5

1 1 0
                                    

Hanna bajo lo más rápido que pudo de aquel lugar y prendió una rápida caminata hacia ningún lugar en particular, no sabía a donde iba, solo quería alejarse de esa mesa. Unas lágrimas traicioneras caían caliente por su mejilla. Se sentía traicionada por su familia, su madre no tenía culpa de nada pero aún así no quería verla, no por hoy.

¡Se iba a casar! ¡Y nadie le había consultado si quería hacerlo!

Corrió entre los árboles del bosque y llegó a un pequeño arrollo cristalino que era alumbrado solamente por la luz de la luna. Se sentó en lo orilla y con genio comenzó a arrancar el pasto que tenía bajo ella mientras que las lágrimas aún no cesaban.

-Cuanta agresividad en un ser tan pequeño-dio un pequeño respingón al escuchar aquella voz tan conocida.

¿Que hacía ahí a esta hora?

-No estoy para juegos Mert.

El chico alzó una pequeña ceja ante aquella reacción y en silencio camino hacia su costado y se sentó un poco alejado de ella. La miro de reojo y detallo las lágrimas que bajan por sus ojos y recorrían sus mejillas rosadas. ¿Que le había pasado? Debía ser algo grave para que Hanna estuviera tan tarde sola por ahí, y más en el bosque.

-Que raro escucharte decir eso enana-hablo intentado sonar gracioso-¿Paso algo?

Tan discreto e indirecto como siempre.

-Nada, posiblemente te enteres de todo bien cuando mis padres te envíen una invitación a una boda-dejo de cogerla con la pobre naturaleza y en cambio miro hacia el frente y alzó sus manos para comenzar a hacer figuras raras con el agua.

-¿Se van a casar?-pregunto sin entender-Dudo que eso sea algo malo enana, todo el mundo hace renovación de votos, no veo algo malo en que tus padres quie-sus palabras se quedaron a media cuando ella lo interrumpio de mala manera.

-La que se va a casar soy yo.

Y se rompió por completo, los sollozos empezaron a escucharse, ya no era discreta llorando. No tenía forma de explicar cómo se sentía al respecto. Mert abrió sus ojos y un pinchazo se instaló en su pecho. ¿La enana se iba a casar?¿Con quién?

-¿Quieres relajarte un rato Hanna?-pregunto de pronto el chico, llamando la atención de ella.

Asintió con la cabeza mientras lo miraba de reojo, Mert no espero mucho para sacar dejar la botella de alcohol que tenía en la mano encima del pasto y comenzar a desvestirse, haciendo sonrojar a la chica.

-No es lo que piensas enana-dijo soltando una  pequeña sonrisa discreta-Voltea un momento.

Cuando Hanna hizo lo que él le mando, este se desnudó por completo y se metió en el agua con la botella en la mano para después tomarse un largo buche de la bebida. Con sorpresa Hanna abrió los ojos mirándolo.

¿Acaso Mert se había vuelto loco? ¡Se iba a enfermar si seguía metido en el agua a esta hora!

-Vamos enana, haz lo mismo-la incito y se volteó dándole la espalda-No veré cómo te desnudas, puedes hacerlo con confianza.

Dudo varios segundos, claro que lo hizo, era una locura. Desnudarse junto a Mert para bañarse en un lago que estaba en lo profundo del bosque no era algo que estaba en sus planes. Pero; ¡Al carajo todo! Sus padres le habían mentido, que más daba que por primera vez en su vida haga algo de lo que ellos no estarían orgulloso. Ella siempre había sido intranquila y revoltosa, pero no había pasado de escaparse por la ventana de su habitación para ir a pequeñas fiestas a las afueras del pueblo, pero esas fiestas siempre terminaban a media noche, no era algo tan grave.

Pero hoy presentía que no llegaría a su casa tan temprano o no llegaría a ella en unas cuantas horas.

Se desnudó lo más rápido que pudo, sin que le diera tiempo a arrepentirse de lo que hacía. Cogió el suficiente impulso para lanzarse hacia el agua y dejarse undir en ella.

-¡Esta helada Mert!-exclamo cuando salió a la superficie, el agua estaba lo suficientemente profunda para cubrirle hasta los hombros, aunque estaba consiente de que el agua era lo suficientemente clara para que se le viera algunas partes de su cuerpo.

-Nunca dije que no lo estuviera-se encogió de hombros y con una rápida mirada repaso el cuerpo de la chica.

Sin duda antes sus ojos la enana había crecido mucho, era una mujer muy hermosa, tanto internamente como internamente. Su rostro era angelical, pero tenía el cuerpo como la de una demonia, desprendía una lujuria y atracción única. Esa enana no era lo que el recordaba de su infancia. Alzó los ojos topandose con las dos perlas de Hanna brillando, tenía un brillo diferente, ya no había rastro de las lágrimas que salían ante por sus ojos, ahora tenían otra emoción en ellos.

-¿Puedo tomar un poco?-señalo la botella en su mano y este se la tendió enseguida.

El primer buche fue el peor, el sabor fuerte y el calor del trago quemaba su garganta haciéndola arrugar el entrecejo; pero el segundo fue distinto. Y ya al tercero era otra vez esa chica alegre e inquieta. Mert había dejado también su caparazón de indiferencia y se encontraba jugando en el agua con la enana, pasaron de charlas cortas a estar tirándose agua uno a los otros.

-¡Eres un tramposo!-Hanna quién había sido unidida en el agua a tracion por el chico, soltó una carcajada y se lanzó contra él para darle leves golpecitos juguetones.

Mert estaba ya en el punto que todo le daba risa, cada acción de Hanna le hacía pensar que había cambiado en algunas cosas pero que ella siempre sería esa chica tierna e inocente que recordaba. Agarró sus manos entre risa y en un impulso repentino la jalo hacia él. Quedando pegados así.

La respiración de ambos chocaban y una tensión, para nada mala, se instaló en el ambiente. Mert podía sentir el pecho firme de la chica contra el suyo, y Hanna sentía cada vez más algo crecer cera de su parte íntima.

No saben cómo o porque. Pero se besaron y algo estalló en ellos.

¿Que es esto?¿Que me está pasando?

Ambos no sabían que hacían o que eran esas sensaciones, pero lo que si sabían es que no querían que esa sensación terminará, no aún. Querían sentir esa corriente por un rato más.

Solo unas horas más.

•Odnoliub•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora