Celo.

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Sinopsis del capítulo: Sobre el segundo celo alfa de Keigo y como lo pasa acompañado de Toya.

CELO

A los trece años, Keigo le pregunta a Toya si puede pasar su celo alfa con él.

Contraria a la idea popularizada por los libros eróticos, el celo no implica sexo desenfrenado durante horas y horas, mientras eres controlado por tu lado más primitivo y tu consentimiento está en duda. A su vez, los omegas y alfas no son los únicos que los viven, sino también los betas (aunque en menor intensidad).

Cuando el celo comienza en la adolescencia, los síntomas son la gran sensibilidad a los aromas (pero no de un modo sexy), gran cansancio y dolores musculares; dura entre un día o dos. Si tienes mala suerte podría provocar también fiebre, migraña y náuseas, pero esto es posible de controlar con medicamento.

Ahora bien, cada que la persona se acerca más a la adultez, los mencionados síntomas se atenúan y se vuelven más tolerables. En esta etapa aparece además uno nuevo: la libido. La cual aumenta durante el celo, pero raramente alcanza un nivel exagerado o preocupante, la gente tiene la mente clara y se prepara con anticipación para un descanso de tres o cuatro días; la cantidad de relaciones sexuales que mantienen depende de cada quien, pero a lo mucho su resistencia solo sirve para una ronda o dos extras de las que normalmente son capaces.

Entonces sí, lo único que impidió que Toya se asuste a los catorce cuando Keigo le pide justamente esto, fue el haber recibido una educación sexual exitosa. El Todoroki se encuentra muy agradecido, porque si en sus clases escolares o con Rei no hubiera tenido la charla, su único conocimiento sobre el celo vendría de historias +18 de dudosos datos y calidad (que tampoco debería estar leyendo a esta edad, pero detalles).

— ¿Estás seguro? —cuestiona inseguro sobre si sería la mejor idea—. El sentido del olfato aumenta y no quisiera darle una experiencia terrible a tu nariz con mi olor —continúa muy rápido y claramente abochornado. El tema del celo y cómo afectaría su potente esencia a su futura pareja durante los mismos, es algo que le causa estrés considerar.

—Sí, tu aroma es la razón de mi pregunta —ante la sorpresa y el sonrojo de Toya, explica más:—. Me gusta mucho como hueles, asoció tu fragancia con seguridad y calma... A mí me agradaría pasar mi celo rodeado por tu olor. Además, quiero abrazarte —finaliza con una expresión imperturbable. En ocasiones, Toya tiene envidia de la capacidad de Hawks para decir cosas vergonzosas de modo tan directo y sin verse afectado; el alfa tampoco tartamudea ni nada, escoge sus palabras con cuidado y las suelta con gran tranquilidad como confianza.

—Oh... Bueno, sí, está bien —dice y asiente con un poco de torpeza, ganando una gran sonrisa por parte de Keigo.

Afortunadamente, sus padres aceptan cuando les avisa, aunque le regañan por comprometerse antes de pedirles permiso primero. Rei está de acuerdo más que Endeavor (al cual le dio un tic en el ojo al enterarse), pero era de esperarse, puesto que su madre conoce más a Hawks que Enji. Éste último cede, porque es gracias a Keigo que Toya encontró una vida más allá de querer entrenar y superar a All Might.

Cuando llega el segundo celo de Takami (su experiencia con el primero lo movió para estar con Toya durante el próximo), el rubio aparece en su puerta con una caja de tamaño mediano donde lleva algunos de sus objetos personales y queridos, es capaz de cargarla sin esfuerzo (cosas de futuros héroes, supone el Todoroki). Saluda brevemente al resto y se dirige al cuarto del omega.

El tiempo viaja muy rápido mientras ordenan todo entre los dos. La formación de un nido no es obligatorio para un alfa, pero Hawks lleva muchos años pasando la noche en el nido de Toya durante sus pijamadas, que se siente más a gusto con la idea de pasar su celo dentro de un nido, más si es hecho con ayuda del Todoroki. Una vez que todo está listo, ambos se acomodan y deciden mirar algo en TV hasta que Keigo sea afectado.

Al ocurrir, sin más, Hawks duerme y tiene el sueño pesado. Toya muy apenas es capaz de salir del colchón porque Keigo se aferra a él, y no deja de frotar su cara en el cuello y muñecas del omega.

Allí es cuando descubre cuánto le gusta su aroma al Takami, tanto que cualquier olor ajeno molesta al alfa, y éste sin miramientos suelta el propio para espantar a los que sus instintos tachan de intrusos. Por lo que, Toya es el único que puede atender a Keigo durante los dos días que dura su celo, una suerte que tenga experiencia cuidando alfas (ya que ayudó a su mamá para atender a Fuyumi).

Cada que hay una pequeña oportunidad de ser libre, aprovecha para ir al baño y traer comida a su amigo, conseguir que el alfa se alimente y tome agua es casi una odisea, pero como el terco que es, Toya lo consigue.

Quién hubiera pensado que Keigo en celo muy apenas podría abrir los ojos, mientras los únicos sonidos que saldrían de él son ronquidos, ronroneos y uno que otro ruido de ave. Al menos está seguro de que el alfa es feliz por su sonrisa tonta y fragancia (inesperadamente) más potente que la de Toya, que Keigo suelta despreocupadamente por su falta de lucidez (el omega acaba muy relajado, ya que disfruta del olor a bosque y noche de Hawks).

El rubio se ve tan descansado y contento cuando todo termina, que al preguntarle a Toya si el próximo también lo puede pasar con él, acepta sin dudar.

Y así, estar con Keigo durante su celo alfa se repite a lo largo de los años para Toya.

Las cosas con el tiempo no cambian casi nada para sorpresa de los dos, incluso cuando se convierten en pareja. A diferencia del omega—el cual se pone un poco más caliente de lo usual en los propios—, la libido de Keigo durante su celo alfa es nulo, su único deseo es dormir.

A lo mucho, su nueva dinámica romántica hace que Hawks le robé uno que otro beso inocente, además de comentar—cuando se encuentra medio despierto—lo mucho que ama a Toya.

N/A. Dado que Keigo es un alfa muy controlado, pensé que su celo también sería así de calmado. Él lo aprovecha para descansar de su agitada agenda como héroe. 

No se menciona, pero Toya también le pidió a Keigo pasar su celo omega con él. Solo duró los primeros años porque por la edad de 17-18, el deseo sexual de Toya en esos momentos empezó a manifestarse y le resultó incómodo estar así con Keigo. Así que no vuelven a compartir el celo omega de Toya hasta que se convierten en pareja.



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