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Madison📍
Había vuelto al hotel luego de que me dieran de alta ── bueno más bien Juan pidió que me dieran de alta para poder regresar a México lo más rápido posible. ── junto a Aldo y Ari hicimos las maletas, Juan hizo la compra de los boletos de regreso a México, hizo un par de llamadas a unos conocidos que nos podían ayudar con el tema de mi "acosador" y llamó a mamá para comentarle que regresaríamos a México antes de lo esperado.
Sinceramente no quería regresar, pero tenía que hacerlo.
Ya que había alguien que estaba detrás de mi, acechandome desde las sombras, analizando el panorama y esperando a que me descuide para atacar.
Me sentía como una jodida oveja, odiaba ese sentimiento.
Debo admitir que estaba asustada, confundida y me hacía muchas preguntas, realmente no entendía el porque alguien quisiera hacerme daño, no había motivos para que tales cosas pasaran ya que hasta donde yo se, no tengo enemigos.
O eso pensaba hasta que todo eso pasó.
Crucé mis piernas y le di un último sorbo al té que Ari había hecho para mi, solté un suspiro, recargue mi cabeza en el ventanal de la habitación y cerré los ojos por un instante, no me sentía del todo bien, la debilidad abrazaba mi cuerpo, los pinchazos en la cabeza iban y venían, el apetito no existía y la desesperación me invadía, estaba en la completa mierda.
Y estaría peor pero no lo sabía.
── Mads ── La dulce voz de Ari hizo que abriera los ojos ── ¿Quieres más té?
Negué y dejé la taza sobre la pequeña mesa ── Estoy bien, gracias ── Una ligera sonrisa decoró mi boca pero creo que fue más una mueca.
── Encontraremos a ese tipo y podrás estar tranquila ── Su mano envolvió la mía y le dió un ligero apretón ── Nos vamos a dejar que te hagan daño. Te mantendremos a salvo.
── No estoy a salvo ── Le dije ── Y no lo estaré hasta que lo atrapen.
── Mientras nosotros estemos contigo, estarás a salvo ── Me dijo ── Nadie toca a los nuestros y si lo hacen, que le pidan al de arriba que los salve.
Ari se acercó a mi y besó con suavidad mi cabellera, ella siempre fue tan dulce y buena conmigo, es lo que más adoro de mi cuñada, siempre apoyando, cuidando y dandole ánimos a su gente, entiendo perfectamente el porque Juan la ama tanto.
Ari es un ángel.
── Muchas gracias por su ayuda, estaré esperando su llamada, hasta pronto ── Juan colgó la llamada y guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta ── Buenas noticias ── Me miró ── Comenzaran con la investigación en este preciso instante y cuando estemos en México harán una inspección en tu computadora, teléfono y demás, asi pueden encontrar material para dar con la identidad del tipo.
