongi, sin soltarlo, y Taehyung sintió la entrepierna dura de su novio contra su culo—, me dan ganas de comerte.

—¡Eres un descarado! —tartamudeó Taehyung, antes de girar su cabeza y recibir un beso en los labios—. Te odio demasiado.

—Vamos a fingir que te creo, bebé.

Como si lo hubieran invocado, el llanto de Jungkook resonó repentinamente. Los dos suspiraron al mismo tiempo, aunque Yoongi se puso de pie primero. Taehyung no sabía en qué momento, pero de alguna forma, ahora pasaba más tiempo en la casa de Yoongi que en la suya propia. No es como si se estuviera quejando, porque le hacía sentir muchas mariposas en el estómago.

Además, Yoongi se preocupaba demasiado por Jungkook, especialmente en hacerlo sentir cómodo allí.

Todo estaba yendo demasiado rápido, pero Taehyung lo disfrutaba por completo. Ya estaban a mitades de enero y pronto comenzaría su época de exámenes finales en la universidad.

Yoongi volvió con el bebé en brazos, que chupaba su pulgar, y Taehyung se enderezó para agarrarlo. Le revolvió la mata de cabello, oyendo el ruidito de gusto que hizo, y Yoongi no tardó en acostarse a su lado. Era sábado en la mañana, así que tenían tiempo suficiente para seguir acostados otro momento.

—¿Qué vamos a almorzar hoy? Te toca a ti —habló Taehyung, mientras Jungkook cerraba sus ojos para volver a dormir.

—Podemos comer fuera —sugirió Yoongi, perezoso—. No tengo muchas ganas de cocinar hoy.

—Nunca tienes ganas de cocinar.

Aun así, Taehyung no puso muchos reparos para la sugerencia de Yoongi. Le gustaba salir con el alfa y tener momentos de pareja con él. Especialmente, que el resto supiera que el mayor ya tenía a alguien a su lado.

Taehyung era demasiado celoso.

Más tarde, mientras Yoongi se duchaba, Taehyung estaba vistiendo a Jungkook para la salida. El bebé parecía reacio a querer ponerse el enterito de conejo, así que su mamá le regañaba sin descanso alguno.

—Te tengo demasiado malcriado —dijo Taehyung, un poco enfadado consigo mismo—, ya vas a ver, si sigues así, te daré una tunda en el trasero, Kookoo.

—¡Prrrrrrrrrrrrrrrr! —barboteó Jungkook, sacando su lengua. Taehyung le pellizcó la nariz, arrancándole un grito de queja.

—Compórtate —le dijo, serio, y Jungkook infló sus mejillas—. La próxima vez que me hagas un escándalo, no te daré más leche.

—¡Míoooooooooooo! —gritó el bebé, pataleando, y Taehyung rodó los ojos.

—¿Otra vez peleando? —preguntó Yoongi, saliendo del baño con una toalla alrededor de su cintura. Taehyung miró a otro lado—. Bebé, sabes que Jungkook...

—Está muy mimado —le interrumpió Taehyung, con claro desánimo, y Jungkook trató de bajarse de la cama. El chico lo ayudó, poniéndolo de pie, y el pequeño comenzó a tambalearse—. Me cuesta demasiado ser muy duro con él, es como si mi corazón se ablandara cada vez que me mira.

Way back home › YoontaeWhere stories live. Discover now