Jujutsu Kaisen One Shots / Bullet Fics

002. El Rey No Escucha Bien - Sukuna Ryomen

Personajes: Sukuna Ryomen x F!TN
Palabras clave: Amo x Sirviente, humillación, aww sus orejitas, a mimir, two mimir.

> Sukuna Ryomen tenía muchos sirvientes y todos temblaban si sus ojos se posaban en ellos. Todos trataban de evitarlo a toda costa para evitar realizar las tareas que involucran estar cerca de él, especialmente limpiar sus orejas.

> Sukuna Ryomen odiaba que le tocaran sus orejas sensibles pero era necesario si quería tener sus cinco sentidos listos para cada batalla. Él no quería limpiarse sus propias orejas por que ¿que tipo de rey se limpia sus propias orejas?

> Sukuna Ryomen comenzó su búsqueda de un fiel sirviente que hiciera dicha tarea, como todos se escondían de él, te terminó eligiendo a ti, la sirviente más joven e inexperta del castillo. Te ordeno que lo siguieras a su habitación y los demás sirvientes comenzaron a persignarse en caso de que no te volvieran a ver.

> Sukuna Ryomen se recostó en su lujoso diván para que comenzaras con tu labor, sin olvidar amenazarte primero: "Más te vale hacer bien tu trabajo." Tragaste en seco porque sería la primera vez que limpiarías sus orejas y si no hacías bien tu trabajo, la última.

> Sukuna Ryomen cerró los ojos mientras que sumo cuidado limpiabas el exterior de su oreja con un hisopo. Tus manos eran delicadas alrededor de sus orejas sensibles y los roces no lo molestaban porque eran mínimos. Tus dedos se sentían cálidos, lo cual ayudaba a que él pudiera relajarse.

> Sukuna Ryomen sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando metió una pequeña espátula de madera en su oído para quitar el exceso de cerumen que evitaba que escuchara bien. "Dígame si lo llego a lastimar, su majestad" avisaste con voz temblorosa. "Solo haz tu trabajo" contestó de mala gana.

> Sukuna Ryomen se estaba quedando dormido hasta que le pediste si se podía recostar de su lado contrario para que pudieras proseguir con su otro oído. Lo hizo junto a un gruñido de molestia, ya que estaba muy cómodo de ese lado.

> Sukuna Ryomen soltó un quejido en cuanto metiste la espátula de más. "Más cuidado, ¿acaso no puedes hacer algo tan simple?" gruño desde su garganta. Te disculpaste de inmediato y seguiste en tu tarea. En cuanto tus dedos mágicos tocaron su oreja, se le paso lo enojado.

> Sukuna Ryomen soltó un bostezo en cuanto terminaste. Se hacía tarde y debíamos volver a la cocina cuanto antes para ayudar con la cena. En cambio, él te ordeno a que te quedaras y dijo: "Deja que que la servidumbre se encargue, ven y masajea mi cabeza."

> Sukuna Ryomen estaba acostado sobre su cama con su cabeza en tu regazo. Tus dedos masajeaban sus sienes en círculos. Si prestas mucha atención, podías escucharlo ronronear levemente como un gatito contento, a pesar de que físicamente no fuera tan lindo como uno.

> Sukuna Ryomen se había quedado dormido, por lo que decidiste ir con los demás sirvientes. En cuanto te bajaste de la cama, escuchaste aquella temible voz detrás de ti. "¿Quien te dijo que podías irte?" Te detuviste helada en tu lugar y volviste para encararlo. "Ven y acuéstate conmigo." Tu corazón saltó en un brinco al escuchar aquella orden, pero no podías decirle que no al rey.

> Sukuna Ryomen te atrajo a sus fuertes brazos. La calidez de su cuerpo y el tuyo se fusionaron, provocando que la temperatura se elevará entre ustedes. Habías escuchado lo mal que trataba a sus concubinas, por lo que tenías miedo de que te hiciera lo mismo. Toda preocupación desapareció cuando te empezo a acariciar el cuerpo lentamente, cuidando de no rasgarte con sus garras.

> Sukuna Ryomen no roncaba como pensabas que lo haría, soltaba un sonido más leve, más quedito, era casi como un gatito con la nariz tapada. Sus brazos rodeando tu cintura y tus hombros, su pesada respiración y su pecho cómodo te alentaban a quedarte dormida. "Son órdenes de su majestad" pensaste para no sentirte tan culpable de dormirte.