-CAPITULO 11-

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Marcaban las siete y media de la noche cuando Hyukjae seguía intentando localizar por llamadas y mensajes a su jefe. Este no había regresado desde su reunión con el señor Won. Su chofer le respondió que ahí lo había dejado y que le ordenó irse a su casa. El problema es que ni sabia donde estaba, no contestaba y se suponía que habían quedado en la tarde de ir al penthouse.

Una llamada más, diez mensajes de "LEE DONGHAE, ¿DONDE DIABLOS ESTAS?" al WhatsApp del menor. Ya se empezaba a sentir frustrado. Se le empezaban a bajar las ganas de tener sexo para versos sustituidos por la preocupación.

Si se suponía que estaba con el señor Won en su dicha reunión, estaba bien; solo que le avisara que no se verían. Pero si no era así y le había pasado algo. Entonces ¿dónde estaba?. Tomó su móvil y llamó a su hermana.

-¿Qué fue, stramberry boy?- contestó Sora.

-¿Qué estás haciendo?

-¿Yo?, en casa, ¿tú?- respondió su hermana.

-En realidad, intentando localizar a Donghae- suspir y se recostó en su silla- hacía media hora que debíamos ir rumbo a ya sabes donde.

-Oh, ¿y eso?- exclamó.

-Pues... a cumplir mi cuota por lo del concierto de Kyuhyun.

-¿Ya empezaste a poner en práctica el consejo de tu Noona?

-Algo así, pero de verdad quiero ir al concierto.

-¿Y entonces, pasa algo malo?, ¿no estarás confuso otra vez, verdad?

-Nop, para nada, lo que pasa es que hoy fue un día de locos, y vino una tal Jieun que es la "excepción" de él, y casi hace que me echen-bufo.

-¿Excepción?

-Aja, dice él que no es nada, una amiga de hace muchos años, y la única mujer aparte de su madre que le permite estar cerca.

-¿Y tú le crees?- preguntó su hermana.

-Pues tengo que- se encogió de hombros- tampoco es como que lo pueda interrogar hasta saber la verdad, aunque el apellido me suena- se rascó la barbilla pensando en eso.

-¿Cómo se apellida?

-Won, ¿conocemos a alguien con ese apellido?

-Me suena- respondió Sora antes de exclamar- ¡Oh!, Industrias Won, son una mueblería, papá le exportaba material y mercancía a Noruega.

-¿Cómo sabes eso?- se burló, era raro que su hermana supiera cosas de la empresa, bueno ambos.

-Las cartas de papá, tarado; cuando viajaba decía que hacía, con quién y dónde estaba.

-Ah vale vale, en fin, el punto es que hoy por la tarde después de que fuimos a comer se iba a reunir con el padre de la mosca, tenía...

-¿Mosca?- dijo Sora riendo.

-Si, vino hace rato con unas lentes más grandes que su cara, luego dijo que le diría a su Haecito que me echara, está loca-exclamó agitando una mano al aire.

Las risas de su hermana resonaron por la bocina del móvil, haciendo que él también se le uniera. Ya no era de nervios, pues Donghae lo sabía y había dicho que no debía preocuparse, pero aún así, quería saber que significaba que fuera la "excepción". Si ese era su primer encuentro y se había puesto como loca, no quería imaginar que viniera otra vez, lo viera, y entonces supiera que su "Haecito" no lo había echado. Pero eso ya sería un problema de su jefe.

-Suenas como loca tú- se burló más su hermana.

-Callate, me asuste en ese momento, no sabia que decir, cuando se fue, entre a su oficina y le conté todo, dijo que no me preocupara, pero aun así.

Sí, señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora