Una cita que dura toda la semana.

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Sinopsis del capítulo: A Keigo se le concede una semana de vacaciones por su cumpleaños número dieciocho, Toya aprovecha para invitarle a su departamento y celebrarlo.

Aclaraciones: Más sobre la vida complicada de Hawks y como Toya se esfuerza por brindarle normalidad.

UNA CITA QUE DURA TODA LA SEMANA

Toya Todoroki revisa su departamento hasta que por fin se halla satisfecho con lo limpio (decente) que está el lugar. Es pequeño en comparación con la casa en la que creció, pero es perfecto para que dos personas vivan cómodamente. Sonriendo, se sienta en el sillón mientras espera la llegada de Keigo.

Su preciado Keigo, que durante el transcurso de la semana va a cumplir dieciocho años y que está a otras dos para debutar como Hawks. Por lo que, en consideración de su gran esfuerzo y como celebración, tanto por el día en que nació y todos estos años de arduo entrenamiento para convertirse en héroe, Toya cree que Keigo merece una semana de vacaciones.

Luego de una pequeña intervención por parte de Endeavor (el primogénito de los Todoroki cree que ya era hora de que su padre fuera útil), y otro de los trabajadores de confianza de la CSPH (Mera, si no se equivoca de nombre), se convenció a la presidenta de la Comisión que un breve descanso sería beneficioso para Hawks, de modo que inicie su carrera de héroe lleno de energía.

Por supuesto, Keigo quiso ir a vivir con él durante ese lapso de relajación (el omega se siente complacido y engreído cada vez que evoca la voz emocionada de Hawks dándole la noticia).

Así que piensa convertir los siguientes días en algo especial y a la vez común. Como Keigo no conoce lo que es una vida normal, Toya quiere brindarle la experiencia encantadora de la cotidianidad (más ahora porque pronto el rubio deberá centrarse en ser Hawks). Podría sonar sin sentido para personas ajenas, pero mientras él lo entienda y Hawks se divierta es más que suficiente.

"Vamos a tener una cita muy larga", reflexiona mientras lee el nuevo mensaje del Takami, avisando que llegaría en cinco minutos. Ellos no son pareja, solo mejores amigos. Sin embargo, él espera que esta semana cambie las cosas a su favor.

Y con ese plan secreto, transcurren los días.

Ambos dormirán en la misma cama (nido omega de Toya, esponjoso y suave, con muchas almohadas y sábanas, además de estar bañado en su aroma dulce). Cuando se lo informa a Keigo, sus alas se agitan tanto que casi rompen el jarrón más próximo; el de cabellos blancos se regodea y el rubio no esconde su emoción por la noche. 

No por alguna expectativa pervertida, es solo que Hawks tiende a batallar para conciliar el sueño y al levantarse aún el cansancio le aqueja; luego de su primera pijamada, ambos descubrieron que el alfa duerme mejor cuando atrapa con sus brazos a Toya y puede oler directamente el cuello del omega. Lo mismo va para el Todoroki, quien contento de mantener muy cerca al otro, alcanza sueños agradables, además de sentirse seguro y querido.

Se les dificulta un poco despertarse y prepararse para empezar las mañanas, porque a veces Keigo es muy perezoso y abraza más a Toya (éste se enorgullece de ponerle cómodo). Se bañan juntos y él ayuda a acicalar las alas de Hawks.

Y Toya se regocija haciendo la comida durante toda la semana, porque en su momento cocinar fue un gran reto para él, y tan terco como es, se volvió alguien muy bueno en ello, de paso, realizar algo que los demás pueden disfrutar también le hace sentirse bien consigo mismo.

Es una acción egoísta y a la vez no.

Aunque para Keigo es con una intención más honesta y llena de cariño, porque a Hawks nunca se le dio comidas caseras de niño, y la Comisión, si bien le dio una gran alimentación, fue un trato frío a cambio de otra cosa más (ser un héroe). Así que Toya tararea mientras cocina los platillos favoritos de Hawks y otros tantos que le hacen ilusión probar. El rubio ayuda en cosas básicas, se concentra en lo mundano, y el de ojos azules sonríe al mirar a Keigo tan entretenido. Al acabar y poner la mesa, comen y entre bocados charlan de cualquier trivialidad.

Keigo brilla cuando se permite ser como todos los demás, y Toya anhela regalarle por el resto de su tiempo juntos, una vida normal al otro.

Mientras esperan a que llegue el viernes, cumpleaños de Keigo, se la pasan visitando en las tardes diferentes restaurantes, algún museo o exposición de arte, una sala de juegos, etc. Por supuesto, sus viajes son pequeños y bien distribuidos para no agobiar a Hawks, después de todo son sus vacaciones y el clima es frío. Después de las 5 pm, aprovechan para volver a casa y mirar una película o serie juntos, desparramados en el sofá, tapados y comiendo chucherías.

Rei y los hermanos de Toya les visitan el 28 de diciembre (Enji se ocupó con el trabajo, pero le envió un buen postre al próximo héroe profesional). El primogénito de los Todoroki agradece la aparición de su familia, porque Keigo tiene la oportunidad de celebrar su cumpleaños rodeado de personas contentas de estar con él.

Se van apenas oscurece, y los dos jóvenes adultos disfrutan de su cena. Luego pasan a entretenerse con un maratón de películas de culto—anteriores a la era de los quirk—de distintos países hasta que es muy tarde.

Inesperadamente, en vez de ir a la cama y a punto de apagar la TV, a Hawks se le ocurre intentar algo nuevo a las cuatro de la madrugada.

— ¿Bailar? —cuestiona Toya, con la cabeza ladeada y una ceja arqueada. El otro se ríe de su expresión y el de cabello blanco le lanza un cojín a la cara.

—Nunca lo hemos hecho, excepto una vez cuando éramos niños y quisiste imitar a una pareja danzando bajo la lluvia —señala el rubio, el Todoroki asiente para darle la razón (aunque su cara se pone roja ante el recuerdo).

Los únicos amigos de ambos son los hermanos y la madre de Toya. Lo que pasa también es que ellos son aburridos (nunca han realizado las aventuras juveniles que ven en historias de ficción, prefieren mejor mirarlas en la televisión y criticar las acciones de los personajes mientras toman bocadillos); además, él es demasiado tenso (y se obsesiona con no hacer el ridículo), como para ser capaz de relajarse exitosamente entre tanta gente moviéndose al ritmo de una canción de dudosa calidad, por otra parte, el Takami estaría incómodo por el espacio que necesitan sus alas, y la probabilidad de que gente desconocida las toque accidentalmente.

Por ese motivo, es que Toya se esforzó por invitar a varios lugares a Keigo durante esta semana, de vez en cuando variar de su típica salida al cine es bueno, ¿no?

—Keigo, somos unos bichos raros —bromea, pero pone algo de música, lo suficientemente alta para que se diviertan, pero no para que los vecinos se quejen.

Después de todo, él aún le está regalando la vivencia de lo normal a su querido Keigo.

— ¡Los bichos raros también pueden bailar! —se ríe Hawks, mientras acomoda los muebles para que no les estorben.

La música suena, sin saber qué hacer, mueven sus cuerpos como mejor les plazca. Entre carcajadas, caras y movimientos exagerados, Toya escucha una canción que le suena conocida, pero no porque sea su favorita, más bien es porque la oyó recién, fijando sus ojos en Keigo, es cuando por fin reconoce los pasos de baile de éste y de dónde es la dichosa tonada.

— ¿Eso acaso es Pulp Fiction? —el Todoroki pregunta con incredulidad y una ligera cara de asco. Con razón identificó la canción, ese filme fue el último que vieron antes de comenzar a bailar.

—Es lo único destacable de la película —Keigo se encoge de hombros y continúa con su triste imitación de Jonh Travolta.

Toya le da la razón de nuevo y opta por hacer su mejor actuación de Uma Thurman.

Ya cuando están tirados en el suelo, cansados y sudorosos, se percatan que llegó el amanecer.

N/A. Sí, a lo largo de esta parte ellos parecen pareja. Pero Toya es ajeno y aún cree que por ahora son solo mejores amigos—aunque quiere más—; también esto se debe a que piensa que debe esforzarse y ofrecer cosas para que le amen y no le dejen. Por otra parte, Keigo considera que han tenido citas desde hace mucho tiempo y que prácticamente son pareja, no menciona nada a Toya porque para él todo es muy obvio, y supone que para Toya también. Probablemente en una parte futura explore esta mala comunicación.

Si nunca han visto Pulp Fiction, arriba dejé la escena del baile para que imagen a HawksDabi tratando de imitar eso.

Recuentos de la vida | HawksDabiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora