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── ¿¡En qué diablos pensabas Aldo geo!? ── Cuestionó una Madison molesta ── ¿¡Acaso te volviste loco!?
── Oye, no te ataques ── Dijo Aldo en un tono tranquilo y alzó sus manos como son de paz ── No es para tanto, solo quise ayudarte, así como tu me ayudaste a mi ── Sonrió ampliamente.
── ¿¡Pero tenías que "ayudarme" justo cuando estaba en directo y casi veinticinco mil personas me estaban mirando!? ── Madison tomó uno de los cojines del sillón y lo lanzó en dirección hacia donde Aldo estaba, tristemente le falló la puntería ── ¿¡Porqué no en otro momento Aldo!?
La molestia se apoderaba de Madison, su rostro estaba rojo del enojo y Aldo podía jurar que veía como el humo salía de las orejas de la chica, estaba realmente molesta.
Luego de que Madison finalizará el stream (un poco antes de lo esperado) esta salió de su habitación como si fuera un rayo para poder encarar al chico, la aparición de Aldo en el directo había alterado a todo su chat, las donaciones iban una tras otra, los comentarios eran constantes preguntas sobre que hacia el chico en casa de Juan y Ari y porque estaba ahí, había sido una locura total.
En cuestión de segundos todo se volvió un caos.
El pelinegro puso los ojos el blanco y tomó el cojín que estaba en el suelo ── ¿Podrías dejar de gritar? ── Pidió el pelinegro ── No es necesario que estés gritando como loca cuando yo te escucho perfectamente reina.
Madison tomó una bocada de aire y cerró los ojos ── Te juro, que si no tuviera este hijueputa brazo roto ── Avanzo dos pasos hacía donde estaba Aldo, justamente en la cocina ── Ya te hubiera arrancado la maldita cabeza.
Aldo abrazó el cojín y ladeo la cabeza── Igual si no tuvieras el brazo roto, no me arrancarías la cabeza.
Madison soltó una risa sarcástica ── ¿Cómo estás tan seguro de eso pedazo de caca que habla?.
── Porque dijiste que jamás le harías daño a alguien ── Comentó el chico ── Porque le mentiste a tu chat sobre lo que te había pasado en brazo e inventaste semejante mentira para poder salvar mi hermoso y delicioso trasero ── Madison se maldijo internamente ── Y porque te preocupaste por mi cuando me corté la mano, así que por tales razones yo estoy seguro de que no me arrancarías la cabeza.
── Retiro lo dicho ── Dijo Madison ── A ti ── Lo señaló ── Si te haría daño, eso te lo aseguro ── Aldo rodó los ojos y negó con la cabeza, Madison no era capaz ni de matar una mosca ── Puedo ser incluso cruel, muy pero muy cruel...
Que deja vu >> Murmuró el subconsciente de la chica.
El pelinegro observó a la colombiana con detenimiento y sonrió levemente ── ¿Cuán cruel serías conmigo Mads? ── Preguntó Aldo.
