•Odnoliub•

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-¿Donde estabas Hanna?-la voz de su madre se hizo escuchar una vez que había puesto un pies dentro de la casa.

Jhoana estaba sentada en uno de los muebles que adornaba la elegante sale, vistiendo un fino y delicado vestido gris de tirantes que cubría todo su cuerpo hasta sus tobillos que combinaba a la perfección con sus zapatos punti-finos, su pelo estaba recogido en un alto moño liso y llevaba un maquillaje sencillo pero que a la vez se hacía notar. Sus largas uñas chocaban contra la tasa de cristal con té que llevaba en la mano.
Hanna ignoro su pregunta y comenzó a caminar hacia su habitación, hasta que fue interrumpida por la voz de su madre.

-Hija, lo que estás haciendo no está bien.

Sus pasos se frenaron de golpe, ¿No estaba bien lo que estaba haciendo?¿Y lo que ellos hacían qué? Volteó su rostro mirando de reojo a su madre, quién se había parado segundos atrás.

-¿No está bien lo que hago madre?-pregunto con voz calmada-¿Se supone que lo que ustedes están haciendo esta bien?-solto una pequeña risa, una que sabia muy agria en su boca-¿Y que se supone que estoy haciendo?

Jhoana abrió ligeramente la boca, no tenía idea de que contestarle a eso o tan siquiera tenía idea de a dónde se había ido su dulce Hanna. Aunque muy claro sabía que no podía haber una dulce Hanna, cuando le habían arrebatado el cuento de ada donde la tenía siempre. Al no recibir respuesta alguna la chica decidió seguir su camino, suficiente tiempo había estado ahí parada esperando algo que no iba a llegar.

Subió a su habitación y entro cerrando de un golpe la puerta. Estaba furiosa a más no poder, caminaba de un lado a otra en la habitación y de pronto soltó un grito de frustración rompiendo en el proceso el cristal de su espejo. Miro los pedazos de vidrios en el piso cuando la puerta sonó de repente.

-¿Hanna?-la voz de Mikeale se escucho tras la puerta, haciendo fruncir el ceño de Hanna, puesto que no tenía idea de porque pudiera estar su "cuñada" a esta hora en la casa-¿Estas bien?

Con calma camino hacia la puerta y la abrió, Mikaela se encontraba con cara de preocupación mirándola, pero no era algo que a Hanna le preocupaba, sin embargo se puso a reparar su atuendo. Mikaela tenía un estilo muy lindo de vestir, como casi todos los elfos que aún conservan las viejas costumbres, llevaba puesto un pequeño top verde hecho de hojas bastante revelador junto a una diminuta falda que hacía juego con la parte de arriba, su calzado consistía en unas sandalias con tiras rondeandole los pies hasta las rodillas, mientras que su pelo estaba suelto a lo natural.

-Si estoy bien, solo tuve un pequeño accidente-le dedico una pequeña sonrisa fingida y se hizo a un lado para que entrara a la habitación.

-Perdón que viniera sin avisar, pero quería ser la primera en venir a buscarte para ir a elegir tu traje de novia-hablo con algo de timidez en su voz-¿Te molesta el atrevimiento?

Hanna quería decirle que su atrevimiento no el que le molestaba, sino el hecho de querer todos decidir por ella misma, pero se contuvo. Mikaela no quería otra cosa más que ganarse su confianza y no podía negar que le acentaria bien tener una amistad con ella.

-Tranquila no me molesta-dijo mientras caminaba hacia el baño que tenía en su habitación-Si quieres puedes sentarte por aquí y esperarme unos quince minutos en lo que me baño y me alisto.

Mikaela asintió con la cabeza y camino hacia el pequeño sofá frente a la cama y tomo asiento ahí, en lo a Hanna se daba una corta pero refrescante ducha. Salio envuelta en su albornoz y camino hacia su clóset tras la atenta mirada de su "cuñada". Paso unos minutos pensando que se pondría hasta que escucho la voz de Mikaela atrás de ella.

-Ponte algo cómodo como yo. Bueno solo si quieres-hizo algunas expresiones con su mano-Nunca te e visto vestirte como una elfo de verdad.

Hanna se quedó en silencio unos segundos mirando su ropa, era verdad que nunca se había vestido como un elfo de verdad, no por nada en particular, o bueno si. Sus padres decían que su cuerpo no compaginaba con esas ropas tan reveladoras.

-Bueno, te complacere está vez-volto a verla y le dedicó una sonrisa.

Tal vez todo si cambiaria en este tiempo. Se adentro más a a su clóset y abrió una cortina que revelaba la ropa de una verdadera elfo. Tomo si tiempo para vestirse y cuando salió dejo embobada a Mikaela. Había decidido ponerse un pequeño vestido color piel que casi parecía transparente que le llegaba hasta menos de la mitad del muslo, dejaba al descubierto gran parte de sus pechos tapando solo los pezones y poco más, mientras que unas rajaduras dejaban al descubierto sus dos costados. De calzado se había puesto una sandalias sencillas y había recogido su pelo en una voluptuosa trenza china.

-Hanna sino fuera porque estoy ya felizmente casa me hubiera replanteado mi sexualidad-comento con sus mejillas teñidas de un rojo bastante fuerte.

En momentos como esos amaban que los elfos fueran tan pocos disimulados con sus expresiones, le encantaba que la gente demostrará lo hermosa que era.

-Gracias, ¿Nos vamos ya?

Mikaela asintió con la cabeza y salieron de su habitación, encontrándose nuevamente con su madre en la sala, quién la mío con los ojos abiertos lo suficientemente grandes haciendoles pensar a la chicas lo mucho que debería dolor tener esa expresión en el rostro.

-¿Te gusta mi ropa madre?-pregunto Hanna con una sonrisa en su rostro, pero no era una sonrisa tierna como siempre, no, está tenía otro brillo en su cara-Apuesto a que sí tu expresión me lo dice todo. Iré con mi cuñada a escoger mi traje de novia, espero y no me extrañen mucho.

(✿)

Como veis y como sabéis, no tiene aún mucho apoyo está historia, por lo cual decidí no actualizarla por un tiempo. Así les informo que me tomaré el tiempo de narrarla bien y cuando la historia tenga un apoyo mayor, la subiré completa.
Les pido de favor que la compartan con sus amistades, parejas u/o herman@s que lean y así se haga más conocido el libro.

Bwsitos con sabor a chocolate ❤️😘.