禁断 [Gofushi]

VIII - Amargo Recuerdo

Estaba en sexto año de primaria cuando supe la verdad.

Satoru era mi destinado, si, era de lo más raro que me pude imaginar después de todo el tiempo que cuido de mi llegue a quererlo, pero de una manera diferente y sin darme cuenta ya me había enamorado de ese alvino doble cara.

Nunca dije nada, no por miedo al rechazó sino que... jamás encontré la oportunidad perfecta para acerlo, ya que después de volverse jefe de su propia empresa pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la cuidad.

Una única oportunidad era lo que pedía... y cuando se me dio... descubrí otra parte de él. Yo era joven ese ese entonces, pero no idiota, pensé que me aceptaría o quizás daríamos tiempo y asi talvez la relación fluiria poco a poco.

Y no.

Ese día lo recuerdo perfectamente, yo había salido más temprano de la escuela debido a los días festivos, una clara oportunidad para declararme la empresa no era la mejor opción, pero era el único lugar en el que siempre estaba disponible, acompañado de Kugisaki pregunte por él en recepción dijeron que estába en una junta pero que no iba a tardar en salir con una gran emoción decidi esperar en la sala asta que me dieran permiso de subir.

Para cuando eso sucedido yo ya estaba cruzando las puertas del elevador para llegar asta su piso.

Llegué pero no había nadie, apesar de que la puerta estaba media abierta y unos ruidos extraños provenían de ahi mi curiosidad fue mayor que termine por asomarme un poco.

Tan sólo alcanse a mirar las sombras de dos personas una encima de otra murmurando cosas que rompieron pr completo mis esperanzas.

"¿me quieres?"

"Claro que te quiero, sino fuera así no estaría aquí"

"Mm~ dime que soy el único~... que no existe alguien más que te pueda aser sentir esto como yo~..."

"Eres único y por eso me encantas~.." 

"Suguru~..."

Escuchar el nombre de otra persona en sus labios le rompió por completo tanto el alma como el corazón, porque después de todo no fue la primera persona que llevo ahi. Suguru fue uno de tantos, pero lo que más le dolía era el echo de saber que talvez aún diciéndole sus sentimientos seguiría asiendo eso y que nunca lo tomaría de verdad enserio, solo sería otro de sus pasatiempos. Al cual cuándo tuviera lo que nesecitaba lo abandonaría, no, no era el tipo de vida que estaba dispuesto a llevar.

Con lágrimas escurrriendo por sus mejillas huyo de allí, sin saber exactamente a donde ir.

No sabía cuanto tiempo llevaba allí pero poco le importaba, siendo el único lugar donde pudo desahogarse se dejo caer en una de las bancas frías del parque lamentandose por aver ido a ese lugar.