5

1 0 0
                                    

Kole se encuentra en la oficina central de los guardianes del este, en el cuartel. Mirando, desde un lado como llega uno del grupo de graduados de Sadia. Al igual que ella, ese hombre completo el entrenamiento básico hace no mucho. Por lo que va a la recepción con su uniforme y firma su asistencia en frente del recepcionista. Luego procede a salir, seguramente a su puesto de trabajo, podría ser vigilancia de alguna zona, investigación criminal, oficial del orden público o donde lo hayan asignado.

Kole lo mira por la enorme ventana mientras se aleja en dirección al almacén de armas.

—No, no es tan bueno para ser un infiltrado —Piensa Kole, trata de deducir quien pudo haber ayudado a Sadia con su cometido. Pues, lo que hizo debió ser un encargo para alguien más. Nadie roba un artefacto mágico de un día para otro, así por que sí.

En eso entra otro guardián, este trae su máscara puesta y se acerca a Kole. Le dice que tiene información que podría ser útil.

Suben ambos a una oficina pequeña, y, una vez dentro el hombre retira su máscara.

—Supe lo que paso —Contesta el hombre, delgado y de pelo algo largo—, y supe que buscaban información sobre Sadia o sobre alguien que podría atentar contra el cuartel. Bueno, quisiera reportar algo... aunque quizás no sea nada.

—Te escucho, cualquier información que tengas me seria util —Kole apoya su espalda al escritorio y cruza sus brazos. Ese chico le parece conocido, es del grupo que hacia los entrenamientos y las prácticas laborales con Sadia, pero no recuerda su nombre.

—Bueno, Señor Kole —Empieza a explicar el sujeto—, como sabe, soy del grupo de Sadia, y justo ayer que vi que pedían la información recode algo que vi hace no mucho. En el entrenamiento de salto alto, más bien después cuando fuimos a comer, algunos bebimos un poco y uno del grupo estaba hablando de que no está muy de acuerdo con cómo hacemos aquí las cosas, decía que no nos enseñan a desarrollar todo el potencial de la magia y que a pesar de tener mucho poder nos enseñan a evitar peleas y defendernos en vez de luchar de verdad.

—¿Recuerdas el nombre? Del que dijo eso —Kole cuestiona.

—Sí, Trener Mailo —Contesta el sujeto—. Bueno, dijo algo así como que éramos cobardes o algo por el estilo, lo cual es raro ya que es también parte del grupo. Total, que Sadia estaba ahí y vi como que le hacía un gesto de que se calle, disimuladamente.

—Interesante —Kole no tiene muchas pistas sobre a donde Huyo Sadia, por lo que, cualquier pista le es útil— ¿Algo más?

—Si de hecho. También igual una vez lo vi salirse del dormitorio como a las tres de la mañana, o a las dos, salió solo, sin mochila ni nada. Fue poco antes de cuando ya nos postulamos para los trabajos.

—De acuerdo, muy bien, tomaremos eso en cuenta. Gracias por la información.

—Solo cumplo con mi deber.

Kole sabe que, para hacer un teleporte son necesarias dos personas. Cada una debe dibujar un mismo símbolo en una superficie utilizando magia el a la misma hora. Cosa que toma mucha energía y si lo hiciera en cualquier hora del día lo podrían ver. Por tal motivo, en cuanto el sujeto se fue. Investigo los archivos del sujeto Trener. Después, mando a llamar a un guardián que este especializado en espionaje y lo dispuso a seguir a sujeto.

Mientras Kole sale del cuartel piensa en si podría haber otro teleporte por ahí. Pero, recordó que, para esa técnica se necesita mucha energía, y los puntos de acceso interfieren entre sí, por lo que es poco probable que haya otra cerca.

Saltando por los edificios rápidamente, Kole se dirige hacia un barrio de la parte sur. Uno de bajos recursos. Finalmente llega a donde quería y se sienta a meditar en la terraza de un edificio abandonado. Allí se concentra y mira por los ojos de las aves cercanas. Una técnica complicada que pocos llegan a realizar. Ve la casa que busca y trata de observar.

Una sola planta, casi sin pintar, cortinas abajo salvo por la parte de la cocina. Donde se encuentra el hombre que fue el representante legal de Sadia. Toma agua y sale del domicilio. Lleva una chaqueta de mezclilla y camina por una vereda donde hay casas similares. Kole lo sigue de lejos, él sujeto no lo nota, pero Kole, con su visión entrenada lo ve con claridad. El hombre, llega a una donde hay edificios más pegados y se mete en un callejón. Siente una presencia detrás de él. Aprieta su mano en un puño y lanza un golpe hacia atrás. El cual es estabilizado por Kole, aun con su máscara puesta.

—Buscando agredir a un oficial de la ley, ¿eh? —Amenaza Kole, sujetando el puño. Doblando su brazo y colocándolo en la espalda del propio sujeto, al cual presiona su cara contra la pared.

—Creí que me ibas a asaltar —Responde el sujeto, con algo de temor en su voz.

—Pues, no. Solo vine por información.

—¿Qué quieres? —El hombre trata de zafarse de la llave de Kole.

—Sadia, tu, eres su representante —Kole se aparta de él, dejando que se libere—. Necesito que me digas lo que sepas sobre su ubicación.

—No tengo ni idea de donde esta esa chica —Contesta el hombre acercando su espalda a la pared y sujetando su muñeca—, cuando se metió a el entrenamiento con ustedes hablamos cada vez menos. Y hace un año que no la veo.

—¿Qué eres para ella?

—La cuidaba, y a otros huérfanos de aquí cerca, nada más, no estaba de acuerdo en que entre para ser guardiana, pero me acabo convenciendo.

—¿Sabes con quienes se junta?

—Ni idea, ya te dije. Cuando estaba conmigo y mi esposa y mis amigos, solo pasaba con nosotros y los demás en el orfanato. ¿Hizo algo malo?

—Algo así —Contesta Kole. Quien echa un vistazo al sitio, de un lado está la calle, donde pasa un hombre en bicicleta y cerca hay un carro—. Dices que tienes un orfanato en esta zona, pero al parecer ella no te importa ¿Por qué?

—Todo fue idea de mi esposa, ella consiguió los permisos y todo, yo nomas la apoyo en sus cosas. Pero, eso no es lo mío.

—Cierto, lo tuyo es golpear gente por dinero —Enfrenta Kole, quien leyó sus expediente criminal—, a puesto que le enseñaste a ella y a los otros niños algunas de tus mañas, como robar por ejemplo.

—No —El hombre suspira. Y mira a Kole a los ojos—, tuve una vida difícil y trato de que los niños no lo sepan, incluyéndola a ella hace años. No sé dónde se encuentre, y si hizo algo malo le aseguro que no se lo pedí. ¿Algo más?

Kole analiza la mirada del sujeto, es muy corriente para mandar a robar un artefacto mágico y parece sincero en no saber donde está la chica.

—Vaya con cuidado, es todo por ahora —Le contesta Kole. Se despide con un gesto y de un salto llega a la mitad del edificio cercano, se apoya en ese para saltar otra vez y llegar a la terraza del edificio adyacente para salir por ahí.

La Ruta Del CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora