Capítulo 3

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- Este entrenamiento consistirá en tres pruebas, tenga en cuenta que es como si se saltara los primeros dos escalones de la pirámide jerárquica

Aquellas palabras no animaron más a Dahlia, sino que hicieron que sus nervios comenzaran a aumentar cada vez más.

- Lo primero, deberá aguantar tanto el frío como el calor sin inmutarse, el riachuelo que tenemos cerca viene de la montaña Satirus, una montaña rocosa y helada, por tanto hoy comenzará a nadar en él - le señaló el pequeño río - estará diez minutos dentro

Dahlia se quedó mirándolo y corrió hacia el riachuelo que aparentemente no parecía que estuviera helado pero cuando su piel se sumergió en el agua, su cuerpo no podía parar de temblar, sus dientes hacían ruido al chocar los de arriba con los de abajo, al respirar el aire abandonaba el cuerpo helado y el poco vapor cálido que le quedaba se despedía de ella. 

Tuvo muchas ganas de salir de ahí, pero ya había hecho suficiente el ridículo delante del general, por tanto tuvo que aguantarse las ganas como pudo. Esos diez minutos parecían horas y cuando finalizó, Dahlia quedó unos minutos más, sus articulaciones no se movían y toda ella parecía una estatua ocurrida en el agua.

-Sorprendente, señorita Russo, los Privatus no aguantan ni cinco minutos usted ha aguantado quince - le ayudó a levantarse y le acercó una manta que habia traído en el maletín que transportaba el caballo negro.

La manta le ayudó mucho y fue recuperando su temperatura normal poco a poco. Tras unos cuántos minutos en los que Dahlia se concentraba en proporcionar calor a todas las partes de su cuerpo, el general que había aprovechado para beber unos tragos de su cantimplora de whisky, le explicó las demás pruebas que tendría que hacer.

- Ahora que su circulación sanguínea está activa, quiero que corra alrededor del valle veinte vueltas, le estaré cronometrando, así que ya puede comenzar...

Dahlia soltó un largo suspiro y empezó a correr. El general Patton se sentó en una piedra cómodamente, lo cual dio mucha envidia a la corredora que ya notaba como sus piernas le fallaban al igual que su respiración. Cuando ya había terminado las primeras diez vueltas se tiró al suelo exhausta.

-La resistencia no es su fuerte por lo que veo - apuntó eso mismo en un papel después de parar el cronómetro de nuevo.

Deseó poder coger esa máquina y tirarla lejos.

-Recupere el aire, tendrá un descanso de una hora antes de subir la montaña - le dijo mientras señalaba con el dedo la montaña Satirus de la que antes había hablado.

Dahlia notaba como su garganta le sabía a sangre, su respiración entrecortada y sus piernas temblorosas...
¿Acaso el general no se daba cuenta de que no era lo suficientemente fuerte para esas pruebas? Pero, entonces recordó su promesa, así que se levantó y le dijo.

-La subiré - informó apretando el puño derecho. 

-Esa es la actitud, tendrá que subirla con estas dos bolsas llenas de piedras, esos brazos tan delgados tienen que ponerse en forma pronto - le dijo mientras recogía rocas del suelo - el problema de esta prueba no es el peso, si no la delicadeza con la que tienes que llevarlas, la tela de las bolsas es muy fina y se rompe con la mirada, así que tendrás ir despacio y con paciencia

Dahlia se quedo pálida y la seguridad de su cuerpo se había escaqueado, y ahora estaba ella sola ante aquel desafío. 

El general Patton, no cambiaba de expresión, su rostro transmitía tranquilidad, pero su mirada era severa, sus labios estaban siempre horizontales y sus ojos observaban atentos el entrenamiento de la novata.

Cuando finalizó el tiempo de descanso, Dahlia se cargó con ambas bolsas y empezó a subir, las bolsas aguantaron una hora sin romperse y cuando lo hicieron, Dahlia, cayó al suelo llena de rabia y frustración.

El resurgir final (A.L.P) #3Where stories live. Discover now