Capítulo 4

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El príncipe Nevan es un joven de apariencia cautivadora que despierta admiración y suspiros allá donde va. Su cabello dorado, como un resplandor del sol, cae en ondas naturales, pero el rasgo distintivo es su jopo que peina hacia atrás con un estilo impecable. Ostenta un peinado que irradia elegancia y sofisticación. Sus ojos, de un azul profundo y cristalino, tienen la capacidad de cambiar de tonalidad con el clima y sus emociones, como el cielo reflejando el estado del mar. En días despejados, brillan con un azul claro y sereno, mientras que en momentos de pasión o enojo, se tornan intensamente azules, como el océano en plena tempestad. Su tes es blanca, y su piel está perfectamente cuidada.

Con una estatura imponente y atlética, Nevan se alza por encima de la multitud, lo que le otorga una presencia magnética y dominante. Su cuerpo está esculpido con elegancia y fuerza, producto de su dedicación al entrenamiento físico y las actividades al aire libre.

Su rostro, rasgos finos y armoniosos, es alargado y enmarca una mirada penetrante y expresiva. Su nariz recta y refinada le otorga una apariencia noble y destacada. Pero lo que más destaca es su mandíbula, firme y marcada, que añade un toque de masculinidad y determinación a su apariencia.

Nevan Arik Zianova es, sin lugar a dudas, un príncipe de belleza impactante y magnetismo innegable. Su aspecto físico, combinado con su personalidad intrigante y su intensidad emocional, lo delimita en un príncipe que captura la atención de todos a su alrededor.

—¿Qué querías decirme ayer en la junta? —el rey preguntó, refiriéndose a la junta de consejeros donde se llevó a cabo la decisión acerca del reinado de Aura Dupree.

—¿Reinar hasta que ella esté lista? ¿En serio? —el príncipe expresó con indignación—. Ella jamás estará lista. Yo me he preparado desde el día de mi nacimiento para ser rey. Yo conozco más que nadie las necesidades de mi pueblo.

—Si tanto conoces de tu pueblo, entonces ve y enséñale. Ayúdala a prepararse. —el rey respondió sin desviar la vista de archivos importantes.

—Papá —Nevan dijo con fastidio—, hablo en serio. Ella jamás estará lista para reinar.

—Es su deber, tiene que estar lista. Es de la familia Dupree, ¿lo olvidas?

—El apellido no le da la capacidad para gobernar. —masculló.

—Pero los genes sí. Hijo, tengo mucho trabajo por hacer, ¿por qué no me traes un café?

El príncipe salió desde la oficia del rey, dando un portazo, haciendo que uno de los guardias diera un salto en su lugar.

Los guardias de Usque son conocidos por su devoción al reino y a su realeza. Siguen órdenes con precisión militar y solo reaccionan cuando se les indica, ya sea para abrir puertas, escoltar a alguien o proteger a la familia real. Su disciplina es absoluta, y su lealtad hacia el reino es inquebrantable.

Cuando están en su puesto, parecen ser parte integral del paisaje del castillo o las ciudades, como estatuas vivientes que velan por la seguridad y el orden. No pueden emitir ni si quiera un sonido o mirar a la cara a las personas, deben estar siempre viendo al frente. Los ciudadanos de Usque sienten un profundo respeto por estos guardias, cuya presencia constante es un símbolo de la estabilidad y la seguridad en el reino.

—Lo lamento —el príncipe se disculpó ante el guardia, por provocar que se moviera en el lugar—, no fue mi intención.

El guardia se inclinó ante el príncipe, sin decir nada, como es de esperar.

Nevan continuó caminando por el palacio, hundido en sus pensamientos, hasta que su viejo amigo, el príncipe Gavin Henott de Oris, apareció justo en frente de él.

DESCENDIENTES DE ORO ©Where stories live. Discover now