Capítulo 11.

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J-Hope manejaba de manera acelerada, rebasando autos como si fuera parte de una carrera. El acelerador lo tenía hasta fondo, el volante lo sostenía con una mano mientras la otra estaba ocupada espolvoreando hierba verde en un pedazo de papel.

Bonnie se encontraba en el asiento del copiloto, aferrándose del cinturón de seguridad al ver cómo cada segundo su vida corría peligro dentro de ese auto. Sus ojos se abrieron a lo grande cuando la parte trasera de un remolque estaba a punto de impactarse contra ellos.

— ¡CUIDADO! — cerró los ojos.

Hope hecho un vistazo al frente, se tomó su tiempo para colocar el cigarrillo en su boca y sujetar con ambas manos el volante, desviando abruptamente la dirección del auto. Soltó una carcajada escandalosa al esquivar el remolque.

— ¡Pip, Pip! — dijo entre risas, mientras apretaba el claxon.

La joven abrió un ojo lentamente, observando si aún seguía en el presente. Trago saliva amarga y espiro con pesadez.

— por favor, m-maneje con cuidado, amo. — habló con miedo.

Hope no escuchó lo que Bonnie había dicho, pues estaba muy ocupado esculcando con sus finas manos los bolsillos de su saco y pantalón.

—¿dónde mierda deje mi encendedor? — se preguntó a él mismo con una expresión confundida en su rostro.

Con total despreocupación, soltó el volante.

— ¡amo! — exclamó con miedo.

El risueño giro su torso, para buscar en los asientos traseros.

— Sostén el volante — habló con tranquilidad.

La joven sin dudarlo tomó el control del vehículo.

— por favor, amo — manejaba el volante con dificultad — miré al frente.

— cállate, no me dejas pensar donde deje mi encendedor — rebuscaba por los asientos.

El risueño trato de impulsarse para alcanzar más al fondo, pisando el acelerador hasta el tope; el auto precipitó de un momento a otro el cambio de velocidad de manera agresiva, provocando que la joven perdiera el control y se pasara al carril que iba sentido contrario.

— ¡oh! ¡aquí estas! — consiguió el encendedor que estaba debajo de uno de los asientos.

El pitido de uno de los autos se escuchaba en descontrol. Ese sonido se hacía cada vez más cercano y desesperadamente ruidoso.

— ¡Vamos a chocar! — Gritó. Trato de mover el volante, pero, el cuerpo del risueño se interponía.

Hope, de lo más sereno encendió su cigarrillo, ignorando el ruido de los autos y los gritos de la joven. Colocó el cigarrillo en su boca y lo fumo profundamente, reteniendo el humo en la garganta hasta llevarlo a los pulmones.

L I N EWhere stories live. Discover now