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CREDITOS PARA:

@arquiiva

Sinopsis; siempre habia habido tension ahi, demonios, hasta un ciego podria decirlo. Pero a los dos no les gustaba eso, asi que usaban las discusiones como una especie de mecanismo de defensa. Inevitablemente, todas las defensas acaban derrumbandose.

Advertencias; obscenidades, p en v, digitación, gráfico, maldecir, fumar, lector afab, menciones de sexo, sexo sin protección

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Cuando saliste al balcón a fumar, te recibió una agradable brisa.

Ibas arreglada, con el pelo recogido, tacones, un vestido corto y un bolso caro, como todas las noches de tu estancia en esta ciudad.

No formabas parte de Tokio Hotel, pero te llevabas bien con el grupo desde la infancia, y ellos insistieron en llevarte de gira con ellos.

Cerraste la puerta corredera tras de ti y te dirigiste hacia la barandilla, llevándote el cigarro a la boca y colocando el mechero debajo, con la mano en alto para protegerlo del ligero viento.

Intentaste encenderlo varias veces, pero no salió ninguna llama. Levantaste el mechero y suspiraste por la falta de butano.

Estabas a punto de ponerte en marcha y pedirle a alguien un mechero en el club cuando la puerta volvió a abrirse detrás de ti.

Giraste un poco la cabeza y viste a Tom saliendo al balcón con el cigarro en la mano.

Gimió internamente. Una razón más para marcharse.

Le diste una última oportunidad al mechero, antes de suspirar y darte la vuelta para irte.

Diste un paso cuando, de repente, su voz te detuvo: "¿Necesitas fuego?".

Te giraste hacia él medio incómoda. Vale, quizá esto no sea incómodo. Sé cortés.

"Sí. Gracias".

Te acercaste de nuevo a la barandilla y cogiste el mechero que te había tirado. Le sonreíste y encendiste el cigarro.

Le diste una calada y sentiste un alivio inmediato.

Volviste a mirar a Tom y lo viste mirándote.

"Oh, lo siento", tanteaste, sacando el mechero de donde lo habías guardado distraídamente en el bolso. Se lo tiraste: "Toma".

Él asintió y se lo metió en el bolsillo.

Miraste hacia la bulliciosa ciudad llena de vida. El cielo crepuscular sobre las distintas luces, los coches, la gente. Te encantaban los momentos así, era tranquilo.

Mientras dabas otra calada, te diste cuenta del silencio algo confortable en el que estabais los dos. Te reíste internamente al pensar que Tom no siempre era tan gilipollas.

One shots Tom KaulitzKde žijí příběhy. Začni objevovat