34: |Que durará para siempre|

721 95 10
                                    

Mamá estaba frente de mí, en esa camilla, con los ojos cerrados y respiraciones calmadas.

Como desearía que tuviera los ojos abiertos, solo para verlos aunque sea un momento. Sabía que quizás ella no saldría de aquí, eso me asustaba, el miedo que sentía, era el peor que había sentido nunca. Hasta superaba al miedo que tenía de niña por los mounstros debajo de la cama... Ellos no existían, pero la muerte si y al parecer estaba dispuesta a llevarse a mamá y lamentablemente, yo no podía hacer nada para evitarlo.

Un pitido me sacó de mis pensamientos, mire la máquina a la que mamá estaba conectada, las curvas hacia arriba y abajo iban rectas, mis ojos se abrieron, esto ya lo había vivido.

-¡Ayuda! ¡Un doctor!.- grité asomándome por la puerta de la habitación, pero nadie venía, no parecía haber nadie, ni siquiera Mina estaba en su lugar.-

Giré a ver a mamá, ella me estaba mirando, tenía una sonrisa en su rostro, corrí a abrazarla, el pitido había dejado de escucharse, creí que posiblemente había sido solo un susto, pero las curvas no volvieron, la línea seguía recta.

-Es mi momento, Chaeng, te amo hijita, te amo a ti y a Won, las amo demasiado, pero... No puedo hacer mucho para seguir con ustedes y verlas crecer, lo siento.- su sonrisa no se borró, sus ojos se cerraron y las lágrimas salieron de mis ojos.-

-No, no... Mamá... ¡Mamá!.- traté de que abriera los ojos, lo traté pero no funcionaba.-

-Chae... Chae... ¡Chae!.- una voz a lo lejos gritaba.-

-Mina... .- la reconocí, no era difícil de hacerlo, ¿Pero dónde estaba? No la veía, no estaba por ningún lado.-

Sentí un empujón y mis ojos se abrieron, la cara de Mina fue lo primero que ví al enfocarlos.

-Hey, está bien, está todo bien.- habló acariciando mis mejillas.- Fue un sueño, Chae, tu madre sigue aquí, está allí.-

-Ella... Tengo que verla.- murmuré antes de levantarme, alejándome de su tacto.-

-No es momento de visitas, Chae.- dijo detrás mío.-

-Va a irse, Mina, no puedo quedarme aquí afuera y no despedirme.- le contesté entrando en la habitación.- Mami... No te vas a ir todavía, ¿Cierto?.- pregunté a su lado, mi labio temblaba, mis ojos se cristalizaban otra vez, con manos temblorosas tomé una de sus manos.-

-Hija... Creo que... Mi respuesta no te gustará.- contestó, su voz, su tono, solo, solo le daban la razón.-

-No aún mamá, vamos, tienes que ver cómo Won crece, me tienes que ver en mi graduación... Nos tienes que ver.-

-No, no puedo, Chae.-

-Si, si puedes, hazlo, lo lograste por años, aguanta más, por favor mamá.-

-¿Recuerdas... Recuerdas ese día que... Saliendo de aquí las llevé al parque?.- preguntó con dificultad, claro que recordaba ese día, fue cuando a mamá... .-

-Si, nos llevaste a comer helado, como si aquí no te hubieran dado un tiempo.- respondí.-

-Aunque ese día... Me hubieran dicho eso... Tú y tú hermana lo alegraron, Chae... Ustedes siempre... Encontraron la manera de alegrarme... Y sé... Que lo sigaran haciendo.-

-No me dejes, mamá, no voy a poder sin ti, no podré cuidar a Won sin ti.-

-Si que podrás, Chae.- dijo.- Lo vas a lograr, no estás sola, ellas están contigo.- sabía a quienes se refería.- Van a estar para ti... Prométeme algo, mi amor.-

-Lo que quieras.-

-Cuidate a ti y a ellas... Cuida a Mina... No me parece mala novia para ti.-

-¡Mamá!.- exclamé sonrojada, ¿Cómo era posible que aún a nada de morir, ella siguiera con esas bromas?.-

-Oh vamos, ambas sabemos que te gusta... Todas lo saben... Creo que ella no... Es medio tontita.- con eso último reí, tenía razón, pero era una tontita linda.-

-Las cuidare mucho, mami.-

-Lo sé... Por eso siempre... Estuve y siempre... Voy a estar orgullosa... De ti, mi amor, te amo.- el mismo pitido de mi sueño sonó, giré mi cabeza las curvas desaparecieron... Ahora era una línea completamente recta.-

-No, no... ¡Mamá!.- giré mi cabeza para verla, sus ojos estaban cerrados.- ¡No, no! ¡Mina, Mina!.- exclamé.-

-Hey, Chaeng... Lo siento, linda... Lo siento tanto.- la japonesa murmuró mientras me abrazaba, detrás de ella llegaban doctores, que nos sacaron de la habitación.-

-No... Ella no... .-

-Estaras bien, Chae, lo prometí.-

-¿Por qué ella, Mina?.-

-Porque las personas no son para siempre, nada lo es... Lo único que puedes hacer ahora es amarla, ella permanecerá contigo de esa forma, en tu corazón.- unos minutos después uno de los doctores salió y negó.-

Ahora sentía como si mi corazón se hubiera roto... ¿En serio ella hubiera muerto de una u otra forma sino la hubieran operado? ¿Acaso tome una mala decisión? ¿Acaso si quiera lo hice bien?.

Supongo que será una duda que durará para siempre.

Son, finge por mí. |•MiChaeng•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora