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—Y te digo que fue todo un caballero, ¡incluso se ofreció a traerme a casa! Y eso no fue todo

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—Y te digo que fue todo un caballero, ¡incluso se ofreció a traerme a casa! Y eso no fue todo...

El moreno escuchaba a su amigo con una sonrisa en el rostro, muy feliz por escucharlo hablar con tanto entusiasmo. Si bien Yeosang se caracterizaba por ser un joven de luz y enérgico, hace mucho que no lo veía iluminar el mundo con una sonrisa tan grande y sincera como la que portaba con orgullo en ese momento. Le hablaba de un hombre de su trabajo, del cual llevaba gustando un par de semanas y, a juzgar por sus comentarios, el panorama se veía provechoso para él.

Su corazón se sentía cálido y reconocía cuánto esperaba que Yeosang fuera amado y se sintiera plenamente alegre, pues él se lo merecía más que nadie. Tanto tiempo ha pasado y tantos sucesos ocurrido, pero él sigue firme y enfrentando la vida.

Deseaba que encontrara a alguien que lo amara con todo su corazón y lo trate como se haría con un auténtico príncipe. Aun cuando eso lo haría sentir a él desolado e incompleto.

—Suena como un buen tipo, sanggie —Entrelazó su brazo con el de su amigo—. Aunque eso aún está por verse, no creas que se va a librar de mi exámen minucioso para asegurarme de que merece pretenderte.

—Lo sé, lo sé. Ninguno se salva —Yeosang le dijo, riendo. Su cabeza cayó con gentileza en el hombro de su amigo, que hizo el mayor esfuerzo para no verse en tensión; se abrazaba con cariño a él—. Hace mucho que alguien no me hace sentir así y realmente espero que todo salga bien.

Con sus dedos finos de la mano libre, acarició los bellos cabellos oscuros de Yeosang, inhalando su perfume— todo resultará como deba. Pero si algo sale mal y te hieren sin motivo, yo mismo me encargaré de hacerlo sufrir.

—¡Tus bromas son muy graciosas!

—Lo sé, soy el mejor bromista —se permite reír a su lado.

Pero él no bromearía con algo tan serio como eso.

(...)

Eran pasadas las doce de la noche, cuando Yunho llegó. Al mirar su teléfono, se percató que en realidad marcaba "1:42am" por lo que suspiró con cansancio. Había sido un día difícil y de alto movimiento en el departamento, hace varias semanas que no atravesaba por un período tan molesto y problemático como ese. Presentar informes, mantenerse al día, la asignación de un caso de plagio y tener a la mitad del equipo incapacitado para ayudarlo, fue una tortura.

Lo único bueno fue que, en ausencia de grandes recursos como NingNing y Changbin —la chica estaba en el hospital por una intoxicación alimentaria y Seo estaba fuera de la ciudad—, Yeosang y él tuvieron mucho tiempo a solas. Más que todo fue trabajo, pero en el horario de descanso pudieron conversar y Yunho no cree haberse reído tanto hace mucho.

Pasó un rato incomparable.

Pero eso había sido hace horas. En el presente, él iba caminando descalzo con los zapatos negros pulidos en su mano derecha y el saco colgando en su brazo izquierdo. Estaba abatido y todo lo que deseaba era una buena ducha y descanso antes de tener que regresar al trabajo antes de las ocho de la mañana. Una expresión inconforme apareció en su rostro, sintiéndose con ganas de faltar como nunca antes.

Los Errores De Jeong Yunho. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora