Classy Pirouette • [ls ; traducción]

Capítulo 7

—¡Siento que mi cuerpo se derrite! —. Louis salió del baño con unos pantalones cortos vaqueros y la cara aún húmeda. —¿Qué estás haciendo?

Sentado en la cama, Harry lo miró con expresión herida. Tomlinson tardó un poco en comprender cuando vio un papel en sus manos temblorosas. El niño arrojó lo que sostenía sin mucho aprecio sobre el colchón, sus pupilas estaban dilatadas en una mezcla de enfado y tristeza.

—¿Cuándo me lo ibas a decir, Louis? ¿Cuándo estuvieras en el puto avión?

—Har–

—¿Cuál es tu problema? —, cuestionó entre dientes, levantándose y echando sus rizos hacia atrás—. ¿Te vas a otro país y no se te ha ocurrido decírmelo? A la mierda si hemos estado juntos durante casi tres años, ¿verdad?

—¡Te lo iba a decir! —, respondió—. Llegó la semana pasada y–

—¡Y aun así no dijiste nada!

—Literalmente has mirado en mi bolsa, Harry—, acusó—. ¡Has invadido mi privacidad!

—¡No estaba revisando tus cosas! —, respondió ofendido—. Tu madre me ha pedido que lleve tu uniforme de fútbol a lavar y la carta se cayó cuando agarré la camiseta.

El cuerpo de Harry estaba afiebrado, su malestar se hizo aún más evidente cuando dejó escapar una bocanada de aire por sus labios. Se sentó nuevamente en la cama, cubriéndose la cara con las manos mientras Louis se acercaba con cautela.

A Harry todavía tenía un año de instituto por delante y saber que Louis se iría dentro de cuatro meses lo dejaba angustiado, un sentimiento que había estado albergando durante semanas. Le dolía esa actitud, no podía hacer nada al respecto, pero al menos podía prepararse psicológicamente.

—No me aceptaron en Oxford—, murmuró Louis.

El tema de la universidad había sido mencionado sólo una vez entre ellos. Louis había enviado cartas tanto a Harvard como a Oxford. Recibir la noticia de que tendría que abandonar Londres durante un largo periodo le provocó noches de insomnio.

—Me he dado cuenta—, respondió Styles con dureza, secándose una lágrima que le corría por la mejilla. Era un chico emocional.

—Lo siento—, la voz de Louis vaciló. Aparte de verlo llorar por lesionarse en los partidos de fútbol, ​​Harry nunca había visto llorar a Louis; siempre había una primera vez para todos—. Harry, mírame.

El chico miró obstinadamente hacia otro lado, sus emociones estaban contenidas mientras se alejaba, buscando su propia camiseta. Tomlinson intentó detenerlo durante todo el proceso, incluso siguiéndolo hasta la acera con el torso aún desnudo.

—No vengas detrás de mí—, pidió Harry, dándole una última mirada antes de alejarse.

Johannah apareció en la puerta confundida, había escuchado parte de la discusión mientras preparaba el té de la tarde. Su hijo lo miró con la expresión más triste que había visto en su vida y lo abrazó maternalmente, estrechándolo con más fuerza cuando comenzó a sollozar entre lágrimas.

—¿Qué ha pasado?

—Lo he arruinado todo, mamá.

𖦹𖦹𖦹𖦹

Harry intentó estirarse, sin embargo, tenía un cálido y pesado brazo alrededor de su cintura. Se quejó ante el molesto timbre de la alarma de su teléfono y se acurrucó contra Louis, que dormía detrás de él.