Capítulo 1.

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-El día de hoy, se encontraron dos cuerpos cruelmente mutilados en la frontera de Corea del norte y Corea del Sur. Las autoridades no han podido hallar ninguna pista al respecto sobre el sospechoso -.

—¡Que montón de mierda! — el rostro del hombre evocaba total y completa molestia. Inmediatamente su personal apago el televisor al ver la reacción de su amo.

El sonido de unos tacones se hizo presente, acercándose al hombre, al estar a un lado de él, se hincó, relajando sus manos en sus muslos y llevando la mirada al suelo — mi señor ¿necesita algo?

—¿Dónde está J-Hope? — pregunto fríamente.

—El amo J-Hope, se encuentra en su casa de descanso, pidió no ser molestado—declaró.

El hombre respiró pesadamente, sabía a lo que se refería con esa "casa de descanso". Para J-Hope, descansar era de manera especial y diferente al del resto de las personas — Llámalo— la mujer inmediatamente se levantó y cumplió el pedido de su amo, regresando a su posición de servicio.

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MANICOMIO JACK IN THE BOX

Habitación 7

El pasillo que conectaba a todos los cuartos se podía gozar de un perfecto silencio y tranquilidad. Su iluminación blanca, hacía que todo pareciera estar en completa armonía, ninguno de los pacientes estaba causando alboroto, todos se encontraban dormitando después de sus dosis de medicamentos, todos menos la habitación siete.

—¡oh, cariño, voy a llevarte al mismísimo infierno! — Sonrío de oreja a oreja, mientras colocaba una línea de polvo blanco en el cuerpo erecto de su pene —No desperdicies ni un gramo ¿oíste?

La enfermera asintió con la cabeza, saboreándose el delicioso manjar que tenía frente a ella. Tapo uno de sus orificios nasales e inhalo por todo el miembro erecto de su amo, cuando exhaló por la boca de satisfacción, J-Hope aprovecho e introdujo su miembro por completo.

—Abre más la boca, te juro que, si siento tus dientes en mi verga, voy a sacártelos uno a uno — pasó su mano por el cabello de la enfermera, tirando de un mechón castaño que sobresalía detrás de su oreja. El pelinegro comenzó a guiar la cabeza de ella, cada vez más rápido.

J- Hope dejo caer la cabeza hacia atrás, disfrutando del placer que estaba recibiendo. Su mente divagó por un segundo, cuando el sonido de su teléfono hizo que regresara a la realidad — Continua cariño, debo atender esta llamada.

La enfermera continuó con la felación, sus ojos lagrimeaban al tener algo tan grande dentro de su cavidad oral, mientras sus manos apretaban los muslos de su amo; estaba cansada, pero sabía que, si no lo complacía o lo lastimaba por una imprudencia suya, estaría muerta, como algunas de sus excompañeras.

—¿Qué carajos quieres Agust? — Peino su cabello hacia atrás, que estaba pegado a su frente por el sudor — estoy descansando.

—¡CALLATE, PENDEJO! — vociferó — No me importa en donde estas, debes regresar — la voz de Agust sonaba arisca; J-Hope sabía que Agust nunca interrumpiría su descanso a menos que realmente este ocurriendo algo grave.

—esta bien, esta bien— a comparación de Agust, el temperamento de J-Hope era más relajado, quizá era el efecto de las drogas en él o simplemente que todo lo veía con humor — por lo menos ¿puedo terminar a que terminen de chupármela?

Agust colgó la llamada —supongo que eso es un no — dejo salir una ligera carcajada. Sus delgados dedos se enredaron con el cabello de la enfermera, estrechándola. Impulsado a que lo tragara todo de un bocado; ella comenzó a ahogarse, las lágrimas recorrían sus mejillas, pero eso no le importaba al pelinegro, al contrario, lo provocaba aún más. Los gemidos de J-Hope sonaban cada vez más fuertes, mientras ella golpeaba ligeramente sus muslos para tratar de sacarlo de su boca —mientras más te resistes, más deliciosa te vuelves ante mis ojos — la chica apretó los ojos, estaba quedándose sin aire, creyó que iba a morir. J-Hope dejo salir un último gemido, curveando su espalda ante tal satisfacción.

L I N EWhere stories live. Discover now