Izula (4)

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—Es un regalo de bodas de parte de mi madre.

Lucerys lució sorprendido.

—¿Para… mí? —titubeó—, ¿de tu madre? —Lucerys lo miró de forma sospechosa.

Aemond asintió.

—Vamos, ábrelo que no tengo todo el día.

Lucerys tragó saliva y se inclinó hacia donde una caja de un color rojo satín se encontraba sobre la cama matrimonial. Con las manos ásperas la destapó y su boca se secó ante el costoso y llamativo traje.

—Es… un traje.

Aemond lo miró fijamente.

—Verde —Lucerys se volvió hacia él. —No puedo usarlo, es hermoso pero… el verde no es mi color.

Aemond alzó una ceja. —Solo es un traje, el color es lo de menos.

—No para tu madre, si lo uso sería una señal de apoyo para los Hightower. —Lucerys dijo, mordiéndose la lengua. —Y todos sabemos lo que ellos quieren.

Aemond se acercó a el y colocó una mano en su hombro. Como si estuviera siendo amable con el, entendiendo en la posición en la que lo dejaban.

—Es solo una broma, Lucerys, no te lo tomes en serio.

—Como si pudiera hacer algo más —dijo, frustrado—, esto no es como si estuviera en Rocadragón, no le soy de su agrado, me quiere... usar.

Aemond le sonrió irónico. —Ellos no te usarán, pero yo sí.

Lucerys se sintió molesto.

—Pues no lo quiero. —Lucerys se alejó de su toque, caminando hacia la encimera.

Aemond se río entre dientes ante el pequeño y mediocre acto de rebeldía.

—Si tienes que ponerte un traje verde, lo harás. —Aemond le miró y se acercó a el. —¿Por qué no puedes pensarlo como una forma de mantener la paz? Este matrimonio es para mantener a la familia unida, no separarla más de lo que ya se encuentra. Esto solo es un pequeño paso.

Lucerys paso uno de sus dedos alrededor de la copa. —¿Y hacerles creer, que de alguna manera, estoy de su lado? No gracias, Aemond.

—Llegas a impacientarme, Lucerys.

Él frunció los labios.

—¿Por qué insistes tanto que lo usé, Aemond? —preguntó, mirándolo con sospecha.

—Mi madre ha organizado una fiesta en celebración a nuestra boda, dado el motivo que tu madre nos negó una.

—¿Una fiesta?

Aemond asintió. —En Oldtwon.

Las cejas de Lucerys se arquearon con sorpresa. —Usar ese traje en la Fortaleza de los Hightower es aún peor. Mi madre no lo consentirá.

Aemond se acercó hasta donde Lucerys se encontraba de pie y él se alejó cuando estuvo a su lado. El príncipe Aemond iba a tomar el amago de reírse de su marido, pero no era el momento adecuado, o al menos no por el momento.

The blood of duty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora