Capítulo 2- A escondidas

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//Narra Dazai// 

Estoy tan agotado luego de mi reunión con los ejecutivos de la Port Mafia, pero a pesar de todo debía ir al trabajo, mientras me recostaba sobre el lumbral de la salida de los apartamentos escuche el sonido de unos tacones caminando hacia mí y sonreí al recordar el motivo por el cual sigo esforzarme por vivir, volteé a verlo, su hermosa figura ahora estaba a mi alcance y obviamente aproveche para tomarlo entre mis brazos con cariño lo que me llevo a notar dos cosas: 

1- Su lindo cabello estaba atado en una coleta que lo hacía lucir radiante y precioso. 

2- No puso nada de resistencia por mi agarre... 

¿Acaso eso significa algo? 

Caminamos en silencio hasta la agencia y durante todo el trayecto no pude evitar fantasear con un Sigma enamorado de mí, pero debía contenerme, luego de los desastrosa que ha sido la vida para ambos sería extraño que repentinamente me lanzará hacia él de una manera explícitamente romántica... O al menos eso creía pues al llegar a la agencia y comenzar con nuestros trabajos pude notar cierto compartieron extraño en el bicolor pues movía más sus caderas hacía los lados cada vez que caminaba frente a mi escritorio, pasaba lentamente moviéndose de una manera tan incitadora que no pude contenerme más. Paso frente a mí una vez dirigiéndose hacía un pasillo un poco alejado de la sala principal, espere unos cuantos segundos y me escape con la excusa de que debía ir al baño, ignore los gritos y regaños de mi compañero Kunikida y rápidamente logre localizar a Sigma entre los pasillos.

¡Te encontré! - dio un adorable saltito por el susto que le provoqué.

 ¿Dazai, estabas buscándome? ¿Sucedió algo? - note su nerviosismo, pase mi brazo por sus hombros para guiarlo conmigo. 

Exacto, necesito tratar un tema muy muy importante contigo- sonreí inocentemente antes de empujarlo a los baños y cerrar la puerta con llave. 

¿Ehh? No seas tan brusco, además este no es un lugar adecuado para hablar- no pude seguir escuchándolo más, era ahora o nunca, lo acorrale contra la puerta, él me miraba sorprendido mientras buscaba una explicación, pero realmente no tengo ganas de dárselas, después de todo las acciones dicen más que las palabras. 

Shhh~ hablas demasiado- con mi mano libre tome delicadamente su mentón y lo bese suave y lentamente tratando de disfrutar cada segundo pues supuse que el bicolor me apartaría de él con molestia, pero eso no sucedió, él a pesar de estar tenso no hizo ningún movimiento para alejarme, luego de unos segundos más me separe de sus labios sin alejarme completamente de él, quedando a una corta distancia de su rostro.

// Narra el narrador//

Eso fue inesperado... - fue lo único que atinó a decir el bicolor tras su gran sorpresa y nerviosismo, su rostro estaba completamente rojo y su cuerpo seguía tenso. Esa era la idea- el castaño le guiño el ojo con su ahora expresión burlona. 

No me digas que no te gusto ¿tan mal estuvo? - trato de fingir tristeza pero su drama fue acabo al ser tomando fuertemente por el bicolor quien tras un colapso mental decidió aprovechar su posición para volver a lanzarse a los labios de Dazai pero esta vez un poco más apasionado, o bueno, un intento de eso pues realmente no tenía experiencia, rápidamente el castaño tomó el control de la situación poniendo más salvajismo en sus besos, Sigma rodeo el cuello del castaño buscando fundirse más con él, Dazai mordió el labio inferior de Sigma para lograr meter su lengua en la cavidad contraria logrando hacer aún más lascivo el momento. Sigma gimió levemente por la intromisión para luego comenzar una pequeña pelea de lenguas por tomar el control, las cosas cada vez se ponían más calientes pues Dazai comenzó a meter sus manos debajo de la ropa de Sigma justo antes de que unos golpes en la puerta los hiciera separarse bruscamente. 

Sigma miro a Dazai con pánico pero el castaño solo sonrió con calma en un intento de trasmitirle calma. 

Kunikida me esta buscando, saldré primero ¿okey? - el bicolor asintió en silencio. 

Te espero esta noche en mi apartamento, debemos hablar- dijo el castaño para luego darle un corto beso en la mejilla antes de salir del baño y ser regañado por el rubio. 

La mente de Sigma estaba en blanco, se recostó sobre el lavamanos mientras meditaba lo que acababa de suceder, su estómago se sentía extraño y su rostro se ponía cada vez más rojo a medida que las emociones lo abordaban. 

¿Entonces soy correspondido o simplemente fue uno más de sus juegos? - se preguntó a su mismo sintiendo una fuerte punzada en el pecho y al mismo tiempo que sentía una esperanza, al cabo de unos minutos el bicolor abandono los baños regresando con el resto de sus compañeros para enteraste que Dazai y Kunikida habían salido a una misión.

Corazones entrelazados   SigzaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora