Risa.

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Sinopsis del capítulo: Sobre como Keigo ama la risa de Toya.

RISA

Llevan media hora jugando cuando recién Keigo oye por primera vez la risa de Toya. Sus ojos se abren con asombro, nunca había escuchado—fuera de la TV—a alguien soltando carcajadas tan ruidosas y de sonido peculiar.

Acostumbrado al silencio solitario de su madre y a los gritos de rechazo de su padre, sus pequeñas alas se mueven alegres, maravillado al poder presenciar la felicidad de su nuevo amigo; quien se apoya en él, tan de cerca que el rubio se relaja y disfruta del aroma dulce del omega.

Sin embargo, a pesar de que clasifica la risa del Todoroki como especial, todavía le da una sensación de familiaridad. Tres meses después, no es hasta que de casualidad mira una película de cuentos de hadas, que entiende por fin lo que ese sentimiento le trataba de recordar.

Como no posee tantas referencias y experiencia sobre qué decir o no, cuando se reúne la próxima semana con el más bajo, se apresura a comentar su descubrimiento:

—Te ríes como las brujas.

Toya se sonroja y frunce un poco el ceño, por un instante Keigo piensa que se equivocó, pero el pelirrojo suelta un suspiro y cambia su expresión a una contemplativa.

Un detalle que Hawks descubrió en el tiempo que han interactuado es, que Toya es irracional e impulsivo cuando es muy emocional, una característica que le fascina al Takami, y que le hace creer que su amigo ha sido criado en un hogar lo suficientemente flexible para darle la libertad de ser así. Entonces, que decida darle una oportunidad de explicarse en vez de molestarse, deja claro para Keigo cuánto le importa al Todoroki.

— ¿Eso es un halago? —con esa pregunta, Hawks supone que el malentendido no fue tan grave.

— ¡Sí! —Keigo responde con voz alegre y más alta de lo habitual, raro en él, ya que usualmente habla con un tono bajo y con emoción moderada (su contexto no le ha permitido ser ruidoso). Poco a poco, cae en cuenta que la amistad quizá sea tan milagrosa como para lograr que no actúe tan precavido—. Las brujas son geniales porque hacen magia, son misteriosas y saben muchas cosas.

Al escucharlo, el omega le mira por unos segundos como si no esperara tal respuesta. Finalmente, el azul de sus ojos se suaviza y con mejor humor asiente.

—Pensar eso queda contigo, ya que eres alguien muy abierto —comenta Toya, y ante la confusión de Hawks, continua:—. Las brujas no suelen ser muy apreciadas, dentro de las historias se les teme y hacen el papel de villanas, además de verlas como feas... Entonces comparar a alguien con una, eh, podría tomarse mal —arquea las cejas con tal asombro que provoca una pequeña risa del pelirrojo.

—Eh, supongo que me deje llevar por mi amor a las brujas —comenta, y le resulta curioso como nace un rubor en las mejillas de Toya—. Las brujas me encantan y te veo igual de genial que ellas, por eso dije que te ríes como una... Pero si no te agrada, no lo diré más.

—Nah, estoy bien —le resta importancia con un gesto de mano—, como es un cumplido, te doy mi permiso.

Para Takami parece que el más bajo anhela más halagos, así que contento, Keigo toma de la mano al otro y agrega:

—Como bruja, Toya sería muy asombroso y bonito.

Mantiene la mirada fija porque el Todoroki le contó que le gustan sus ojos dorados (un gusto muy... particular, considerando que a los demás niños les da miedo que casi no parpadee), esto demuestra ser una buena elección cuando el omega se sonroja hasta las orejas.

Recuentos de la vida | HawksDabiTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon