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Más allá del tiempo

Siento el tiempo transcurre terriblemente lento desde que salimos de la casa de Max hasta la mía

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Siento el tiempo transcurre terriblemente lento desde que salimos de la casa de Max hasta la mía. El silencio incómodo en su auto donde me pasé viendo hacia la ventana porque no sabía qué decir o hacer, sentí que fueron horas cuando se estaciona frente a mi casa. Suspiré como si acabara algo que me tenía con un gran peso encima, en parte lo es, pero me recuerdo que solo ha sido un beso y nada más, quería mantenerlo así de momento.

Le agradecí antes de bajarme e intentar que no me viera tan nerviosa de lo que ya me sentía porque seguía en una especie de transé, anonadada procesando lo que sucedió. Abro la puerta, está algo oscuro por lo que no veo cuando hay alguien frente de mí haciendo que pegue un brinco al ver que Maisy está en la entrada. La pelirroja me sonríe, no me muevo ni reacciono lo suficientemente rápido porque cambia su expresión a sería.

—¿Estás bien? —me mira con más de una pregunta en su rostro.

—Eh... sí lo estoy —afirmo intentando espabilarme.

—Parece que acabas de ver un fantasma —apunta observándome— ¿de dónde vienes? —esta vez frunce sus cejas con mirada sospechosa.

Maldigo internamente porque se supone que tendría que haber corrido a mi habitación para cambiarme y que no me vieran con la camisa de Max, que es lo único que cubre mi cuerpo. A igual que quitar la maraña que es mi cabello por haberse casi secado por completo, pero es un tremendo engreído y ni hablemos de que mi ropa se encuentra hecha bolita en mi mano, esto parece una increíble escena de crimen. Creo que he sido atrapada en plena movida.

—Fui a nadar —murmuro, mirando a un lado y no hacía Maisy, evitándola claramente.

—¿Sola?

Asiento encontrándome con sus ojos.

—Tengo que cambiarme antes de que pesque un resfriado —digo empezando a caminar y cuando me doy cuenta ya estoy subiendo las escaleras sin darle oportunidad de que me diga algo más.

Una vez en la planta de arriba corro a mi habitación porque no quiero encontrarme a nadie más, no entiendo porque le estoy dando importancia y hago un alboroto de esto, pero creo que es principalmente porque no estoy para responder sus cuestionamientos, no me molestaba decirles las cosas y ese es el problema, que no sé qué decir sobre esto, tenía una idea, pero debía concretarla antes de hablar.

Dejo mi ropa de un lado y reviso mi teléfono, se ha vuelto una pequeña compulsión el observar las notificaciones buscando algo que tal vez no quiera ver, pero para mi sorpresa no hay nada. El sentimiento de vacío me invade al instante sin poder evitarlo, al igual que una pisca de culpa porque sé que esto sucedió por mío. Parpadeo un par de veces cuando las lágrimas se aproximan, no lo haré porque todo esto es mi culpa. Me limpio la cara y sé que tengo que llamarle lo antes posible, no podría seguir posponiendo esto, puede que no esté preparada, pero es momento de enfrentarlo. Termino de responder las notificaciones que no había tenido oportunidad de ver, estoy a nada de abrir su chat, pero dos toques de en la puerta se escucha antes de que entre alguien dejándome parada sin poder escapar. Otra vez.

No me digas que me quieres [2]Where stories live. Discover now