🍀Capítulo 109🍀

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Esa era una pregunta a la que Ibelia no podía responder con certeza. Vagamente, se preguntó si Lu eligiera permanecer con la familia Adelhardt. Pero no podía estar segura.

Ibelia se imaginaba a Lu eligiendo a Cesia. Tan solo imaginar no volver a ver su brillante sonrisa, era doloroso.

Pero...

—Si esa es la voluntad de Lu, entonces debemos respetarla.

Si Lu eligiera a Lionel y al Reino de Cesia, no había forma ni razón para detenerlo.

La respiración de Cassis se volvió temblorosa.

—Pero si eso sucede, pasaré mis días hablando de Lu contigo.

Sería muy agradable tener a alguien con quien compartir recuerdos. Incluso si Lu se marchara, sería bueno pasar tiempo con Cassis hablando de él.

Cassis levantó lentamente la cabeza, pareciendo un poco desconcertado como si hubiera escuchado algo inesperado.

—¿Por qué te sorprendes tanto? —preguntó Ibelia, sintiendo curiosidad por el comportamiento de Cassis.

—¿Mi esposa estará conmigo para siempre?

Ibelia sonrió con picardía.

—¿Me marcho entonces? ¿Es eso lo que quieres?

Cassis negó rápidamente.

—No, es solo... —murmuró Cassis—. Estoy feliz.

Ibelia se sorprendió por la honesta expresión de Cassis sobre sus emociones. Al mismo tiempo, estaba feliz.

Con esos sentimientos, Ibelia besó el rostro de Cassis. Primero su frente, luego el puente de la nariz y finalmente sus suaves labios.

La respiración de Cassis se volvió ligeramente temblorosa. En el momento que Ibelia se apartó de sus labios, él la tomó de la mejilla y volvió a besarla.

Fue un beso tan apasionado que pareció dejar sin aliento a Ibelia.

—Hah.

Ibelia abrazó el cuello de Cassis mientras le devolvía el beso.

Los labios de Cassis se bajaron de los labios de Ibelia.

Cuando los labios húmedos de Ibelia rozaron el sensible cuello de Ibelia, ella inclinó ligeramente la cabeza hacia atrás y se estremeció.

Cassis frotó suavemente las caderas de Ibelia y susurró con voz entrecortada.

—Cuando regresemos al Imperio.

Ibelia sintió cerca de su clavícula el aliento de Cassis.

—Quiero pasar la noche con mi esposa.

Ibelia no fue tan tonta como para responder "Seguiremos durmiendo en la misma cama" porque comprendió que Cassis quería una relación más profunda como pareja.

Mentiría si dijera que no tenía miedo, pero Ibelia también quería más de Cassis.

—Bien —respondió Ibelia con voz temblorosa—. Yo también quiero.

Cassis inclinó la cabeza hacia adelante y reanudó el beso. Fue un más profundo y apasionado que el anterior.

Era una noche en la que ambos se desearon aún más porque estaban ansiosos.


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El padre del protagonista se rehusa a separarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora