CAPITULO 2 VERDADES

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Entre los cuatro Natouch se dividían todas las tareas, y no se quejaba, era mas que justo. Sus tías ya eran mujeres mayores, pero lo habían sorprendido, tenían más energía que el, eso hería un poco su orgullo, lo que lo consolaba era que el no estaba acostumbrado a ese tipo de vida, asi que tenía que esforzarse.
Era sábado, gracias a Dios, al día siguiente descansarían, por eso tenía que esforzarse mas, asi que  se apuró, no quería quedar mal con ellas, les debía mucho, gracias ellas estaba iniciando una nueva vida, muy diferente a lo que había esperado , pero hacia su cometido, y no tenía como pagarles, solo con trabajo en su granja, ya que a ellas no les importaba nada mas, ellas amaban su casa, su familia y su gente, eran lo mas importante.
El era parte de la familia, pero había dado señales tan erradas que ellas se mantuvieron alejadas, no las culpaba, había sido un niño feliz, pero muy tímido, no había tenido muchos amigos, por decir que no los había tenido, solo había tenido a sus padres a su lado, con eso fue más que suficiente, hasta que estos habían fallecido.
Recogió los suficientes huevos para el desayuno, lucho contra las gallinas, todavía no lo aceptaban, aun lo picoteaban, pero era cuestión de tiempo, salió con algunas plumas en su ropa y cabello, fue hacia la cocina para dejar la canasta llena. Salió de nuevo para ir por la leche, si, tenía que ordeñar a las vacas, o lo intentaría, eso era lo mas difícil, no tenía la gracia de tomar las ubres y que de ellas salieran leche.
Hizo su mejor esfuerzo, pero solo consiguió medio litro. Fue de nuevo hacia la casa y dejo el recipiente en la mesa, se sentía tan avergonzado, como siempre desde que había llegado, pero no se rendiría, ese era su nuevo hogar.
-Buenos días- le saludo Piper entrando en la cocina ya cambiada, con su cabello gris y las puntas azul eléctrico.
-Buenos días Piper, ¿cómo amaneciste?- la saludo con una sonrisa quitándose una pluma de gallina del cabello.
-Bien, ¿y tu?- fue hacia la estufa.
-Bien, intentando hacer mis tareas, pero no lo hago muy bien- reconoció avergonzado mirando lo que había logrado.
-Lo haces muy bien, te esfuerzas mucho- dijo poniendo agua a calentar en el pato.
-No tan bien como quisiera- dijo sacando los huevos de la canasta para ponerlos en su lugar.
-No te presiones, la vida aquí es muy diferente a la que tenías en Amarillo- le dijo con una sonrisa consoladora.
-Lo es, pero soy algo inútil.
-No eres nada inútil- lo miro con ojos brillosos- cocinas muy bien y yo que fui Chef, se de lo que hablo- le guiño un ojo.
Piper había sido una gran chef de fama mundial, viajo por todo el globo terráqueo, hasta que hacia mas de cinco años que había decidido retirarse y regreso a su tierra natal Anáhuac, un año después la siguió Prue, que era Anticuaria, y había trabajado en uno de los mejores museos de Roma, y por último , hacía dos años que dos años que también se había retirado, ella fue una de los mejores reporteras.
-Aun asi, no siento que haga mucho- insistió.
-Haces mucho- lo contradijo Phoebe- eres un hombre viviendo en la casa de tres mujeres mayores– dijo entrando en el lugar, también ya cambiada y con su loco cabello pintado de rosa fucsia.
-Buenos días Phoebe- la saludo su hermana.
-Buenos días, ¿qué hacen?- les pregunto mirándolos mientras se sentaba en una de las sillas.
-Nada, solo estábamos decidiendo que todavía no doy el ancho- le dijo el castaño a la mas pequeña de las hermanas.
Ellas tenían estas edades, Prue, la mayor acaba de cumplir hacia un par de meses, sesenta años, Piper la de en medio tenia cincuenta y ocho años y por ultimo Pohebe la menor tenia cincuenta y seis, asi es, todas se llevaban dos años de diferencia.
-Tranquilo, acabas de llegar y nunca habías estado en una granja- le dijo esta.
-Es lo que le digo, pero el pobre anda todo deprimido que no entiende razones- intervino la otra hermana.
-No estoy deprimido- se defendió.
Las dos lo voltearon a ver con cara de no mientas.
-Esta bien- bufo- solo un poco- hizo la mundialmente señal entre el dedo pulgar e índice.
