Capítulo 10

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Sus zapatos se encontraban encima de una gran mancha de sangre, había varias gotas que mostraban un camino hasta una habitación que ya no tenía puerta.

Antes de entrar la voz de Edric la sacó de aquel trance.

-¿Dahlia, has visto algo más? - gritó Edric desde el piso inferior.

Dahlia no respondió quería descubrir quién era la persona que había perdido tanta sangre.

Se asomó con lentitud pero no logró ver nada, la oscuridad invadía el cuarto y la única luz que había era la difusa luz de la luna.

Con un pequeño chispazo logró encender la bombilla que había en el techo, no sabía ni cómo había aguantado intacta ya que la mayoría de los objetos se encontraban hechos pedazos.

Al iluminarse con más claridad la habitación pudo ver cómo este era un cuarto de gran tamaño, las paredes estaban tapizadas con un papel de colores y los muebles eran bastante pequeños. Dahlia supo que aquel cuarto era de algún niño.

No dio más de dos pasos cuando en el suelo cerca de los pies de la cama se asomaban dos pequeños pies que llevaban unos zapatos blancos de charol, los mismos que llevaba ella cuando era niña.

El miedo se esfumó completamente cuando vio aquella imagen.

Una niña se encontraba sin vida en el suelo de aquella fría habitación, su vestido que en algún momento había sido blanco se había teñido de un rojo intenso que pintaba también el suelo.

Su pelo de un tono rubio estaba despeinado y esparcido por su cara, impidiendo que Dahlia pudiera ver con claridad su rostro.

Dahlia se agachó a su altura y con su mano le apartó los mechones con cuidado.

La expresión de su cara solo podía mostrar una emoción, miedo, tenía la boca completamente abierta como si no hubiera dejado de gritar en sus últimos segundos de vida. Por sus mejillas, se podían percibir el camino de las lágrimas, ya secas, que habían cruzado sus rosados mofletes.

Dahlia observó cómo de su cuello colgaba un pequeño colgante con forma de estrella, al agarrarlo este se abrió en dos partes dejando ver en cada lado dos fotos.

En una de ellas esa misma niña se encontraba feliz y alegre y en la otra dos adultos sonreían abrazados, supuso que eran sus padres. Dejó el colgante otra vez en su cuello y la observó de nuevo.

Entre sus manos agarraba con fuerza un peluche, sus manos no se habían separado de él sin importar que hubiera dejado ese mundo.

Dahlia sintió como una lágrima caía por su rostro, agarró la mano libre de la niña mientras se sentaba con sus rodillas en el suelo.

Esto es mi culpa

De nuevo aquella sensación invadía su cuerpo, la culpabilidad. Esa niña tenía una vida, una familia, un futuro...

No se merecía haber sufrido aquel destino, ella debería estar corriendo, jugando o mirando al cielo preguntándose qué poder le gustaría tener.

No soportaba pensar que ella era la causante de las miles de muertes que se producían cada día, su mano apretó la de la pequeña. Estaba congelada y rígida, intentó darle algo de calor pero seguía de un color pálido.

-Lo siento, perdóname - le susurró acariciando su pelo liso. - Lo siento - esta vez fue casi inaudible.

Con delicadeza le dejó la mano en su regazo y la cogió en brazos para dejarla en la cama, las sábanas se mancharon con un poco de sangre.

Colocó a la niña de manera que pudiera descansar en paz, era lo más que podía hacer por ella.

Se separó de la cama y la miró durante unos segundos mirando su inocente cara.

El resurgir final (A.L.P) #3Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang