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Cemoli, también conocida como la ciudad del reino del este, es un dominio mayormente tranquilo, con vista a las montañas. Con caminos bien conservados, parques, estatuas de hombres búhos, lagos, edificios coloridos de un promedio de 4 plantas, panaderías, restaurantes, una imprenta, hospital, departamento de policía, entre otras cosas.

Conocen la electricidad pero no hay demasiada ya que, la magia interfiere con la misma lo que genera un desgaste de los aparatos. Por tal motivo, los guardianes de Cemoli, es decir, las fuerzas de seguridad, también llamados búhos, debido a sus mascaras son los únicos habilitados para utilizar la magia, y tratan de no usarla en sitios como hospitales o que dependan de energía eléctrica.

El dios del bosque es quien reina ese amplio territorio. Una entidad hasta ahora intangible que se comunica por medio de elegidos, que son las personas designadas para manifestar su poder. Y quienes han sido los encargados de asegurarse que el pueblo se mantenga en pie, asumiendo el cargo de reyes.

De esa forma ha funcionado por generaciones enteras. Los dioses de las distintas áreas del mundo escogen a uno de los pobladores de su territorio, se cree que aleatoriamente. Le proporcionan sus poderes temporalmente y es entonces cuando muestra sus capacidades únicas para que el resto de ciudadanos lo reconozcan como tal. Hay ciudadanos habilitados para aprender a usar la magia también, pero la diferencia con el elegido del dios es que hace algo que nadie más puede.

Cuando es seleccionado, el nuevo elegido va a una plaza, mira a la gente, y cuando haya suficiente, se remanga las manos, se concentra y con solo ayuda de su mente crea primero un campo de fuerza esférico, que ya atrae la atención de las personas. Con sus ojos completamente fijos en dicha energía empieza a crear de cero, a una criatura, que será su animal símbolo, un animal que deambulara por el castillo en completa libertad, en el caso de la presente generación se trata de un lobo enorme. Una vez terminado y disuelto el campo de energía, el animal camina dócilmente y se acerca al elegido. Es entonces cuando los pobladores se dan cuenta de que ha sido seleccionado un nuevo rey, unos días después de la muerte del anterior. Lo que responden con aplausos.

El rey es el único que en verdad puede hablar con el dios específico de su territorio. Enox, el rey actual, va a su castillo, se pone en contacto con el asistente de Renán, el rey anterior, que murió de causas naturales. Entre las actividades de Enox esta designar al coronel de los guardianes de la ciudad que busque a los nuevos novatos que serán adiestrados en la magia y defenderán, de distintas manera, todo el dominio. Bastión, el coronel sabe cómo proceder. Gestiona todo para que se busquen a los jóvenes de 15 años que quieran ser guerreros. Quienes son citados en toda la ciudad y pueblos aledaños y el día programado llegan al patio del moderno cuartel, acompañados de sus padres y con ropa deportiva. Allí les hacen las pruebas físicas que determinaran si son aptos para el entrenamiento y la utilización de magia.

Todos los chicos y chicas se esfuerzan. Escalan, van por la cuerda, se arrastran en el piso y empiezan a llegar a la meta con un papel con un número en el pecho. Después de eso realizan las pruebas de resistencia. El coronel mira a todos con atención, pero no nota nada sobresaliente. Solo se asegura de supervisar las pruebas, pero deja que sus subordinados se encarguen de todo.

Al día siguiente, en su oficina llega uno de los oficiales de menor rango que se encargó de las pruebas físicas.

—Señor —Le dice el sub-oficial acercándose al escritorio.

—Adelante —El coronel le pone atención.

—Hay un ligero problema con uno de los seleccionados para el adiestramiento —Le expresa pasándole una hoja de datos de una chica—. Sus datos resultaron ser falsos.

—Entonces... —El coronel le da una lectura rápida— Si mintió, puedes solo descartarla, ¿Para eso me necesitabas?

—Señor, es que... —Explica el sub-oficial—, es la que mejor puntuación tuvo en resistencia, y la tercera mejor en velocidad.

Esto despierta la atención de Bastión, usualmente los resultados de esas dos cosas son variados, así que se podría decir que era un caso poco común. El relee la hoja de datos buscando cual puede ser el error.

—Registro una dirección que no es real, y el que viene como representante, es más... un trabajador del orfanato de donde ella es, no realmente un tutor —Le explica el sub-oficial. El coronel analiza que hacer—. Están en la otra sala, los acabo de entrevistar y me entere recién de esto, entonces, ¿la rechazo?

—Mira... —El coronel quita su vista de la hoja—. Averigua cuales fueron las razones de que haya mentido, y evalúa si a pesar de eso debe entrar, si lo ves conveniente has que llene con sus datos reales y que entre.

Bastión le entrega a su sub-oficial la hoja con los datos. Él la mira, se despide y tras cerrar la puerta se dirige a la otra sala. Allí ve al hombre que había firmado como el padre de la menor, tiene un par de tatuajes y por su expresión, se ve algo peligroso. A su lado, en la otra silla esta la adolescente que tuve excelentes puntajes en las pruebas físicas, es un poco baja en comparación a las demás de su edad que asistieron a las pruebas. El sub-oficial se sienta e indaga al adulto presente sobre el estatus de Sadia, la joven, que, en unos años le causaría muchas molestias a su nuevo maestro.

La Ruta Del CambioWhere stories live. Discover now