Volumen 2: Capituló 24: Dios Bendiga Serafines

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[PUNTO DE VISTA DEL AUTOR OMNISCIENTE]

En la aldea estaba todos muertos.

La forma en la que Ares los mato no es algo el cual se deba describir, simplemente diría que fue atroz.

Pero por alguna razón, de los 120 habitantes que vivían en la aldea, solo una sobrevivió, Kaya aún estaba viva con una herida un poco leve en su pierna.

Sele hacia muy difícil caminar, pero sus deseos de vivir le hacían ignorar dicho dolor.

—¿Donde estás Azrael, por que te fuiste y nos dejaste?. Decía resistiendo el dolor.

Kaya camino fuera de la aldea camino sin rumbo en el desierto, sin rumbo bajo el sol abrasador que aumenta con cada paso de tiempo.

Tras unas horas de caminar, con su piel quemada y su espada también, Kaya cayó en la caliente arena del desierto, rodó y rodó hasta detenerse, miró el cielo implorando ayuda a los dioses... pero ninguno respondió a su llamado.

—Ni siguiera los dioses se apiadan de mi en esta situación... entonces en Dios de Azrael... ¿El será capaz de ayudarme?.

Sin alguna cosa más que perder, Kaya con sus últimas fuerzas y aliento... comenzó a rezar.

—Poderoso padre de Azrael, mi nombre es Kaya, conocí a tu hijo, me contó lo que hizo y que por eso no desterraste, pero en el corazón de Azrael, en el fondo no era su intención en rebelarse, él es una persona muy amable a pesar de que nunca no e visto sonreír, yo solo quiero verlo de nuevo, te pido que me ayudes a verlo de nuevo, solo a paso unos días desde que llego y se que lo qué pasó en la aldea no es culpa de él, si no un castigo por los dioses, aunque sea por un momento... por favor déjame verlo una vez más, por favor... Jehova.

El último haciendo de vida se había apagado en Kaya.

En ese mismo momento de la muerte de Kaya, un ser con alas llegó bajando desde los cielos. Poseía 4 alas y su rostro estaba cubierto por una capucha, vestía con una armadura de plata y oro, en su cintura estaba colgando un libro que era lo que más destacaba en él.

—Levántate. Con voz de autoridad dijo el ser alado.

Poco a poco Kaya empezó abrir los ojos, "sana" dijo el ser alado y todas las quemaduras producto del sol, se curaron en Kaya.

Kaya se levando totalmente recuperada, miró al ser alado dándole las gracias, el ser alado la tomó por las manos y como un cometa fugas ascendieron a los cielos cruzando directamente el primer cielo y llegando al segundo cielo. Ocuparon un sitio en las nubes y se sentaron para hablar.

En curiosidad pregunto Kaya. —¿Acaso eres tú el padre de Azrael, eres Jehova?.

Kaya no podía ver el rostro del ser alado, pero ella sentía que él estaba sonriendo.

—Esa persona que llamas Jehova, es mi amigo.

—¿Quien eres?.

—Mi nombre es... Metatron, y al parece le pediste algo a mi amigo, ¿no es así?.

Kaya miro al ser alado extender sus alas, estas comenzaron a desprender un extraño polvo dorado que comenzó a rodear a Kaya. El polvo hizo que ella comenzara a flotar.

—Gracias por tener fé en mi amigo en el último segundo, cuida de Azrael... nos volveremos a ver.

El polvo dorado envolvió completamente a Kaya convirtiéndola en una luz, la luz comenzó a descender desde el segundo cielo directamente hacia el primer cielo.

Lucifer Entre Los Olímpicos Where stories live. Discover now