CIEGAMENTE (Adaptación) FINALIZADA

QUINCE

Todos seguían en la búsqueda del doncel sin descanso les preocupaba que algo malo le haya sucedido o se haya perdido al no poder ver, los padres del pelinegro se encontraban más angustiados y preocupados por su hijo, al cabo de un par de horas todos se volvieron a reunir en un parque el último en llegar fue Jom quien al parecer tampoco había logrado nada.

—Lo siento mucho nadie lo ha visto. –Respondió ante los padres, la peliroja quien tenía la esperanza de que alguien pudiera dar con su hijo se esfumó tras escuchar esas palabras.

—Mi pequeño Gulfie.

—Vamos querida es mejor regresar a casa. –Su marido trato de consolar a su esposa sin éxito, sin nada más que hacer regresaron a la casa de los señores Traipipattanapong tristes.

En todo el trayecto nadie dijo nada todos estaban tristes con la desaparición del pelinegro, pero al llegar a la casa de los Traipipattanapong se llevaron la sorpresa de ver a cierto pelinegro con ropa diferente a la que usaba el día de ayer.

—Gulf mi niño.

La primera persona en reaccionar fue la peliroja al ver a su hijo de nuevo.

—Mamá dónde est...

No pudo terminar su frase pues los brazos de su progenitora lo atraparon rápidamente en un abrazo.

—Mi Gulfie ya estás en casa.

—Si lo estoy.

Todos se acercaron al chico y lo envolvieron en un abrazo.

Minutos después de aquel abrazo entraron a la casa para ser muy atentos y cariñosos con el doncel.

—Gulf ya que nadie lo ha mencionado, ¿de dónde sacaste esa ropa?.

—Oh ¿esta? bueno me la prestó la persona que me ayudó a volver.

—Te quedaste en casa de un desconocido. –Preguntó algo curioso su primo ante lo dicho por el pelinegro.

—Bueno si pero fue muy amable conmigo además estudia para médico.

—Vaya mi Gulfie si que tuvo suerte.

Decía con alivio Khwan ante la suerte de su hijo.

—Y como se llama ese salvador hijo.

—Mmm Paswitch si no mal recuerdo. –Dijo recordando el nombre del varón que lo ayudó.

Todos guardaron silencio tras la mención del susodicho y fue el pelirojo en romperlo.

—Vaya ese Paswitch debe ser una buena persona para ayudarte. –Dijo con una sonrisa y quitar la tensión que se había formado.

—Si lo es. –Respondió Gulf con una radiante sonrisa.

—Gulf cámbiate esa ropa ahora mismo. –Dijo su padre a quien le cambió el tono de su voz a uno serio.

—Pero ¿que tiene de malo?

—Hijo por favor hazle caso a tu padre.

—Pero...

Quizo negarse más la voz de su padre lo interrumpió.

—¡¡¡BASTA!!! ve a tu habitación y cámbiate esa ropa.

Tanto el pelinegro como el pelirojo les sorprendió la actitud del mayor, Gulf no dijo nada y solo se dejó ayudar por su primo a ir a su habitación mientras los demás solo eran espectadores y no comentaban nada.

—¿Qué que les pasa?.

—No lo sé yo también estoy sorprendido es la primera ves que papá levanta la voz.

Therd notó la tristeza de su primo que mejor decidió cambiar el tema.

—Y dime cómo te sientes con lo de Mew.

—Duele sabes pero tal vez tenga razón.

Su semblante se puso aún más triste pero su primo no permitió que llorara.

—Gulfie el no tiene razón en nada tu eres la persona más linda y cualquiera se daría cuenta de eso.

—Gracias Therd pero él no lo vió así.

—Gulf la única razón por la que él te dijo todo eso es por qué el está comprometido con alguien más.

Las palabras del pelirojo traspasaron todos los pensamientos del pelinegro haciendo que su corazón doliera ante la noticia.

—¿Que has dicho?.

—Gulf él está comprometido con alguien más, Kao y los demás lo sabían he intentaron decirte a ti y a mi pero los ignoramos.

Rebeló sin notar lo que sus palabras provocaban al pelinegro.

—Así que es así. –Dijo mientras lágrimas traviesas resbalaban en sus mejillas. —Y ¿sabes con quién? –Preguntó queriendo saber quién fue la persona que ocupaba el corazón del Jongcheveevat.

—Mmmm al parecer es con Charlotte.

Hubo un silencio entre ellos pero en la mente de Gulf estaba hecha un alboroto.

—Por favor necesito estar solo.

—Pero...

—Therd por favor.

El pelirojo no hizo más que obedecer salió de la habitación y tras cerrar la puerta escuchó como ponían seguro a esta.

—No quiero ver a nadie. –Dijo el doncel tras el otro lado, lo que preocupó a su primo fue el horrible estruendo de las cosas siendo tiradas y el doloroso llanto que se escuchaba dentro de esta.