禁断 [Gofushi]

XII - Un día Antes.

-listo,ya puede estar mas tranquilo-habló la joven mientras termina de bendarlo.

-¿d-donde está el?-preguntó nervioso.

-esta encerrado en su despachó no a salido y no a dejado que nadie más entre-contesto algo afligida.

-ya veo-se levantó de la silla. -iré a ablar con el-camino asta la puerta.

-la señora akasawa me pidió que no le dejará salir-

Intento detenerlo.

-estaré bien...-

Salió de alli sin importarle lo que la mujer había dicho, la puerta estaba con llave así que intentó ablarle desde fuera, pero al no recibir respuesta pidió que la abrieran aseguradoles que estaría bien.

Una vez abierta la puerta entró, todo estába echo un desastre camino entre los vidrios y libros tirados asia el escritorio donde estaba Gojo tirado y con las manos ensangretadas.

Se acercó a él para levantarlo y sacarlo de allí no le importó que se negará a rastras lo llevo asta su cuarto. Limpio sus eridas y las curó no eran tan graves pero se aseguró que estuvieran bien.

-Megumi... yo...-

-no digas nada...solo, nesecitas dormir-

-no quería lastimarte lo siento-

-lo se, ahora porfavor descansa-habló mientras lo empuja asia la cama.

-duerme conmigo... sólo por está noche-pidió sujetado su muñeca con delicadeza.

Le empujó asta que su cuerpo callera sobre el colchón después se subió para acercarse a su cuerpo y abrazarlo.

Gojo gustoso se aferró más a su cuerpo quedando cerca de sus labios, dejó un corto beso antes de quedarse dormido, acto seguido Megumi también cerró los ojos para dormir junto a él.

Asia tanto tiempo que ninguno dormia tan bien,como esa noche. Una de tantas que pasarían juntos.

-Satoru...ya tengo que irme-habló el azabache tratando de levantarse de la cama.

-no te vallas-apretó lijeramente sus caderas y se acercó a sus labios. -quédate conmigo todo este dia-

-lo are... ¿pero piensas que estemos aquí el resto del día?-

-talvez-sonrió.

-¿quieres perder todo el tiempo sólo durmiedo?-

-bueno...podemos acer algo más que dormír-se giró para invertir las posiciones y dejarlo abajo de él.

Sus mejillas ardieron en rojo, cuando sintió la lengua del mayor recorrer todo su cuello mientras acariciaba su entrepierna para separar sus piernas y quedar enmedio.

Megumi no quería quedarse atrás y empezó a desabrochar los botones de su camisa dejando ver su clara piel y esos abdominales bien marcados.

-¿te gusta lo que vez?-preguntó burlonamente, iso lo mismo dejándolo sólo en short.