Capítulo 12. Mónica

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Fernando es paciente conmigo, delicado en sus preguntas, suave en los comentarios. Tiene mucha empatía, eso es de agradecer.

-Consumiste drogas en su presencia? -me pregunta directamente.

-Sí, pero...el me obligó, en cierta manera -me mira serio, me echa agua en el vaso y me alienta a seguir -poco antes de la noche del video, me llevó a otra de sus fiestas. Cuando apareció por la casa, la gente le hacían fila, para pillar algo, para colocarse. Me hice la loca y me aparté, diciendo que iba a por algo de bebida. Claro está, que siempre pedía botellín de agua y me cercioraba de que estuviera cerrada.

-Sabes que eso, no te salva, de que puedan meter algo, verdad? -asiento, cierto es, que vi como lo hacían con una jeringuilla y dejaban la botella como si tal cosa -perdón, continua.

-Le vi hablando con esos tipos de antes -le digo señalándole el ordenador, que ahora está cerrado, como salvaguardando los documentos -ellos pusieron el polvo blanco en la mesa, dios sabe lo horrorizada que estaba, viendo como todos lo veían natural -doy un trago al agua -la primera raya, para el anfitrión, según dijeron. Pero mi exmarido, tan amable que es, dijo que su querida esposa, tenía que hacer los honores.

-Dios mío, Mónica -niega con la cabeza -si ves que no puedes seguir hablando, podemos dejar y otro día quedamos -niego con la cabeza.

-Prefiero acabar con ello ahora -asiente -por supuesto, que yo dije que no, pero Carlos me agarró del brazo -le señalo donde fue, porque todavía tengo una leve marca -y me dijo al oído, para que nadie lo oyera, que tenía dos opciones, una era meterme una raya de coca y ser agradecida con los invitados y la otra opción, era acabar la noche en el hospital, por una paliza, que no me reconocería ni la madre que me parió.

Fernando, se lleva las manos a la cara, con los codos apoyados en los mulos, me escucha perplejo.

-Hiciste lo primero, verdad? -asentí, limpiándome las lágrimas -luego que pasó?

Respiro profundamente.

-Recuerdo cosas vagamente, tengo lagunas de memoria, pero para eso está mi querido Carlos, para rememorar la noche. A la mañana siguiente, me contó que estuve sublime. Hice un stripteases, me quedé desnuda delante de todos y para finalizar la actuación, me dijo que me senté encima de él y me lo follé -vuelvo a bajar la mirada, la vergüenza acaba conmigo.

-Tengo que dar por sabido, que eso, debe de tenerlo grabado en algún sitio, verdad? -afirmo -tiene ordenador?

-Portátil, como el mío. Lo lleva siempre con él. Te puedo apostar, que en esa memoria podemos encontrar nombres, videos, fotos...pero también te puedo asegurar, que nos va a ser difícil, hacernos con él.

-Lo sé, hay que tener amigos, hasta en el infierno -me dice riéndose -ya te diré como lo haremos, seguro que necesitaremos de tu ayuda -asiento.

Pasamos dos horas más hablando, más bien, contándole mis penas del matrimonio. Decidimos poner final a la tarde de confesiones.

-Por favor, Fernando...

-No le diré nada a Juanjo, pero necesito saber algo -me dice siendo misterioso -todo lo que le dijiste hoy, en mi oficina...

-Es mentira -le corto enseguida -me asusté con el mensaje de Carlos, me muero si se llega a enterar, pero no de la verdad.

-Un consejo de amigo y abogado -me dice saliendo por el pasillo del restaurante -hablar, aclarar y ser sinceros el uno con el otro. Hacéis buena pareja.

-Yo le fui sincera al contarle cosas, pero él... -no sé si debo decir estas cosas a su amigo -no me está diciendo la verdad. En cuanto le pregunté por su historia, fue frio, distante, me apartó de él, como si fuera una colilla.

Simplemente túHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin