CAPITULO 3 CÍTRICOS

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-Cuéntame de su experiencia laboral- pidio el canoso con una mirada y sonrisa indulgentes.
-Empecé a trabajar como profesor de Kinder garden desde hace tres años- empezó Fluke- que fue cuando me gradué de la universidad, el Decano Miller fue mi tutor y el me ayudo a incorporarme en el mundo laboral- le informo sabiendo que lo mas probable es que fuera inútil, ya que el mayor ya lo debía de haber leído en su currículo.
-Ya veo, ¿sigue en con tacto con el?.
-Desgraciadamente no, el falleció hace dos años- le dijo quedo el castaño sintiendo una pulsación dolorosa en su corazón.
-Lo siento, lamento su perdida- dijo de inmediato.
-Gracias, fue alguien muy importante para todos nosotros en la universidad- le sonrió.
El mayor abrió la carpeta que tenía frente a el.
-Fuiste un excelente estudiante por no decir el mejor de tu generación- le dijo con tono satisfecho.
-Me gusta estudiar, además amo a los niños, me encanta su inocencia, la naturaleza con la que confían en las personas y que están dispuestos a aprender, ya que todo lo nuevo lo ven con maravillosa impresión- dijo apasionado.
-Ese es el espíritu que necesitamos en esta escuela- opino muy satisfecho el canoso.
-Los que amamos nuestro trabajo, tenemos el espíritu de hacerlo lo mejor que podamos-aseguro.
- Me alegro que pienses asi- asintió satisfecho- logre hablar con la directora de tu colegio, no fue nada fácil localizarla- le dijo cambiando de tema.
-Eso es porque todos estamos de vacaciones en esta temporada.
-Si lo sabía y también ella me lo informo- le sonrió.
-Tengo entendido que el puesto sigue vacante por que no encontraron a nadie que cumpliera los requisitos- quiso cambiar de tema, ya que se empezó a sentir incómodo.
-Voy a confesarte el por qué no logramos encontrarlo- empezó a decir el mayor y guardo silencio unos segundos.
-Adelante- pidio el castaño al ver que este no decía nada y solo lo miraba.
-Hace un poco mas de un año, la SEP (Secretaria de educación pública) está planeando incluir el inglés en las clases de los niños mas pequeños, y usted llego como caído del cielo- dijo finalmente.
-Muy bien, ya entiendo, pero ¿ya se autorizó esa ley?- cuestiono con el ceño fruncido.
-No- rio bajo negando con la cabeza- pero me gusta mucho la idea, y me gustaría mucho aprovechar de su experiencia- lo señalo con amabilidad.
-¿No nos meteriamos en problemas?-  pregunto preocupado.
-Para nada, somos un lugar muy pequeño, además no haremos nada de daño por enseñarles un poco de inglés a los niños- le sonrió confiado encogiéndose de hombros.
-¿Qué fue lo que le dijo la señora Steven?- cuestiono cayendo en cuenta que la directora podría haberle dicho sobre su renuncia.
-Ella dio excelentes referencias de ti, dijo que esperaba que volvieras al inicio del nuevo ciclo- respondio confirmándoselo.
-No sé si eso será posible- soltó después de unos pesados segundos de silencio, con la cara arrebolada- mire…
-No te preocupes Fluke- lo interrumpió con una sonrisa- gracias por venir a la entrevista- se levantó de la silla- yo me comunico contigo- le dijo de pronto.
Fluke se quedó quieto, no esperaba esa respuesta.
-Gracias a usted por recibirme- le dijo levantándose y dándole la mano.
Tomo camino a casa sintiéndose aun en shock, habia tenido grandes expectativas sobre la entrevista, pero la forma en que lo despidió el Director Jiménez, asi de golpe, no auguraba nada bueno. Sorbió por la nariz ya que las lágrimas querían salir de sus cuencas, mientras caminaba de regreso a la granja Natouch, no sabía que les diría a sus tías, no estaba listo para eso, asi que cambio de dirección y fue a la plaza municipal. Se sentó en una de las bancas vacías bajo la sombra de un enorme árbol.
Miro borrosamente el paisaje y se quedó ahí hasta que se pudo calmar un poco tomando aire lentamente, pero por alguna extraña razón se sentía triste y decepcionado con el mismo. Mucho tiempo después, que se habia concentrado en el sonido del viento, las aves y de las personas a su alrededor, suspiro pesadamente recargándose en el respaldo y mirando como la luz se filtraba entre las hojas y ramas del enorme árbol, se veía hermoso, como etéreo.
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Ohm salió a patrullar el lugar, no era necesario ya que tenía personal suficiente para hacer ese trabajo, pero le urgía salir de esas cuatro paredes y tomar un poco de aire limpio, pidio que García lo cubriera mientras el estuviera ausente. Subió en su patrulla y empezó a recorrer las calles de Anáhuac. Paso frente a la peletería “La Michoacana” y quiso llegar por un helado de pistache, asi que se estaciono en el primer lugar que encontró vacío.
Se bajó del auto y cruzo la calle, en cuanto estuvo delante de los frigoríficos, una joven llego rápidamente hacia el, la misma de siempre. Este pidio su helado favorito, después del efusivo saludo acompañado de una gran sonrisa , era obvio que no se daba por vencida, esa joven trigueña siempre coqueteaba con el.
Ohm fue cortes con ella, no tenía por qué no serlo, era un coqueteo inofensivo desde su punto de vista, era una chica joven y muy guapa, pero no sentía nada, absolutamente nada, la veía como lo que era, una niña, y mas que eso, no era su destinada, pago y se fue a caminar para disfrutar de la nieve sabiendo que la chica se habia quedado decepcionada, de nuevo. Algún día esta encontraría a alguien que también la amara, y no es que esta lo amara a el, solo era un encaprichamiento juvenil.
Camino lentamente por la banqueta, disfrutando del sol y el ruido de fondo, ese lugar era el mejor de todos, recordaba cuando era solo un cachorro, siempre iban de ciudad en ciudad, con mucho ruido y contaminación, además de no tener tantas áreas libres y verdes, hasta que a los cinco años sus padres junto a su manada llegaron ahí, de eso hacia treinta y un años, y sus padres ya no estaban en ese mundo.
Paseo por un buen rato hasta que se terminó la nieve, era hora de regresar al trabajo, en ese momento iba pasando por la plaza del lugar cuando a su nariz llego un olor delicioso, era una combinación de cítricos, limón, naranja, mandarina y toronja, nunca habia olfateado antes nada igual, era mas intenso que cualquier otro olor, su lobo se agito tomándolo por sorpresa, este solo hacia acto de presencia cuando lloraba la ausencia de su pareja destinada.
Jadeo inevitablemente y volteo a todos lados para inspeccionar con su desarrollado olfato la deliciosa fragancia. Por fin su pareja destinada habia aparecido, sintió como su corazón empezaba a bombear como loco y de repente sintió que se formaba un bulto en la parte mas sensible de su cuerpo, eso lo dejo tieso, nunca habia tenido una erección en su vida, ni cuando era un joven adolescente, se sentía tan extraño, jadeo, e incómodo.
Miro alrededor con ansia, su lobo interno le hablo por primera vez en mucho tiempo, le instaba a buscarla.
-Esta cerca- susurraba su lobo- esta cerca- repetía con entusiasmo después de mucho tiempo, asi que sin importar nada lo obedeció y empezó a caminar rápidamente hacia dónde su lobo y olfato le indicaban a pesar de la incomodidad en su parte noble. Empezó a correr siguiendo ese olor que le estaba ofuscando su mente y le hacía ver flashazos de imagines sin sentido, pero no llegaba a distinguirlas, , camino casi a ciegas por un buen rato, el olor se estaba disipando.
Su lobo interior gruño molesto, eso le dijo a Ohm que la habían perdido. Se detuvo de golpe con las largas uñas que no se habia dado cuenta que habia sacado, clavándoselas en sus palmas, respiro pesadamente y se sintió muy frustrado, sintió como su vida se iba, y no lo quería, ella era su vida.
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Camino lentamente, ya casi llegaba, pero no quería hacerlo todavía, no sabía como les contaría todo, ellas tenían mucha fe en el, apretó los labios y siguió caminando. No era el fin del mundo se dijo internamente, no estaba buscando ese empleo, solo estaba de visita con las hermanas de su abuelito, asi que no tenía por qué sentirse de esa manera, debía enfrentarlo.
Con su llave abrió el portón que protegía la propiedad, lo cerro lentamente cuando ya estaba dentro y camino por el camino de piedra que llevaba hacia la enorme casa, ese lado era muy tranquilo a diferencia del patio trasero. La construcción era vieja pero estaba en buenas condiciones, su pintura no estaba desgastada ni la madera roída, además los muebles a pesar de ser también antiguos, estaban en buen estado, ellas habían hecho un excelente trabajo.
La granja Natouch fue construida hacia unos noventa años, fueron unos de los primeros habitantes del lugar, antes llamado Charco largo, por la famosa Laguna de Bustillos. El matrimonio Natouch Corona, habia tenido un total de siete hijos, cuatro de ellos ya habían partido de este mundo, incluyendo a su papá, solo quedaban tres Natouch vivos, cuatro si se contaba a el.  No sabía nada de sus primos, todos habia emigrado, asi que no eran nada cercanos. Con el tiempo fueron agrandando la construcción, hasta quedar en esa enorme casa con habitaciones ya sin uso.
Se acercó a la puerta principal, no estaba acostumbrado a entrar por ese lugar, rara vez usaba la entrada principal, solo cuando iba de compras o de paseo con sus tías, siempre trabajaban en la parte de atrás donde estaban los animales. Ahora agradecía que sus tías tuvieran ese tipo de vida a pesar que fueron grandes mujeres empoderadas y profesionales en su momento, ellas quisieron regresar a sus raíces, en eso se parecía a ellas, tenía muy arraigado el como lo habían criado.
Cuando entro todo estaba en silencio, parecía que ninguna de ellas se encontraba en casa.
-Ya llegue - anuncio con valor a viva voz, al mal paso darle prisa, no recibió respuesta alguna, suspiro agradecido, asi que aprovecho y subió a su recamara, se quitó la ropa que llevaba puesta y se puso la playera y short que usaba para dormir, y eso hizo, fue a la cama a pesar de que no era ni medio día y no tenía sueño, pero aun asi se quedó dormido en cuanto su cabeza toco la almohada.
Cuando despertó, una tenue luz entraba por una de las ventanas, pestañeo girándose para evitar la incomodidad, y después de unos segundos se quedó dormido de nuevo.
Se estiro en toda la extensión de la cama, bostezo ruidosamente y se arrebujo de nuevo abrazando la almohada mas cercana, durmió de nuevo.
Cuando mucho mas tarde abrió los ojos ya todo estaba oscuro, se sentó y trato de adaptar la vista.
Después de unos segundos comprendió que no estaba en su habitación en Amarillo, sino con las tías, se tallo los ojos y miro de nuevo, si, ya no estaba en el hogar de sus padres, sino en Anáhuac, con las brujas, ósea sus tías abuelas, que de brujas y abuelas no tenían nada, ya que eran muy jóvenes para llamarles de esa manera, además de que tenían un gran corazón como para llamarles brujas, sonrió cálidamente.
Se levantó sobre la cama desganado, y agarro su celular para ver la hora, eran las nueve de la noche, habia dormido todo el día, bufo encendiendo una de las lámparas que estaban sobre los buros que estaban a los lados de la cama, bajo sus pies al suelo de madera, y fue directo al baño, abrió la llave de la regadera regulando la temperatura, se desvistió y se metió bajo el chorro de agua.
Cuando terminó de secarse se puso un pantalón de mezclilla y una polo color azul cielo. Salió de la recamara, empezó a bajar las escaleras escuchando las voces de las hermanas, tomo aire reteniéndolo en sus pulmones lo mas que pudo y los soltó avanzando hacia abajo, y se dirigió hacia la cocina que era de donde venía el ruido, era su lugar favorito de la casa.
-Buenas noches- las saludo con timidez entrando en el lugar.
-Hasta que despiertas- le sonrió en bienvenida Phoebe, la pelirosa.
-Phoebe- la regaño Piper.
Esta hizo ademan se cerrarse un zíper en sus labios.
-¿Cómo dormiste?- le pregunto Piper.
-Mas de los planeado y necesario- respondio avanzando hacia ellas.
-¿Y la entrevista?- cuestiono la mayor.
-Nada bien- confeso con una mueca tomando asiento.
-¿Qué fue lo que paso?- pregunto de nuevo esta mirándolo con intensidad.
Y el castaño sin saber mentir y no queriendo hacerlo, les confeso todo.
-Fluke- lo llamo Phoebe- como ya te habíamos dicho, sabemos que no estas de vacaciones, y el señor Jiménez también se enteró por otros medios- se encogió de hombros.
-¿Quieres decir que ya todos lo saben?- pregunto impresionado.
-No- lo tranquilizo Piper- nosotras lo sabemos porque somos buenas para leer a las personas, y el Director Jiménez es muy perspicaz.
-Pues el Director Jiménez hablo con mi exjefa- les dijo viéndolas a las tres.
-Asi que ella soltó la sopa- opino Phoebe aplaudiendo ruidosamente.
-Nadie soltó la sopa- la reprendió su hermana mayor.
-Fluke- la llamo la hermana de en medio- el no te ha dicho que no serás contratado- dijo en tono practico.
-Pero su actitud al terminar la entrevista de golpe, me dijo todo- dijo el menor desanimado.
-Vamos querido- se acercó Pohebe hasta el y se sentó a su lado- no puedes ser tan negativo antes de tiempo- tomo una de sus manos con calidez- por lo que yo veo, la entrevista no fue lo que esperabas, pero tampoco fue tan mal.
-¿Cómo dices eso después de los que les acabo de contar?
-El director Jiménez es alguien que le gusta hacerse el misterioso - le dijo la peli azul encogiéndose de hombros.
-El fue su novio cuando eran jóvenes- rio bajito la menor- quedaron como buenos amigos, no te preocupes- le guiño un ojo.
-¿Conocen al director?- les pregunto incrédulo.
-De toda la vida- dijeron al mismo tiempo la de puntas azules y la del cabello morado.
-Si lo hubiera sabido antes me hubiera sentido menos nervioso- les dijo muy serio.
-No fue nuestra intención omitirlo o mentirte, solo que no hay nadie en este lugar que no nos conozca y que no conozcamos- dijo Prue que se sentó frente a ellos con una sonrisa de disculpa.
-Es un lugar muy pequeño Fluke- siguió Piper- todos nos conocemos casi de toda la vida- también le sonrió conciliadoramente- no es común que venga gente nueva, aunque si es común que la gente se vaya a buscar mejores prados.
El menor no supo que decir pero si sabía que no era culpa de nadie.
-Fluke- lo llamaron al unísono la mayor y la de en medio.
-No quisimos hacerte sentir mal- empezó Prue con tono culpable- al contrario, creímos que el no saber que éramos cercanas a Manuel te haría comportarte con naturalidad, disculpa- dijo mirándolo con intensidad.
-Perdónanos- le pido Piper- no creímos que esto fuera a pasar- secundo la de las puntas azules.
-Lo sentimos- tercio la menor de pelo rosa- creímos que hacíamos lo mejor- le sonrió con ternura.
El castaño bajo la cabeza suspirando silenciosamente y apagando todos los malos pensamientos que lo habían embargado por un momento.
-Como puedo decirles que no cuando me miran con esos ojos de cachorro- les dijo levantando el rostro y sonriéndoles cálidamente.
-Un hombre de corazón amable- dijo espontáneamente Phoebe abrazándolo con énfasis.
-Un Natouch de hueso colorado- se sumo al abrazo Piper sintiéndose aliviada.
-También un Quintero de hueso colorado- rio Fluke abrazándolas.
-¿Qué esperas para abrazarnos?- pregunto la mas joven a su hermana mayor que solo los miraba muy sonriente.
-Un Natouch Quintero de hueso colorado- concedió la de cabello morado abrazándolos.
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Regreso a la patrulla casi corriendo con una incomodidad que nunca habia sentido, su miembro quería explotar. Mientras regresaba en sus pasos se debatía entre darle alivio a su pene o buscar a su pareja destinada, era doloroso tanto físicamente como emocionalmente, era de lo peor.
Trato de manejar lo mas calmado que se lo permitía la situación, pero era casi imposible, llamo desde su teléfono móvil a la comisaria para decir que no regresaría el resto del día, ya habia decidido ir a su casa, no podia buscar asi a su mujer, eso se escuchaba bien, sonrió.  En cuanto llego, se bajó del auto y entro presuroso para ir hasta su recamara, pero un ruido lo detuvo, gruño molesto, era temprano e Itzel seguía en la casa.
-Itzel- avanzo llamándola, se detuvo un segundo para escuchar donde estaba, pero estaba demasiado tenso que no pudo escuchar nada- Itzel- levanto la voz.
-¿Alfa?-  pregunto la pelinegra saliendo del baño de la primer planta.
-Puedes irte- le ordeno.
-Pero todavía no termino- le dijo esta mirándolo con curiosidad.
-Puedes irte, te espero mañana- le dijo con voz ronca y los ojos de color rojo.
-Esta bien- jadeo la mujer entre impresionada, nunca habia visto esa mirada en su Alfa- hasta mañana- se despidió sacándose los guantes que tenía puestos y llevándolos con ella.
En cuanto la mujer salió de la casa, el corrió escaleras arriba hasta llegar a su recamara.
-No puedo creer que vaya a hacer esto- siseo molesto desabrochándose el pantalón y aventándolo lejos con molestia, le siguió el camino su ropa interior.
Se tenía que masturbar por primera vez en sus treinta y seis años, estaba cabreado, y no por tener que hacerlo, si no por el hecho de que le habia perdido el rastro a su bella y sensual pareja destinada, sabía que lo era, solo ella habia logrado despertar a su lobo, no de la manera que lo habia imaginado, pero habia logrado despertar su cuerpo. 
Se dejó caer en su cama y tomo su miembro reteniendo el aliento, empezó a bombear, creando una respiración agitada llena de placer. Eso le gustaba, se sentía muy bien, cerró los ojos para poder imaginársela, por su olor debía de ser una joven fresca e inocente, su sonrisa seria dulce al igual que su mirada.
Seria de un café muy claro y luminoso, al igual que su cabello, eso le gustaba. Siguió disfrutando con el movimiento de su mano y de como se imaginaba a su chica, pequeña y delgada, de buen corazón, su cuerpo se tensó y se dejo ir.
Después de que su respiración lograra tranquilizarse se levantó ignorando la sensación pegajosa sobre su abdomen, quito la ropa de la cama dejándola en la canasta de la ropa sucia, tenía que ducharse.
Se baño en un estado aletargado, lo que habia sucedido anteriormente era muy nuevo y avasallador para el, habia escuchado historias impresionantes de los demás sobre la excitación y el orgasmo, pero nunca lo habia experimentado. Ahora los entendía, o maso menos ya que a pesar de no tener experiencia, sabía que se habia corrido muy pronto, pero por la situación era comprensible.
No se imaginaba lo que sería tener intimidad con su pareja destinada, sería mucho mejor que eso, de eso estaba seguro.
Salió desnudo del baño, se puso su ropa interior y busco su teléfono móvil, tenía que hablar urgentemente con su Beta.
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-Yo la llevo- le dijo Kao a su esposo.
-No tardes-pidio el rubio viendo como llevaba a su pequeña hija en brazos- regreso al comedor y empezó a recoger los platos y vasos llevándolos a la cocina, fue por el resto.
-Nuestra Mia duerme plácidamente- informo el pelinegro entrando en la cocina.
-Eso es bueno- le sonrió girándose a mirarlo.
-Ven acá- le pidio extendiendo sus brazos.
Earth se secó las manos y fue a refugiarse en ese grande y cálido cuerpo.
-¿Cómo esta Ohm?- pregunto el rubio preocupado.
-Bastante alterado, no quería regresar a la casa.
-Pobre, pero estuvieron todo el día yendo de aquí para allá, apenas llegaste a cenar.
-Lo sé- suspiro soltándolo y llevándolo con el hasta una de las sillas- si es cierto que su pareja destinada está aquí, no se dónde podría haberse metido, Ohm no volvió a percibir su olor- lo sentó sobre su regazo.
-Háblame del joven Natouch- pidio cambiando de tema.
-¿Por qué quieres saber de el?- cuestionó su marido con el ceño fruncido.
-Hazlo- insistió dándole un sonoro beso en los labios.
-Bueno, ya habíamos escuchado que un sobrino de las hermanas Natouch habia llegado de vacaciones- su esposo asintió con la cabeza- pero resulto que ese gringo (persona nacida en Estados unidos) es profesor de Kinder.
-Y como el director quiere incluir el inglés en las clases, pensó en aprovechar la oportunidad- dijo inteligentemente Earth.
-Asi es, todo se acomodo- le tomo las manos- la Maestra Ochoa toma su incapacidad por maternidad, y llega un gringo en el momento justo.
-¿Crees que las brujas lo sabían?- cuestiono emocionado.
-No lo sé, tal vez.
-Ok, tenemos la primera parte casi resuelta- lo miro extasiado, a su esposo le encantaba el misterio.
-Pero, ¿qué tiene que ver ese chico con nuestro Alfa?- lo miro sabiendo que esa cabecita ya estaba haciendo toda una telenovela.
-Eso es lo mas raro, el chico acaba de llegar y quisieron que Ohm lo supiera, ¿por qué será?- lo miro intensamente- ¿No será porque es su pareja destinada?- dijo con los ojos brillosos antes de que el pelinegro hablara.
-No, por favor, eso no es posible- rio su marido- la pareja destinada de Ohm no es un hombre, él se merece una chica preciosa y pura.
-¿Los hombres no podemos ser preciosos y puros?- cuestiono levantándose de golpe y mirándolo algo molesto.
-No me refiero a eso- también se levantó- lo que digo es que Ohm no aceptaría a un hombre como su pareja- dijo con tono reconciliador.
-Lo sé- suspiro y se acercó de nuevo a su marido- también lo conozco, no tanto como tu, pero entiendo su modo de pensar- lo tranquilizo al verlo inseguro.
-Sabes que el no es malo- le dijo abrazándolo agradecido.
-No lo es, solo es algo cerrado- torció la boca.
-Asi lo educaron, no es común que la pareja destinada sea de tu mismo sexo.
-Lo sé al igual que tu- se separó para verlo a los ojos- pero por lo que veo, ese joven es la pareja destinada de nuestro Alfa- dijo muy seguro.
-¿Qué cosas dices?- sonrió su marido acariciándole el cabello.
-Kao- levanto el rostro para verlo directamente a los ojos- si el joven Natouch es la pareja destinada de nuestro Alfa- trago saliva preocupado- ¿crees que las cosas se pongan feas?
-Esperemos que ese chico nuevo no lo sea, no se como se lo tomara Ohm- torció el gesto.
-Debes de estar mas atento a nuestro Alfa, eres el que mas lo conoce y el mas cercano a el- pidio el rubio.
-Esta bien amor- le sonrió y le dio un beso en la frente- vamos a dormir, ya es tarde- lo guio hacia las escaleras.
-Vamos a dormir- concedió el mas bajo sin poderse quitar la preocupación.
Al día siguiente iría a ver a Del, a ver si ella sabía algo, y si sus sospechas eran acertadas, ver que se podia hacer al respecto. No le gustaba meterse donde no le llamaban, pero por alguna razón, aun sin conocer a ese chico, y solo haber escuchado de el, ya se sentía cercano con el.
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Su teléfono sonaba estridentemente, se giró tratando de ignorar el sonido, pero no lo logró, este insistía e insistía.
Extendió su brazo y tomo el aparato, enfoco la mirada no era un número que tuviera registrado, llevo su dedo pulgar para rechazar la llamada, pero contesto, susurro una maldición, miro el número y se lo llevo al oído.

CACHORROWhere stories live. Discover now