10, La charla con Harry

100 11 2
                                    

10, LA CHARLA CON HARRY

Lyra no sabía muy bien cómo se las había apañado para regresar al castillo. Lo único que sabía era que el viaje de vuelta parecía no haberle costado apenas tiempo y que no se daba muy clara cuenta de lo que hacía ni tampoco oía a Ron y a Hermione, porque en su cabeza aún resonaban las frases de la conversación que acababa de oír.

¿Por qué nadie le había explicado nada de aquello? Dorcas, Remus, sus tíos... ¿Por qué nadie le había explicado nunca que los padres de Harry habían muerto porque su tío los había traicionado ?

Lyra, Ron y Hermione observaron intranquilos a Harry durante toda la cena, sin atreverse a decir nada sobre lo que habían oído, porque Percy estaba sentado cerca. Cuando subieron a la sala común atestada de gente, descubrieron que Fred y George, en un arrebato de alegría motivado por las inminentes vacaciones de Navidad, habían lanzado media docena de bombas fétidas. Harry, antes de que Lyra pueda hablar con él, se fue a hurtadillas hasta el dormitorio.

Esa noche Lyra apenas pudo pegar un ojo, incluso con Hermione durmiendo a su lado. Su cabeza era un remolino de pensamientos que no paraba.

—Lyra..., tienes un aspecto horrible.

Al despertarse, había hallado el dormitorio desierto, se había vestido y bajado la escalera de caracol hasta la sala común, donde no había nadie más que Ron, que se comía un sapo de menta y se frotaba el estómago, y Hermione, que había extendido sus deberes por tres mesas.

—¿Dónde está todo el mundo? —preguntó.

—¡Se han ido! Hoy empiezan las vacaciones, ¿no te acuerdas? —preguntó Hermione, mirando a Lyra detenidamente—. Es ya casi la hora de comer. Pensaba ir a despertarte dentro de un minuto.

—¿Harry? —preguntó y se sentó en una silla al lado del fuego. Al otro lado de las ventanas, la nieve seguía cayendo. Crookshanks estaba extendido delante del fuego, como un felpudo de pelo canela.

—Iré a despertarlo en un minuto —dijo Ron—. Pero primero debemos hablar contigo.

Lyra observó a sus amigos y esperó paciente, sabiendo de antemano que alguno iba a querer hablar del tema. Hermione lo había sacado casualmente la noche anterior, pero Lyra fingió no entender a qué se refería y finalmente Hermione se durmió.

—Es verdad que no tienes buen aspecto, ¿sabes? —dijo Hermione, mirándole la cara con preocupación.

—Estoy bien —dijo Lyra—. No pude dormir bien anoche, eso es todo... Escuchen —añadió, viendo que intercambiaban miradas para decidir quién hablaba primero—. Mi familia es bastante complicada, muchos fueron parte de los mortífagos y sé que no es mi culpa... Pero lamentablemente el apellido carga cosas malas —tomó aire y tragó, tratando de retener las lágrimas—. Entiendo que hicieron cosas malas, pero nunca había escuchado que afectara a alguien tan cercano como Harry... Ustedes no viven las miradas de asco o miedo que me lanzan en los pasillos, solamente por tener el apellido Black. Todos creen que soy algún tipo de amante de las artes oscuras o algo así, es insoportable.

Lyra Black y el Prisionero de Azkaban [3] Kde žijí příběhy. Začni objevovat