Capituló 17: Tierra Santa, Suelo Sagrado.

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{PUNTO DE VISTA DE ADARA}.

Mi vida asido la misma, hombres que se me declaran, que quieren casarse conmigo, otros me dar regalos increíbles como joyas, oro y mucha cosas más. Pero realmente nada de eso es de mi gusto, solo quiero un hombre que me escuche, que me entienda, pero solo les atraigo por mi belleza, hasta que llegó él.

Un hombre de vino con mi hermano ese día, vestía de blanco y con una capucha que cubría la mita de su rostro, cuando lo vi por primera vez pensé, "este es otro hombre que vino a proponerme matrimonio". Pero al final... ¡demostró desinterés en mi!.

Unos sucesos hicieron que me enamorara de ese hombre, el hijo de un dios, mi amado esposo, Lucifer.

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Mi esposo había partido con mi hermano y Aristo hacia la capital de Chipre, me quede con Eudora y mis sobrinos a la espera de su llegada.

Camine hacia la sala y me sente al lado de Eudora quien estaba en el mueble de la sala, ella se veía muy feliz mientras acariciaba su vientre, su sonrisa era muy hermosa, ella era una mujer muy linda, incluso más que yo.

—¿Como está el bebé hoy?. Dije con una sonrisa.

—Está impaciente por unirse a la familia.

Los dos hermanos estaba durmiendo en su habitación, Eudora y yo estábamos hablando sobre el nombre que le gustaría al bebé.

Unas cuantas horas pasaron mientras hablamos de cosas del pasado, cosas como cuando fue que Eudora y mi hermano se conocieron, como mi hermano lloro cuando su primer hijo nació, entre muchas muchas otras cosas.

—También tienes que estar lista, cuando formalmente te cases, también tendrás hijos.

Sus palabras me sonrojaron, sonaron profundamente en mi corazón y me hicieron imaginar un futuro con Lucifer y un hijo nuestro.

Un lindo Niño de cabello rubio y ojos verdes, corriendo en la pradera con los hijos de mi hermano y Eudora, mientras los veíamos de lejos muy felices.

—Realmente me gustaría tener un sueño tal real como ese. Dije con una calidad sonrisa.

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Eudora fue a comer, mientras yo me dirigía hacia la puerta principal pues alguien estaba tocando.

Cuando llegue y abrí la puerta la persona que estaba ahí era Bellanca.

—Buenas noches, lamento las molestias de venir a estas horas de la noche.

Me sorprendió verla tan bella como siempre, al parecer se había reconciliado con su esposo Aeneas.

—No te preocupes, puedes entrar.

—Muchas gracias, estás más linda que la última vez que te vi.

Al entrar nos sentamos con Eudora y hablamos nosotras.

Bellanca vino preguntando por Lucifer, quería saber algunos detalles de alguna promesa que hicieron.

Lucifer Entre Los Olímpicos Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz