QUÉDATE QUIETO - T. KAULITZ

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CREDITOS PARA:

@tkaulitzlvr

sinopsis: Tom no puede esperar mas, pero sabe que tu estas demasiado cansada para arreglar su problema como el quiere. Pero no puedes negar la necesidad que poco a poco se vuelve mutua asi que, decides encontrarte con el a mitad de camino, y el no se queja.

Contenido: obsceno (no sexo completo)

"Por favor, nena, yo haré todo el trabajo, te lo prometo", me suplica Tom probablemente por décima vez, hundiendo la cabeza en el pliegue de mi cuello y besándome la piel con la boca abierta, gimiendo por lo bajo

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"Por favor, nena, yo haré todo el trabajo, te lo prometo", me suplica Tom probablemente por décima vez, hundiendo la cabeza en el pliegue de mi cuello y besándome la piel con la boca abierta, gimiendo por lo bajo. En cualquier otro momento, me habría rendido en cuanto sus labios hubieran entrado en contacto con mi cuello, y él lo sabe, decidiendo probar suerte una vez más. Sin embargo, ahora mismo las circunstancias no juegan a favor de Tom, para su disgusto. Estoy demasiado cansada para rechazar adecuadamente su petición, suspirando con fuerza y sacudiendo la cabeza mientras se me cierran los ojos. Esto no es suficiente para Tom, mi falta de respuesta no es un "no" concreto, es todo lo que necesita para apretarse contra mí una vez más, con la esperanza de que sea suficiente para empujarme hacia esa palabra de dos letras que ha estado deseando que diga. Aunque nuestra proximidad no lo hace todavía, el frecuente movimiento de las caderas de Tom meciéndose contra mi cintura me recuerda lo desesperado que está, la dureza evidente a través de sus bóxers -no es que el algodón dejara mucho que imaginar de todos modos.

"Cariño, estoy cansada, mañana, ¿vale?", suspiro, apartando a Tom a medias mientras un gemido frustrado sale de sus labios. Aunque no ve la sonrisa traviesa que se dibuja en mi cara con el pequeño empujón que le doy en el pecho cuando se tumba a mi lado, claramente sin entender lo que estoy haciendo. Sinceramente, no me habría importado tener sexo perezoso; Tom nunca se queja cuando es él quien hace todo el trabajo y, si cedo, eso hará que se calle, sus lloriqueos ya me ponen de los nervios, tanto si intenta irritarme como si no. Pero ver cómo se le frunce la cara de frustración, cómo hace muecas de dolor de vez en cuando para liberarse de debajo de los calzoncillos, me motiva para provocarlo un poco más, pero al final estoy más que dispuesta a darle lo que quiere, o al menos a llegar a un acuerdo.

"Joder", murmura en voz baja, haciendo una pequeña mueca de dolor ante mi respuesta, con los ojos entrecerrados mientras su pecho sube y baja, respirando fuerte y entrecortadamente, lo que hace que me cueste cerrar los ojos y dormirme por fin. Sé que aún no se dará por vencido, así que me quedo tumbada en silencio, preguntándome cuánto tiempo tardará en seguir suplicándome que lo deje ir y le dé lo que quiere. Y, como era de esperar, no pasan ni dos minutos antes de que su mano me rodee la cintura por detrás... su cuerpo se aprieta firmemente contra mi espalda.

"Esto no va a desaparecer, nena, mierda... lo siento, pero, por favor... déjame hacer algo". Suspira, un gemido bajo sigue a su súplica, con la mano apretando firmemente mi cintura mientras su cabeza se entierra en mi cuello, clavándome suavemente los dientes en la piel. "Joder, te necesito tanto, por favor".

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