-Buenos días Natouch- saludo entrando la mayor, y si, con su cabello de color morado.
Las tres eran muy llamativas y guapas a su edad, desde la cabeza hasta los pies, con su cabello de colores, su maquillaje también era muy colorido, y su vestimenta, ni se diga, toda su ropa era de colores alegres y a veces algo descubierta, pero nada indecente, gracias a Dios.
-Buenos días- le saludaron.
-¿Cómo dormiste?- cuestiono Piper.
-Bien, ¿ustedes?- les sonrió abriendo el refrigerador.
-Bien -contestaron de nuevo al unísono.
-Me alegro- dijo sacando la bolsa con pan- por cierto, Fluke, te tengo una buena noticia- le dijo con una gran sonrisa.
-¿Una buena noticia?- la miro con el ceño fruncido.
-Sí, ayer recibí una llamada de Kao Nine.
-¿Qué tiene que ver Kao con Fluke?- cuestiono Phoebe.
-La maestra Ochoa va a tomar su incapacidad por maternidad- puso un par de rebanadas en el tostador.
Todos la miraron expectante, pero ella no decía nada.
-Prue, nos estas matando de curiosidad, y mas a Fluke- le dijo su hermana de en medio, que acababa de quitar el pato del fuego de la estufa de gas.
-Perdón, estaba pensando en algo mas- se giró para mirarlos- pues la plaza queda libre en menos de dos semanas, y están interesados en ti- señalo a su sobrino.
-Estoy perdido- se dejó caer en una de las sillas.
-Mira cariño- le tomo la mano la menor que estaba a su lado- la señora Ochoa espera cuates, asi que esta que apenas puede con ella misma, asi que adelanto su incapacidad, y por lo que he escuchado- se inclinó hacia el- aun no han encontrado a alguien suficiente capaz y con experiencia para que la cubra.
-Ok- asintió el menor- entiendo que la Teacher Ochoa espera dos bebes, y tiene que descansar antes de tiempo, pero no entiendo que tiene que ver conmigo- la miro.
-Ella es la maestra de los niños de primer año de kinder, son de tres y cuatro años- le dijo Prue sirviéndose un café.
-Está bien, pero, ¿cómo supieron que yo también soy teacher?- les pregunto mirándolas a las tres.
-La comunicación aquí es muy efectiva- le sonrió divertida Phoebe.
-Los chismes- dijo Fluke subiendo una ceja entre incrédulo y divertido.
-Ya lo tienes cariño- le palmeo la mano esta con mucho orgullo.
-Pero el señor Nine, ¿no es el dueño de la tienda Nine?- cuestiono perdiéndose de nuevo.
-Lo es, la mejor del lugar- opino Piper- tienen casi de todo, incluso vienen de otras ciudades mas grandes a comprar ahí.
-No quiero ser mal educado, pero…
-Esta bien- interrumpió la mayor- y decían que yo lo estaba matando de curiosidad- miro a sus pequeñas hermanas con sorna- te lo voy a resumir- dijo yendo con su café para sentarse frente a el-  la señora Ochoa es la maestra de la hija del señor Kaoi, Mia, y por eso el esta tan interesado en el asunto.
-Pe…pero estoy de vacaciones- las miro con los ojos bien abiertos.
-Seamos honestos Fluke-esta vez fue Piper quien hablo- tus vacaciones no lo son- lo miro con cariño y se sentó a su lado- viniste a nosotros porque necesitabas alejarte de los recuerdos, y antes de que digas nada- lo detuvo al ver que había abierto la boca para responder a eso- no estoy tratando de ofenderte, ni a la memoria de tus queridos padres, solo digo lo que las tres vemos- miro a sus hermanas- necesitabas un cambio de aires.
-Fluke- le llamo Prue de nuevo- no vamos a ondear en el tema- lo tranquilizo- tú te abrirás a nosotras en su debido tiempo, cuando estés listo, pero sabemos que escapas de algo, y como dijo Piper, no decimos que sea de tus papás, pero por algo viniste aquí.
-Te agradecemos tu ayuda aquí- esta vez hablo Phoebe- y sé que con el tiempo lo harás excelente, eres un joven muy inteligente y capaz, es de familia ya sabes-todos sonrieron con eso-  pero también amas tu trabajo, y esta es una muy buena oportunidad.
El castaño se quedó callado un buen rato con la mirada baja, esas mujeres eran muy buenas para leer a las personas, ya lo había escuchado de sus padres, pero no lo había experimentado hasta ese momento. Había muchas historias sobre ellas, pero siempre las vio como eso, historias.
-Entonces- empezó Fluke levantando la mirada con una pequeña sonrisa- ¿me están diciendo que ya tengo trabajo?
-Felicidades- exclamo feliz Phoebe.
-No se adelanten- la mayor paro la fiesta de su hermana menor- nuestro sobrino todavía tiene que ir a una entrevista con la directora.
-En ese caso no creo ser apto- les dijo el algo desilusionado- saben que batallo todavía un poco con el español, ustedes hablan inglés fluidamente, asi que si mezclo los dos idiomas no hay problema- se encogió de hombros como si no fuera nada, pero lo era, una parte de el se había emocionado.
-Eres totalmente apto, los niños pequeños no tienen un léxico avanzado- siguió la del cabello morado- además estas capacitado, estudiaste para ello, y por ultimo, pero no menos importante, amas a los niños, te entiendes de maravilla con ellos- la miro serio.
-Pero…
-Pero nada, pienso que eres mas que apto- le dijo muy segura y después tomo un sorbo de su café.
-No pierdes nada con ir- lo alentó la menor de las tres.
-¿Y qué pasa  si no me contratan?- le pegunto agradecido por la fe que tenían en el.
-Seguirás ayudándonos aquí- intervino la de puntas azules.
-¿Aunque sea un fiasco?- les pregunto con alivio.
-Utiliza palabras rimbombantes y dice que no sabe español- se burló la del pelo rosa.
Con este comentario todos rieron, relajando el ambiente.
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Otro día mas, si seguía asi, necesitaría ir a terapia, lo peor es que ningún Alfa lo había hecho antes, eso no había existido en sus tiempos, pero también era verdad que ningún antepasado estaba soltero a sus casi cuarenta años, y además, virgen, la vida era una mierda.
Ellos por su naturaleza no sentían ninguna atracción por nadie mas que por su pareja destinada, asi que toda su manada sabia de su condición. Aunque había sus excepciones, era raro no encontrarla, asi que la situación lo estaba volviendo loco, tendría que consultar a la bruja de la manada, aunque rara vez lo hacía, pero ya no aguantaba, se estaba volviendo loco.
Llego de nuevo a su casa vacía, como siempre la cena estaba lista y olía muy bien, pero también como siempre fue a bañarse primero, comió su cena y fue a dormir, se sentía exhausto.
Al día siguiente saludo a Itzel y bajo a desayunar, tenía que seguir trabajando, hacer su día como si no pasara nada, muchos dependían de el, y no debía de ser egoísta solo por seguir solo. Salió de la casa antes de que la mujer terminara de limpiar y arreglar su recamara.
Llego al trabajo y se sorprendió al ver a su amigo sentado en su silla.
-¿Qué haces aquí?- cuestiono cerrando la puerta sin saludar.
-Buenos días a ti también- le saludo este sin levantarse.
-Quítate de mi silla- le ordeno sin humor.
-Vaya, amanecimos malhumorados- dijo divertido levantándose con las manos en alto.
-No estoy para juegos- le informo dejándose caer en su silla con un pesado suspiro.
-Esta bien, solo vine a decirte que el joven Natouch tiene una entrevista con la directora.
-Asi que si hablaste con el.
-No, mas bien hable con Prue.
-Te dije que hablaras directamente con el- puntualizo estresado y molesto.
-Lo sé, pero no fue posible, asi que me entreviste con la mayor de las Natouch, y es de fiar.
-Sé que es de fiar, no necesitas decírmelo- torció el gesto.
-¿Entonces cuál es el problema?
-Te dije que hablaras con el candidato directamente- subió el tono de voz.
-Lo hará la directora, al final de cuentas, ella toma la última decisión- se defendió.
-No, yo la tomo- mostro sus dientes.
-Ohm tranquilo- pidio Kao levantándose.
El Alfa soltó un gruñido, y nada más, sabía que se estaba desquitando con quien no debía.
-¿Estas bien?- pregunto su amigo con tono preocuopado, después de unos largos segundos al ver que este se había quedado callado con la mirada perdida.
-Lo siento, no debí hablarte asi- se disculpó volviendo a sus sentidos y haciendo que sus colmillos se ocultaran de nuevo- no sé lo que me pasa últimamente.
-No te preocupes, te entiendo, llevas mucho sobre tus hombros- le dijo su amigo con mirada preocupada.
-No es eso- le dijo sin saber si se atrevía decirle la verdadera razón a su amigo.
-¿Entonces?- pregunto sentándose de nuevo.
-Esto es muy difícil para mi- suspiro pesadamente pasándose una de las manos por su cabello negro despeinándose mas.
-Si no te sientes listo no lo digas-le dijo Kao mirándolo de sea manera por primera vez.
El Alfa sonrió por primera vez en muchos días, si en alguien podia confiar, era el. Habían crecido juntos, eran como hermanos, y cuando descubrieron que este sería su Beta, hicieron una gran fiesta con toda la manada.
-Bien, te lo diré- tomo aire hasta llenar sus pulmones- el hecho de que aun no encuentro a mi pareja destinada me está volviendo loco-reconoció por fin por primera vez con fiereza- me la paso pensando en eso todo el día, y como si eso no fuera suficiente- siguió- en la noche sueño con eso, me estoy volviendo loco- termino de decir con un gruñido y las manos en la cabeza.
-Ok, muy bien- dijo en un susurro y después se quedó callado de nuevo. Eso le sorprendía, Ohm nunca había hablado sobre el tema, solo superficialmente.
-¿No vas a decir nada?- cuestiono después de treinta segundos de mutis.
-Es que no me lo esperaba, pero una parte de mí se intuía que por eso, era tu cambio de humor- le dijo mirándolo directamente a los ojos- pero es que eres el jefe, el mas fuerte y decidido, que lo dude.
-El que sea el Alfa, no me hace invencible o inmune- puntualizo- no soy inmortal y si tengo sentimientos- le dijo tratando de que no sonara como reproche.
-Lo sé, lo se- dijo Kao levantando las manos- no quise decir que no lo fueras, diablos- se paso las manos por la cara.
-Perdón, tampoco quise decir eso, solo que no he sido yo mismo últimamente- le dijo su amigo.
-Hermano, la verdad no me imagino como te sientes- le dijo en tono de disculpa- si hubiera sabido antes que te sentías de esta manera, podría haberte ayudado de alguna manera.
-Nadie puede ayudarme- lo miro con tristeza- solo que aparezca mi pareja destinada.
-¿Has pensado hablar con mi tía Del?- pregunto no muy seguro, su amigo era muy orgulloso, era difícil que se abriera con temas muy personales.
-Apenas hace poco lo tome en cuenta- reconoció- y sabes que no es nada personal- torció una sonrisa.
-Lo se amigo- le regreso la sonrisa- se te hace difícil ir con alguien que puede ver tu alma, yo no la visito seguido por lo mismo- tambien torció la sonrisa- a veces es algo espeluznante.
-Lo que mas miedo me da es que me diga que estaré solo el resto de mi vida- dijo con voz quebrada.
Al escucharlo de esa manera, no molesto ni despotricando, sino triste y desolado, le dolió verlo asi, le dolió mucho.
-Eso no pasara- se levantó de golpe- eres el Alfa de la manada- tomo aire sintiéndose con ganas de romper algo- esta escrito en los libros que el Alfa siempre encuentra su pareja destinada- le dijo muy seguro.
-¿Y si rompo la jefatura?- le pregunto angustiado y con rostro lleno de tristeza, el nuca lo había visto asi, y eso lo preocupo mas.
-No divagues- le ordeno, como pocas veces lo hacía- solo tienes treinta y seis años, te queda mucho por vivir, y eso significa que todavía tienes mucho tiempo para que ella venga a ti- subió sus cejas muy seguro de si.
-Lo dice quien tuvo un noviazgo de menos de un mes- le dijo burlonamente - no podías esperar para casarte con Earth.
-Eso fue porque es mi pareja destinada- le dijo lo que todos sabían, pero se arrepintió de inmediato en cuanto lo soltó- diablos, se dijo a si mismo- lo siento, no quise…
-No te disculpes, no es tu culpa, se que todo pasa por algo, pero me duele- se levantó de su asiento- quiero lo que tienen tu y Earth, pero solo veo pasar mi vida frente a mis ojos- exclamo desesperado.
-Ohm escúchame- pidio acercándose a su amigo- ¿qué parte de que sigues siendo joven no has entendido?-puso sus  manos sobre los hombros de este- no tienes cien años, y si los tuvieras- hizo una pausa- sigues siendo el Alfa, y tu pareja destinada llegara- bromeo.
-Gracias por tus palabras de aliento- le sonrió sinceramente- y creo que tienes razón, iré a ver a Del- le dijo muy decidido.
-¿De verdad?- lo miro con impresión.
-Si- siguió sonriendo- como tu dices, me da algo de incomodidad, pero siento que eso me ayudara.
-Excelente- lo abrazo con fuerza- gracias por confiar en mi, sabes que siempre estaré para ti.
-Gracias a ti- regreso el abrazo mas tranquilo que los últimos meses.
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Fluke se despertó al igual que el sábado, a las cinco de la mañana y fue a pelearse con las gallinas, después iría por la leche, termino lleno de plumas, y fue hacia la cocina.
-Ahí esta- lo señalo su tía Phoebe con una sonrisa- se los dije- presumió orgullosa.
-Buenos días- las saludo ya que sorpresivamente las tres estaban ahí.
-Buenos días- le saludaron las tres hermanas que estaba tomando café.
-Buenos días- repitió mirándolas y dejando la canasta con huevos ya que todavía no había ido con las vacas.
-No deberías de estar haciendo las tareas- lo regaño Piper- tienes una entrevista.
-Tengo que practicar- les sonrió- si no me dan el trabajo, esto ayudara- se encogió de hombros.
-Tranquilo- le dijo Prue- todo saldrá bien de una u otra manera, asi que ven a desayunar.
-No tengo mucha hambre- torció su gesto, se sentía muy inseguro, ya había cometido errores anteriormente con sus antiguos alumnos.
-Todo estará bien- le dijo Phoebe indicándole que se sentara, y el asi lo hizo.
-El menudo que hace Piper es el mejor- le dijo Prue- al menos que tu lo hagas mejor- les sonrió.
-No sé lo que es eso- reconoció mirando el plato que le dejo esta.
-Desayunemos- ordeno la mayor empezando a comer, y los demás la imitaron.
Fluke vio el plato hondo con un caldo que tenía granos de maíz blanco muy inflado y además unos pedazos de carne de un color que nunca había visto y menos probado.
“El menudo, conocido también como pancita, callos o mondongo, es un platillo que se prepara en varios lugares de América, Filipinas y España, y se le identifica con diferentes nombres (tales como callos, guatitas, mondongo) según el país y en donde puede haber adiciones de diferentes ingredientes conservándose los estómagos de vacuno como ingrediente principal.
En muchas partes del mundo, se piensa tradicionalmente que el menudo es usado como remedio para las resacas, aunque en México también se consume tradicionalmente como plato que se sirve en ocasiones especiales o con la familia, sobre todo en las mañanas como desayuno. Suele acompañarse con una salsa roja picante, orégano y bolillo, además de un refresco o cerveza muy fría.”
-Es delicioso-opino el castaño saboreando su primera cucharada.
-El mejor- coincidió Phoebe sintiéndose feliz.
-Después de esto te iras a bañar e iras a la entrevista con toda la actitud- ordeno la mayor de todos.
-Si- dijeron los tres restantes.
Fluke ayudo lavando los trastes sucios, no sin antes alegar de que tenía que hacerlo, que debía de ser de utilidad. Después de eso fue y se baño y se puso la mejor ropa que había llevado. Sus tías le despidieron como si fuera a ocupar el puesto de presidente de la nación, eso lo conmovió, asi que daría todo de si.
La escuela se veía antigua pero bien cuidada y  muy acogedora, le gusto en cuanto vio el lugar. Había ido caminando, el aire era diferente a Amarillo, sus calles calmadas y calladas eran reconfortantes. En la entrada del lugar estaba un hombre mayor.
-Buenos días- le dijo al llegar hasta el canoso- tengo una entrevista.
-¿Usted es el joven Natouch?- le pregunto después de mirarlo unos segundos.
-Si, soy Fluke Natouch- asintió aliviado.
-Pase por favor- pidio abriendo el barandal.
-Gracias- le sonrío entrando a su lado.
El anciano se hizo a un lado y lo guio hasta donde estaba el director de la escuela.
Fluke toco la puerta después de darle las gracias al mayor que y este se alejó con una sonrisa.
-Adelante- escucho a través de la puerta, y entro.
-Buenos días señor Jiménez, gracias por recibirme.
-Joven Natouch- se levantó de su asiento un señor de unos ochenta años-  gracias a usted por venir en nuestra ayuda, y bienvenido a Anáhuac.
-Gracias a usted por darme la oportunidad de una entrevista- respondio el menor impresionado por tener una persona tan mayor a cargo de tal responsabilidad.
-No des las gracias, se que estas muy cualificado- le sonrió tomando asiento de nuevo.
-A eso me he dedicado- empezó Fulke- aunque me estaba tomando unas vacaciones.
-Eso escuche, pero espero que nos pueda ayudar.

CACHORROOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz