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Madison📍
Observé la hora en la pantalla que tenía frente a mi, faltaban nueve horas para llegar a Londres, nos esperaba un largo camino, lo bueno es que llevaba conmigo muchas cosas para matar el tiempo, mis audífonos para escuchar música, mi laptop para jugar, libros que había tomado prestados de la estantería de Ari y mi ipad para dibujar lo que se me viniera a la mente.
Había hecho una buena elección de cosas para el entretenimiento.
Miré por la ventana ── Aldo y yo habíamos tenido una mini pelea por el asiento, ambos queríamos la ventana, yo porque miraba de vez en cuando el panorama y Aldo porque disque le dan mareos, puras mentiras, al final hicimos piedra, papel o tigera, gané, como siempre y me quedé con el asiento al lado de la ventana ── el cielo estaba oscuro, había varias nubes y la luz de la luna era un poco opaca, pero aún asi la vista era increíble, me gustaban las noches por esa razón, las vistas eran siempre las mejores.
── ¿Estás bien? ── Giré mi cabeza en cuanto escuché la voz de Aldo.
── Si ── Respondí con una ligera sonrisa.
── Es que tenías la mirada perdida y pensé que te pasaba algo ── Dijo.
Esta preocupado por mi.
Chasque la lengua ── ¿Te preocupas por mi?
── Talvez ── Una ligera sonrisa se asomó por sus labios, bastardo coqueto. Pensé ── Nunca lo sabremos.
── O talvez si ── Dije.
── O talvez si ── Repitió mis palabras.
Hubo una corta guerra de miradas la cual yo rompí en cuanto me dispuse a buscar mi libro para continuar con mi lectura pendiente, estaba leyendo el tercer volumen de Heartstopper, un libro que había tocado mi corazón y había subido mis estandares gracias a Nick Nelson, como amo a ese muchacho, quiero uno para navidad.
── ¿Heartstopper? ── Cuestionó Aldo en cuanto vio aquel libro que se posaba en mis piernas ── No sabía que leías.
── Bueno, hay muchas cosas que aún no sabes de mi, pero eso no importa── Dije ── Y si, si leo libros, no com frecuencia, pero lo hago.
── Me sorprende mucho ── Confesó ── No sabía que eras de las que lee.
── Pues ahora lo sabes ── Dije ── Con tu permiso, continuaré con mi lectura ── Abrí el libro justo en donde se encontraba mi separador y comencé a leer.
── ¿Qué tipo de libros lees? ── Lo miré de reojo, tenía los ojos puestos en mi y su barbilla estaba recargada en su mano.
── ¿Porqué quieres saber? ── Pregunté.
Aldo soltó un suspiro y ladeo levemente la cabeza ── Dijiste que hay muchas cosas que aun no se de ti ── Asentí lentamente ── Pues quiero saberlas.
