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YoonGrinch despertó a causa de los villancicos en el viejo tocadiscos y sin percatarse había estado cantando medio dormido "con mi burrito sabanero", eso fue lo que lo asustó al inicio. Luego de despabilarse bien y observar su alrededor se percató de que no había nadie en la cama y Holly tampoco se encontraba en ningún lado.

Los ojos amarillos se abrieron sobre manera y sus finos labios rositas temblaron, la soledad y la incertidumbre de ser abandonado lo golpeo fuertemente. Sin embargo, sus pensamientos negativos se esfumaron cuando el Quien rubio salió de su cocina con un plato lleno de hot cakes.

—Si me ven, si me ven, voy camino a Belén~— canturreo JiMinLou moviéndose con el ritmo —tuki tuki tukita~— continuo animadamente, dejando la comida sobre una fea mesa sin saber que era observado.

—¿Qué hiciste con Holly?— interrogó YoonGrinch, acercándose y asustándolo por la aparición tan repentina.

—¿Uh?— dudo JiMinLou desconcertado.

Ambos miraron hacia la entrada de la cueva, por donde el cachorro cafecito venía de regreso con un periódico en la boca y todo quedó aclarado. El YoonGrinch había tenido miedo de perder a su único amigo y única compañía, todo por culpa del Quien rubio, así que ahora estaba molesto.

JiMinLou sonrió extensamente en cuanto Holly le entregó los papeles y lo vio correr hacia el plato de comida que lleno para él momentos atrás con croquetas. Tranquilamente tomó asiento para desayunar, tenía mucha hambre y estaba más contento de lo normal porque logró su cometido de llegar a la cueva.

—Perro traicionero— siseo YoonGrinch con deje, se supone que le debía dar el periodico a él y no al Quien rubio.

—Vamos, siéntate y come antes de que se enfríe— le animó JiMinLou con la boca llena de hot cakes y jarabe de maple.

El YoonGrinch se relamió los labios porque olía delicioso y aniñadamente se dejó caer en la otra silla que había a la par para desayunar. Estaba muy atarantado porque no recordaba cuándo fue la última vez que comió algo casero y recién hecho.

JiMinLou río por lo bajo al ver como el YoonGrinch tomaba con las verdes y peluditas manos el hot cake y lo devoró hasta llenarse toda la boca. Claro que eso demostraba que el contrario no tenía conocimiento de los modales o algo parecido, pero no le molesto y en cambio le enterneció.

—¿Qué demonios haces todavía aquí?— preguntó tajantemente YoonGrinch, chupándose los dedos y siendo consciente de los ojos grises sobre él.

—Ayer tenía la intención de invitarte a mi hogar, hoy es Nochebuena y quería que lo pasaramos juntos— informó, sacando de su bolsillo una bonita invitación que hizo a mano para la ocasión.

El YoonGrinch se atiborro la boca con otro hot cake y tomó el papel que el Quien rubio le extendía, leyó lo que decía y se quedó en "JiMinLou". Hasta el momento no sabía el nombre del mocoso y ahora al saberlo creyó que le quedaba, era lindo como él. Tardó un buen rato repitiendo mentalmente el nombre y también comprendiendo que alguien quería estar a su lado, eso era nuevo.

—¿Por qué pasaría la noche buena contigo?— dudo y arqueo su ceja con disgusto — ¿Por qué celebraría una estupidez como nochebuena o navidad?— insistió y prefirió continuar comiendo.

JiMinLou se encontró abochornado por lo que confesaría, no tenía la mínima idea de cómo afrontaría el repentino "amor a primera vista" que tuvo con él y se dijo que igual no perdería nada.

Por que si, JiMinLou se había enamorado y lo comprendió muy rápido, ya que desde el primer momento había curiosidad hacia el YoonGrinch, pero también algo más. Lo descubrió cuando vio las fotos que los señores Rue le mostraron y escucho a JungKookRue hablar de su doloroso pasado, él quería reparar los daños y hacerlo feliz.

JiMinLou sabía que esos sentimientos podrían ser muchas otras cosas como la amistad o la empatía, pero reconocía que era amor por que tambien sentia atraccion al YoonGrinch. No lo consideraba extraño ni nada parecido, le gustaba su color verdoso y su peludito cuerpo, también sus ojos amarillos penetrantes y labios finos rositas.

—Me gustas, es normal que desee estar contigo en un dia tan especial— respondió, sintiendo sus mejillas arder —Celebrar nochebuena o navidad es importante, sé que no te gusta, pero creeme que es lindo cuando estas con los Quienes correctos— agregó, mordiendo su labio inferior.

Tanto Holly como el YoonGrinch se quedaron sorprendidos por sus palabras, ninguno de los dos podía creer lo que acababan de escuchar. El silencio y las dudas se amontonaron en el interior de la cueva, haciendo el ambiente pesado.

—¿Gustar?— balbuceo el YoonGrinch incrédulo y creyó que JiMinLou se burlaba de él, eso debía ser por que no habría otra explicación lógica.

Holly se preocupó por la forma en que los ojos de su dueño brillaron, corrió hacia su camita y se hundió a la vez que tapaba su cabecita con las patitas. El YoonGrinch se lanzó hacia JiMinLou como un depredador y los dos cayeron al piso, mirándose fijamente, uno sorprendido y el otro enfurecido. La cercanía era algo aterrador, ya que sus narices rozaban entre sí y podía sentir la respiración del contrario golpeando contra sus rostros.

—No hay nada de bueno en mi, soy un monstruo y te advertí que te devoraria.

—Hay muchas cosas buenas en ti, no eres un monstruo, tú eres un Quien como yo y no te tengo miedo YoonGiRue— refutó JiMinLou, estremeciéndose por el fuerte agarre en su cintura que se apretaba con cada una de sus palabras.

Volver a escuchar su nombre real y no el sobrenombre hizo que YoonGrinch enfureciera mucho más, los recuerdos de su infancia volvieron a él y las risas de sus compañeros resonaron en sus oídos.

Él no era YoonGiRue, no era el niño Quien bueno que amaba la navidad. Él era YoonGrinch y odiaba la navidad, todos debían temer y huir de su presencia.

—Deberías tenerlo— recomendó mordaz, atrayéndolo mucho más y poniéndolos a los dos de pie —No sabes lo que podría hacerte, si quisiera— amenazo contra su oído, utilizando una voz profunda y ronca.

JiMinLou abrió sus ojitos como platos por el trasfondo de esas palabras, se alejó unos pasos y continuó retrocediendo porque YoonGrinch avanzaba hacia él. No se dio cuenta de cuando voluntariamente se paró sobre una compuerta, hasta que esta se abrió bajo sus pies.

El YoonGrinch lo había hecho a propósito para tirar de una cuerda y enviarlo por el ducto de la basura hacia villa Quien, deseando desaparecerlo de su vista antes de enloquecer. Logró su cometido y se burló al recordar el rostro lleno de nerviosismo que JiMinLou tenía antes de caer y gritar, aunque se detuvo al ver que su mascota estaba detrás de él.

Holly tenía la invitación en su hocico, movía la colita de un lado al otro y miraba a su dueño con un claro mensaje "Debería ir" es lo que le diría si hablara.

—Oh no, ni lo pienses— exclamó YoonGrinch cruzándose de brazos.

En cambio Holly ladró repetidas veces, se enredó en sus piernas y le insistió tanto que YoonGrinch no tuvo otra opción más que considerarlo. Quizas iria, despues de todo fue invitado especialmente y habría comida casera gratis.

Sí, solo lo haría por eso y no por el bonito JiMinLou, claro que no.

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𝓨𝓸𝓸𝓷𝓖𝓻𝓲𝓷𝓬𝓱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora