Capítulo 13

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Tul abrió la celda y entró, caminando directamente hacía el hombre encadenado contra la pared, su corazón dando un vuelco ante el estado en que este se encontraba

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Tul abrió la celda y entró, caminando directamente hacía el hombre encadenado contra la pared, su corazón dando un vuelco ante el estado en que este se encontraba.

—Querida diosa —murmuró para sí mismo, recorriendo con los ojos el ensangrentado y magullado cuerpo del alfa.

Terminando con la distancia entre ellos, Tul tomó entre una de sus manos la cabeza que colgaba apoyada en el pecho del alfa y la levantó con suavidad, resultó que su rostro no estaba mucho mejor que su cuerpo. Ambos ojos hinchados y ennegrecidos, su pómulo izquierdo abierto con una cortada donde había sangre coagulada y sus labios estaban reventados.

—Aquí, toma esto —le incitó a tomar de la botella de agua que había llevado en su mano, era todo lo que le habían permitido llevar, pues al parecer el alfa había sido sometido a la falta de alimentos.

Max bebió animadamente.

—Está bien, está bien, despacio, no voy a llevarla a ningún lado —consoló con voz suave cuando el alfa se atragantó—. Sí que te hicieron mierda —comentó con pesadez una vez la sed del alfa pareció haberse saciado, Tul dio un paso atrás.

—Han sido más suave de lo que esperaba —Max bufó, su voz débil y ronca.

Mirando las cortaduras y los moretones visibles por todo el cuerpo y rostro del hombre una vez más, muy para su pesar, Tul debía admitir que su compañero tenía razón, a pesar del mal estado en que se encontraba, ciertamente no lucia como si realmente hubieran usado todos sus métodos en él.

—Al parecer están teniendo misericordia de mí, ¿quizás debido a ti? —Se burlo.

—Posiblemente —Tul aceptó—. Pero Max, ¿realmente piensas que podrás soportar mucho más? Como has dicho, ellos no están actuando con todo sobre ti, pero estás bastante deteriorado, ¿por qué sigues soportando esto? ¿Por qué simplemente no les dices lo que quieren saber?

—¿Tu lo harías de estar en mi lugar? —Max le miró lo mejor que pudo a través de sus muy hinchados ojos, lo que en realidad no era mucho.

Tul frunció el ceño y apretó los labios ante la pregunta del alfa, no siendo capaz de responder.

—¿Ves? Conoces la respuesta a la perfección Pakorn, no sé por qué siquiera preguntas. —Una tos interrumpió las palabras del alfa y Tul se acercó para ayudarlo a través de ella cuando este pareció perder el aliento y atragantarse—. De t-todas formas, ¿q-qué buscas a-aquí? —Jadeó sin aliento.

—Tú también conoces a la perfección la respuesta de eso. —Tul se alejó nuevamente, solo que esta vez se dirigió hasta uno de los estantes, de donde sacó un par de paños y luego tomó un cubo para llenarlo de agua.

—Te dije que te olvidaras de eso, Pakorn, ¿no puedes entender que no te quiero? ¡¿Por qué simplemente no me dejas en paz?! —Nattapol gritó, o más bien hizo su mejor intento de ello.

El omega de un depredador-BrightWinWhere stories live. Discover now