Capítulo 4: Falsas Despedidas

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Han pasado dos días desde mi última guardia, resulta que Gisel puedo comprar un pasaje para dentro de un mes, así me da tiempo a que me llegue la baja del hospital, la cual pedí el segundo día de franco, despedirme de mi trabajo me costó mucho, decirle adiós a los compañeros de batallas, porque no hacemos guardia, batallando para llegar vivo a las siete de la mañana.

El día que fui a pedir la baja llegué a despedirme de Alejandro, el pobre le hizo la guardia a Lorena porque estaba con Dengue y también me despedí de los demás enfermeros de las terapias.

No llores Cami, iré a tu despedida y no te preocupes que te llevarás mi número del pie en un papel; me dijo Alejandro mientras yo lo abrazaba y el me acariciaba la espalada, lo cierto es que me considero fuerte pero no es fácil despedirse de personas a las que le tienes tanto aprecio.

Ese mismo día estábamos frente a las escaleras al inicio del pasillo y vimos a los custodios correr hacia las terapias, había un hombre que decía que era el papá del neonato que estaba en la UCI, el bebé desgraciadamente falleció con tres días de nacido, debido a una enfermedad llamada Enterocolitis necrotizante la cual se caracteriza por una necrosis intestinal, acompañada de sepsis y casi siempre seguidas por perforación, eritonitis y muerte.

El padre del bebé tuvo un ataque de irá y rompió la puerta de cristal de la sala a golpes y patadas, desgraciadamente comportamientos como esos no son tolerados, nosotros más que nadie entendemos el dolor de perder una vida por muy pequeña que sea, nosotros que trabajamos en base a que no sucedan cosas como esas, aunque hay veces que no está en nuestras manos, recordando siempre que no somos Dios, él es el único con el poder de dar y quitar una vida.

Me encuentro acostada en la cama con los audífonos puestos y viendo fotos de Aurora, Claudia y yo cuando fuimos al cine, fue la primera vez que llevamos a Avi a ese lugar y dieron Pinocho, ahí fue donde le hice jurar a Claudia que sería como Pepito grillo con Avi.

Entró al whatsapp y recibo una videollamada de Gisel enseguida la contestó y me responde muy alegre, le cuento como está la pequeña y me dijo que llevara pocas cosas, que ella allá se ocupará de comprar todo lo que yo necesite.

Nos despedimos y llamo a Claudia para saber a qué hora llega, me dice que llegará a las cuatro porque va a recoger a la niña a la casa de nuestra tía por parte de padre.

Desconecto mis audífonos y voy a la cocina a preparar algo de almuerzo, pongo a hacer un arroz amarillo y me hago una tortilla.

Almuerzo y me voy a bañar , cuando salgo me pongo una licra corta blanca y un top negro que me llega hasta encima del ombligo mostrando mi piercing de luna, no me pongo ajustador prefiero dejar mis tetas libres cuando estoy en mi casa , ya que no son muy grandes , tienen un tamaño adecuado y no me da pena andar así como otras mujeres que viven de complejos ...que si andas con ajustador todo el día se te caen y te besan el ombligo... ,yo no creo en eso ,casi nunca ando con ajustador y están bien firmes.

Dispuesta a organizar mi cuarto llegó y sacó la caja que tengo con libros y tarecos y los tiro en el piso, justo cuando voy a empezar tocan la puerta.

Cuando la abro veo a Ernesto.

-Buenassss tardes ¿cómo estás? -lo saludo feliz de verlo y le halo por la mano para que entre.

-Hola bebé -dice y me da un beso en la mejilla, ya no voy a perder tiempo refrescándole la memoria, sabe que odio ese mote tan empalagoso que me puso-. Mira para que veas que te quiero traje esto - levanta la java de nylon y saca una botella de ron Habana Club.

-Vaya tú si suenas -le dije y me dio la botella, fui a la meseta y saque de la vitrina dos vasitos pequeños y los llene de ron.

Le cogí la botella y la lleve para la mesita de la sala después los vasos y puse música en el televisor.

Mi enfermera favorita   (Borrador)Onde histórias criam vida. Descubra agora