🍀Capítulo 90🍀

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—... ¿Eh?

—No me gustan tus antecedentes, pero de todas formas estás oficialmente casada y no puedo echarte. Incluso si se pido que se divorcien, Cassis solo encontrará excusas.

—...

Alexandra asintió hacia Ibelia, que la miraba fijamente.

—¿Qué miras con tanta atención? Siéntate.

—Ah, sí.

Cuando Ibelia se sentó, Alexandra le tendió una taza de té.

—Sígueme.

Ibelia se concentró en servir el té negro en su taza.

—Supongo que puede arreglarse. Al parecer el Conde Vanein te enseñó correctamente.

¿No dijo antes que era un desastre? Ibelia apenas consiguió reprimir un sonido de frustración.

—Entonces, ¿es un matrimonio por amor?

—Sí, lo es.

—Viendo lo de antes, parece que has capturado el corazón de Cassis. Nunca pensé que ese niño podría ser capaz de poner esa expresión.

—¿Una expresión como esa...?

—Una expresión suave.

—Ah...

Ibelia no sabía cuál era la "expresión suave" de Cassis.

«Pero definitivamente es más suave de lo que solía ser.»

Sin embargo... ¿A Alexandra no le agradaba la expresión suave de Cassis?

—Bueno, no está tan mal. Hasta ahora ha sido demasiado rígido.

Ibelia comprendió por fin por qué Cassis no se había alejado de Alexandra.

—Se preocupa mucho por Cassis, ¿verdad?

—Sí, me importa. Lo he cuidado como si fuera mi nieto. A él y a Julia...

Alexandra miró por la ventana con expresión débil. Después de todo, no tenía hijos actualmente.

Tenía un hijo, pero murió en un accidente cuando era pequeño. Entonces, parecía que realmente se preocupaba por Cassis y Julia como si fueran sus nietos.

—Si cuidara a Lu como lo hace con Cassis...

—Entonces, ¿cuándo tendrás hijos? —preguntó Alexandra, interrumpiendo a Ibelia.

—¿Qué?

—Si la esposa es bonita, los hijos también. ¿No te gustaría más el hijo que des a luz en lugar de ese niño?

—Esas palabras...

—No puedo reconocer a ese niño como el sucesor de Adelhardt.

—El sucesor de Adelhardt es Lu, sin importar lo que digan. Incluso si tengo un hijo, eso no cambiará —respondió Ibelia en un ataque de ira.

En primer lugar, había pocas posibilidades de que naciera un niño de Cassis e Ibelia. Esa era la condición del contrato matrimonial desde el principio, ¿no? Sin embargo, en el improbable caso de que las cosas funcionaran y tuvieran un hijo, Ibelia no tenía la intención de arrebatarle a Lu su posición de sucesor.

Pero Alexandra pensaba de otro modo.

—¿Quieres que vea como un niño con sangre humilde se convierte en sucesor de Adelhardt?

—Por favor, tenga cuidado con sus palabras, tía abuela. El niño podría escuchar.

—No importa si escucha. ¿He dicho algo equivocado?

El padre del protagonista se rehusa a separarnosWhere stories live. Discover now