¡SERIE NUEVA! (Rey x Sirvienta)

207 27 1
                                    


Wenas! Ya que las ha gustado mis one-shots de Rey!Sukuna x Sirvienta!Lectora, pues he decidido sacar una serie completa en otro apartado acá en Wattpad. ¡El primer capítulo ya está disponible en mi perfil! 

Los primeros cuatro one-shots (El Rey No Escucha Bien, Costillas, Baño de Sangre y Fijate en Mí) estarán incluidos, pero serán más largos y mejores. Así, si les intereso alguna de esas historias cortas, pásense por mi perfil y busquen eta portada: 

 Así, si les intereso alguna de esas historias cortas, pásense por mi perfil y busquen eta portada: 

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

VISTA PREVIA DEL PRIMER CAPÍTULO: 

Sukuna caminaba por los pasillos iluminados por el sol oscuro que gobernaba entre los reinos. Sus pasos largos y pesados hacían retumbar el piso de mármol. Su perfil afilado, sus hombros tatuados y su gran estatura, contrastado por el cielo rojizo de la tierra maldita, aterraban a cualquier pequeño humano que se lo encontrara. Era un rey que gobernaba gracias al terror que su gran cuerpo y poder absoluto transmitía. Tenía el poder de matar lo que quisiera y cuando quisiera como un dios omnipotente, pero le gustaba ver a sus ratas correr de un lado hacia otro para obedecer su merced. Le divertía jugar con sus sirvientes hasta tal punto de hacerlos llorar, temblar o, en casos extremos, suicidarse. Tenía muchos sirvientes, así que podía darse el lujo de matar a los que quisiera. Los pobres humanos uniformados temblaban si sus ojos se posaban en ellos. Todos trataban de evitarlo a toda costa para evitar realizar las tareas que involucran estar cerca de él, especialmente limpiar sus orejas.

Al ser un monstruo con los sentidos agudizados al máximo, odiaba que le toquen sus orejas, pero era necesario que se las limpiara para tener sus cinco sentidos listos para cualquier batalla. No es alguien cosquilludo, pero sus orejas son la parte más sensible de todo su cuerpo. Él mismo podría limpiar sus propias orejas, pero ¿qué tipo de rey todopoderoso y omnipotente se limpiaría sus propias orejas?

Sus ojos navegaban por los largos e interminables pasillos del terrorífico castillo en el que vivía junto a todos sus súbditos. El hogar del rey era un lugar en donde la oscuridad, el frío y la incertidumbre dominaban el ambiente. A pesar de que estuviera rodeado de lujos, se sentía como un ático secreto más que un castillo digno de un rey. Los candelabros de plata, las velas rojas que desfilaban en las paredes y los muebles tapizados con telas exóticas de todo el mundo decoraban cada habitación que comúnmente estaba rodeada por retratos hechos por cientos de artistas que temían por sus vidas.

Sus ojos depredadores buscaban al primer pobre sirviente que se le cruzara en su camino. Escucho las cerdas de una escoba siendo restregadas contra el suelo. Divisó a una pequeña figura barriendo una de las habitaciones de invitados. Ahí te encontrabas tú, tarareando una canción suavemente de tu infancia mientras hacías bailar la escoba. Estaba tan concentrada en tu tarea que no te diste cuenta de que el rey estaba peligrosamente cerca de ti. Al darte la vuelta, te topaste de golpe con su imponente cuerpo, provocándote un mini infarto. Vestido en elegantes vestiduras, anillos de oro en cada dedo y con una sonrisa malvada en el rostro, te miraba como si fueras una criatura despreciable de la que se podía deshacer en un abrir y cerrar de ojos.

Eres la sirviente más joven e inexperta del todo el castillo. No tenías más de dos meses viviendo ahí, por lo que tus interacciones directas con el rey habían sido pocas. Sukuna te vio de pies a cabeza. Te recordaba perfectamente desde el día en que te conoció. Tus coletas bien peinadas con dos moños blancos denotaban tu inocencia, el corset acentuaba tu pequeña cintura y la falda larga marrón cubrían tus prometedoras piernas. Lo aceptabas, eras linda. Fuera de eso, eras una asquerosa humana como todos los demás, pero algo tenías que llamabas su atención. Sukuna no sabía con exactitud que era lo que tenías. Por el momento, él te seguiría tratando como te mercedes por ser una pequeña rata. De inmediato, te arrodillaste ante su majestad. Tu cabeza reposaba en tus manos contra el suelo recién barrido, tus dedos apenas tocaban sus pies por la cercanía.

—¿Te diviertes?—. Sukuna te pregunto sarcástico.

—No, su majestad—. Contestaste rápidamente sin subir la mirada.

Sukuna coloco uno de sus pies desnudos sobre tu espalda. El peso opresor te aplastaba contra el suelo frío. Rezabas internamente que tus huesos no empezaran a crujir. Mordiste tu labio inferior y cerraste los ojos con fuerza para evitar a soltar un quejido de dolor. Después de haber satisfecho su necesidad de hacerle ver a la nueva sirvienta quién es su amo, retiro su pie de tu espalda agonizante. Respiraste profundamente para rellenar tus pulmones de aire de nuevo.

—Ve a mi habitación—. Te ordeno sin dignarse a verte antes de retirarse de la habitación. Te quedaste en el suelo, recuperando lentamente el aliento. Saboreaste un líquido metálico en tu boca. Te mordiste el labio tan fuerte que empezó a sangrar.

 Te mordiste el labio tan fuerte que empezó a sangrar

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Jujutsu Kaisen One Shots / Bullet FicsOnde histórias criam vida. Descubra agora