Extra 2

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- Chuuya, ¿Vas a decir de una vez lo que ocurre o vamos a pretender que no pasa nada? -preguntó de forma seria Dazai, sonaba impaciente. Había esperado únicamente hasta que hubieran llegado a casa para preguntarlo.

- No ocurre-

- A mi no me puedes mentir cariño, por más que quieras hacerlo. Simplemente no puedes...

Ante dichas palabras un escalofrío recorrió al pelirrojo haciendo que los engranajes de su cabeza empezaran a trabajar cada vez más rápido. Necesitaba cualquier respuesta que le sacara de esa incómoda conversación por el momento. Tenía que mentalizarse antes de sacar el tema.

¿Debía mentir aunque no sirviera?

¿Debía de decirle la verdad a medias?

¿Debía simplemente decirle la verdad y afrontar lo que le dijera?

- Si quieres cancelar la boda podemos hacerlo, no te odiaría Chuuya -comentó de una forma demasiado tierna o incluso comprensible para lo que estaba diciendo.

- ¿Qué estás diciendo Bastardo? -susurró el pelirrojo con incredulidad.

- Está claro que se trata de eso, estabas tan feliz con la boda y de pronto tu ánimo está peor que nunca y piensas que puedes ocultarlo como si no me diera cuenta -alzó la mano para que Chuuya no le interrumpiera- te ofrecí ocuparme de todos los detalles y no quisiste, así que ha tenido que pasar algo en uno de los procesos. Tal vez has decidido que no estoy a tu altura de lo que ofreces y no sabías cómo decírmelo.

"¿Qué mierda está diciendo?"

- No me importa que no quieras casarte Chuuya y-

- ¡¿Quieres callarte de una maldita vez?! ¡Nada de lo que dices tiene sentido!

Dazai sorprendido por el grito repentino decidió hacerle caso por primera vez en su vida y simplemente cerró la boca. Observó con curiosidad cómo es que la persona frente a él fruncía el ceño con molestia y cerraba sus manos en puños firmes para contenerse. Estaba claro que se había enfadado pero sinceramente esperaba una reacción más triste por su parte.

La parte racional del castaño pasó a un segundo plano y sintió ganas de dejarse llevar por su curiosidad. Las cosas estaban saliendo de una forma que no había planeado y era consciente de que con alguien como Chuuya delante podría pasar cualquier cosa. No descartaba que aún pudiera acabar llevándose alguna paliza por cualquier razón.

- ¡¿Quieres cancelar la boda?! ¡Hagámoslo entonces! -exclamó con la voz agitada el pintor- ¡Pero al menos ten la decencia de admitirlo maldito bastardo!

La mirada de Dazai cambió por primera vez en ese momento, su mirada calmada e impasiva se convirtió en una mirada confusa. Se esperaba que su querido amado admitiera que no se quería casar con él, que se lo había replanteado y se había dado cuenta de que seguía siendo la misma persona horrible que su vida pasada. Se lo había imaginado de tantas formas que había previsto todas las posibles respuestas del contrario. Sin embargo, lo que había escuchado sí que no se lo había esperado.

- ¿Qué quieres que admita Chuuya?

- Que tú.... Que tu... -las palabras que quería decir le producían tanto dolor que ni siquiera era capaz de pronunciarlas a la primera.

- Cariño...

- ¡Me estás engañando con otra persona! ¡Me estás poniendo los cuernos y aún así sigues con este maldito teatro!

Dazai simplemente empezó a reír apenas asimiló dichas palabras.

El castaño no podía entender cómo es que había llegado a esa conclusión y le hacía gracia saber que en ese momento la cabeza de Chuuya estaría hecho un completo lío. Tendría miles de pensamientos recorriendo su cabeza y no le daría siquiera tiempo a asimilar una cuarta parte de ellas. Hasta ese momento había confiado en que nunca se le escapaba ningún detalle sobre lo que ocurría alrededor del pelirrojo y su vida en general, ahora tenía que admitir que aquello no era así.

El pintor solitario |Soukoku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora